Memories of a Wayne: Jason

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BASE DE LA LIGA DE LOS ASESINOS EN MOSCÚ
15 DE JULIO DE 2016
6:52 AM

El entrenamiento era intensivo. A pesar de ser apenas las 7 de la mañana, ya llevaban 2 horas de entrenamiento. 2 horas seguidas sin dejar de golpear y recibir golpes por parte de los agentes de la Liga. Ese día al punto de las 7 de la mañana entrenarían cuerpo a cuerpo con Dusan, Nyssa, Talia y Ra's a Jason con Dusan, Gabrielle con Nyssa, Damian con Talia y Katrina con Ra's. Cuando el momento llegó todos peleaban al mismo tiempo y ninguno tenía intenciones de rendirse o dejarse ganar. Damian y Gabrielle fueron los primeros en perder. Katrina y Jason seguían de pie, dando toda la batalla que podían. Pronto Ra's cayó dando la victoria a la Wayne y sólo quedaba esperar a Jason.

Entre golpes y espadas Jason y Dusan se acercaban peligrosamente a la orilla. De un momento a otro el mayor sacó de su traje una filosa daga con la que logró hacerle un corte profundo a Jason en la parte del aductor, cerca de la ingle. Logrando así que el chico que perdiera un poco el equilibrio y gritara de dolor. Dusan aprovechó para darle una patada, pero no eran conscientes de su posición geográfica, por lo que Jason cayó por la orilla de la montaña hacia el precipicio.

Katrina al verlo salió volando para alcanzarlo y evitar daños en él, pero era imposible, Jason cayó demasiado rápido y se golpeó con múltiples rocas que causaron moratones, golpes, rasguños y una que otra herida profunda. 

En cuanto logró detenerlo, el chico estaba inconsciente por un golpe que supuso el causante de la herida en su frente y lo llevó rápido a el cuarto de la enfermería, desinfectaron las heridas y le dieron unas cuantas puntadas.

Katrina estaba muy angustiada. Acababa de recuperarlo y no había descansado lo suficiente. Él había insistido en que podía hacerlo y no lo dudaba, pero ella también sabía que Jason necesitaba descansar. No quería perderlo de nuevo

Cuando los doctores terminaron de tratarlo, Katrina se lo llevó a su habitación, donde esperó paciente por dos horas hasta que el chico despertó

-¿Qué sucedió?-

-El entrenamiento fue algo lejos y caíste por la montaña-

El chico suspiró y cerró los ojos un segundo, recordando lo acontecido y mentalmente reprendiéndose por no ser más cuidadoso.

-Levántate un poco, tengo que cambiarte el vendaje de la cabeza-

Jason obedeció y en cuanto ella comenzó a limpiar su herida se dieron cuenta de la proximidad que mantenían. Sus alientos se mezclaban con el del otro y sus ojos pasaban de ver los labios a ojos del contrario

-Jamás te agradecí por ayudarme siempre-

-No hace falta- dijo ella con la voz entrecortada –Ya sabrás recompensarme-

-Creo que se de una forma, puede que ya la conozcas-

-Si es lo que pienso, me parece que estoy familiarizada-

Con cada diálogo se fueron acercando cada vez más hasta que Jason la tomó de la mejilla y la besó sin cuidado. Un beso intenso e incluso hasta necesitado. Ambos se sentían desesperados. Jason prácticamente no llevaba ropa, lo que hacía más fácil el trabajo de llegar a lo carnal. Pronto la ropa de Kat estaba en el piso y ambos se unieron en uno mismo.

Katrina se levantó a mitad de la noche y vio a Jason tapado sólo con la sábana blanca que compartían. Se levantó de la cama dejando la tela sobre el chico y comenzó a caminar buscando su ropa

-Eres hermosa-

-Lo sé- dijo la chica agachándose a recoger su pantalón

-Deberías decir algo como gracias o tú eres como un Dios Griego-

Kat suspiró –Eres muy guapo Jason-

-Oye, lo que pasó...-

-Déjalo. No hay compromiso, pero no debe repetirse, ¿de acuerdo?-

-Totalmente- dijo el chico levantándose de la cama

-Se mas discreto, Jason-

-No es nada que no hayas visto ya-

-Aún así alguien podría entrar-

-Pues que entren- dijo acercándose a la chica

-¿Qué intentas?- preguntó levantando su sostén y volteando a verlo

-Por qué no dejas esa ropa ahí y lo repetimos, sólo para estar seguros que no se volverá a repetir- dijo lo más sensual que pudo

-¿Estás tentándome?-

-No haré nada que no quieras-

-Espero que valga la pena-

Dijo para terminar besándolo apasionadamente y regresar a la cama. El fuego de la chimenea los acompañaba con un fuego que ardía casi con la misma intensidad que el deseo que sentían ambos.


Katrina Wayne: Asunto de FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora