Medicina para el corazón ©

Oasis

Todos en Sunagakure habían estado muy ocupados últimamente, Gaara había ido a Kumogakure y Temari había ido a entregarle cierta información a Tsunade. Era una agradable cena y ahora mismo la kunoichi rubia contaba de como Konohamaru la había retado a una lucha justo cuando se disponía a dejar Konoha.

El pelirrojo había optado por incitar a Megumi que se quedase unos días en su casa puesto que en estos momentos lo último que necesitaba su amiga era estar sola, y ella había aceptado porque sabía que tenía razón. Los tres hermanos comían y discutían como si nada, mas ella seguía pensando en todo lo que el diario decía. Aún había cosas que no entendía y lo que le había contado Gaara acerca de la guerra que se avecinaba tampoco lo pasaba por alto.

—"¿Hasta que punto tienes que llegar para que sea suficiente para ti, Sasuke...?" —Pensó la morena mirando su plato, aún no había probado bocado y eso no estaba pasando inadvertido para Gaara.

Unos toques en la puerta se hicieron presentes y Kankuro se hizo cargo.

—Esto, Gaara... —Llamó a su hermano una vez vio de quien se trataba—. Será mejor que vengas a ver esto.

El pelirrojo se levantó y acudió hasta su hermano, al ver quienes estaban parados en la puerta junto a él frunció el ceño tratando de ocultar su sorpresa. Echó un último vistazo sobre su hombro en dirección a la mesa donde estaban cenando y cerró la puerta para que ninguna de las chicas se diera cuenta de nada.

—Te veo apagada —Temari se fijó en que su amiga no había probado bocado.

—Son demasiadas cosas... —Suspiró agotada—. Las decisiones de Sasuke me involucran por completo y dentro de poco hay una guerra... ¿Has oído Temari? Una guerra...

Las palabras de la chica expresaban terror, pero ella no era la única, llegados hasta tal punto en el que se habían dado cuenta de que la lucha era inminente, hasta el shinobi más experimentado tendría miedo.

—Sé que es para proteger a Naruto y al jinchuriki del hachibi y sé que voy a luchar hasta que me quede sin aliento pero no puedo evitar tener miedo, ¿tú no tienes miedo Temari? —Las dos muchachas se sumieron en silencio, ambas sabían la respuesta-. Además, aún le estoy dando vueltas a una cosa...

La rubia miró a su amiga intrigada y esta dirigió su vista al diario de su hermana.

—Cuando era niña me contaron que el asesino de Irani no era otro que Itachi Uchiha, sin embargo, Danzo me dejó claro el día que me echó de Konoha que él había tenido algo que ver —volvió a remover la comida en su plato—. Él mencionó algo de que le gustaba meter las narices, ¿qué era realmente en lo que andaba metida Irani como para pagar el precio de su vida?

A través de las dudas de su amiga, a la mayor le llegó toda la angustia que ella portaba, mientras tanto, el pelirrojo y su hermano aún conversaban con los intrusos.

—Kazekage, es de extrema urgencia —habló uno de los shinobis—, necesitamos comunicarle a Megumi-sama del estado de nuestra aldea.

—¿Qué tiene que ver ella con la Lluvia? —Quiso saber el líder de aquella aldea.

—Ella es... —Comenzó el ninja mas fue interrumpido por la puerta en la que ahora estaba parada justo la persona que andaban buscando—. Megumi-sama...

El ninja de Amegakure le extendió un trozo de papel doblado con la forma de una pajarita a la vez que hacía una reverencia, por su parte la chica se quedó estática tardando unos segundos en tomar el papel, los hermanos la miraron atentamente, al parecer había algo que su amiga no les había contado.

Todos entraron en la casa y Megumi leyó el escrito del papel.

—No puede ser... —Masculló horrorizada.