Donde Ashley Routledge se ve envuelta, junto a su hermano y a sus amigos, los Pogues, en aquello por lo que padre perdió la vida: la búsqueda del oro del Royal Merchant.
Durante lo que ellos pensaban que iba a ser el mejor verano de sus vidas, un e...
CAPÍTULO 19 screw friends... igot this for my family
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DEJANDO SALIR UNA CARCAJADA BASTANTE AMARGA, que acabó mezclándose con un sollozo, Lee sacudió la cabeza y corrió un poco para alcanzarlo de nuevo. Le latía el corazón con fuerza y le ardía la cara, porque estaba enfadada. Muy enfadada.
—Así que, ¿eso es todo? —Lee cogió a JJ de la muñeca bruscamente y tiró de él, haciéndolo girarse de golpe —. ¿Te llevo la contraria por tu puto bien y tú vas y sales con que esto no está bien? ¿No ves que no puedes alejarte cada vez que las cosas se ponen feas?
—¿Puedes dejarme en paz? —casi suplicó él, con voz temblorosa. Tuvo que apretar la mandíbula para evitar que un sollozo se escapase de sus labios.
—Estás siendo un capullo —dijo ella, soltando su muñeca para poder cruzarse de brazos —. ¡Solo quiero ayudarte y lo único que estás haciendo es puto apartarme!
—¿¡Por qué estoy siendo un capullo, exactamente?! —preguntó él, también en un tono alto de voz, dando un paso hacia ella —. ¿Es porque no te he dicho lo que quieres oír?
—¿Qué? —Lee hizo una mueca y JJ soltó una carcajada irónica.
—Esperabas que te lo dijera yo también —respondió él, señalándola —. Esperabas que te dijera que yo también te quiero.
—JJ, ese no es el tema ahora —murmuró ella, tragando saliva para intentar aliviar el nudo que estaba creciendo en su garganta —. Pero no, no esperaba que...
—No puedo decírtelo porque no lo hago —susurró JJ, interrumpiéndola —, Ashley. No te quiero.
Lee ladeó la cabeza y cerró los ojos, notando las lágrimas caer de ellos, pero sonrió irónicamente sin mostrar los dientes. Cogió aire y volvió a abrir los ojos para mirarlo, sintiendo una punzada en el estómago al ver cómo la estaba mirando.
—El día que te canses de alejarte de la gente, igual soy yo la que ha cansado de ir detrás de ti, JJ —soltó ella, clavando la mirada en sus ojos. En un arrebato, se quitó la cadena con el anillo de JJ y cogió la muñeca del rubio para poder dejarla en la palma de su mano.
Ninguno dijo nada más y tampoco se molestaron en disimular que la situación era demasiado para ambos. Los dos estaban llorando, con las mandíbulas apretadas y tensos.
—A ver si es verdad —masculló él, casi para sí mismo. Apretó la mano sobre la que Lee había dejado la cadena y se la metió al bolsillo —, porque esto da pena.
Lee entrecerró los ojos y asintió con la cabeza, para después girarse y comenzar a caminar de vuelta hacia donde el resto estaban esperando. Esta vez, fue ella la que se alejó sin darse la vuelta porque se veía incapaz de mirarlo.
