Trágica despedida

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Solo bastó acercarse a la puerta principal de la aldea para que Megumi y su grupo supieran que algo malo ocurría.

La morena se separó de sus dos compañeros y se fue a ver lo que ocurría cerca del lago, al llegar allí descubrió a Gaara y Naruto en el suelo, ambos sangraban.

—¡Naruto! —Corrió a socorrer a su amigo, el pelirrojo a duras penas consiguió sentarse en el suelo—. Gaara... —Susurró para sí misma, al final no sabía que hacer.

—Me...gumi —pronunció el rubio.

—¿Qué es lo que ha pasado? —Quiso saber Megumi.

—Nada —le respondió Gaara con impotencia.

—¿Nada? —Megumi trató de no perder la calma pero el hecho de que sus amigos estuvieran en ese estado y que la aldea estuviera tan destrozada no ayudaba—. ¿Entonces por qué estáis tan demacrados? ¿Y por qué la aldea parece haber sido asequiada?

Gaara bajó la mirada.

—¿Sigues insistiendo en que no fue nada? —Miró al pelirrojo que apartó la mirada.

—¡Gaara!

En ese momento llegaron Temari y Kankuro, sujetaron a Gaara como pudieron y emprendieron de nuevo la marcha a Sunagakure; pero Megumi no se iba a quedar así, así que se dispuso a seguirlos.

—¡Gaara! —Lo llamó, el trío se detuvo y se volvieron a verla—. Por favor, dime lo que ha pasado.

El pelirrojo pudo ver en la cara de su amiga la comprensión, y como tantas otras veces, él esperaba que ella lo comprendiese, la chica se acercó a él y utilizó su chakra para curarlo.

—¿Qu-qué haces? —Se apartó Gaara como pudo.

—¿Qué sucede? —Lo miró entristecida, no esperaba esa respuesta de su viejo amigo.

—Hemos de irnos ahora —forzó una triste sonrisa para su amiga y se volvió para continuar.

—Gaara... —Se mordió el labio inferior tratando de oprimir sus sentimientos.

El trío comenzó a alejarse cada vez más dejando a Megumi destrozada en la rama del árbol, la morena sabiendo que ya no había nada que hacer se decidió a volver con Naruto.

—Sasuke —lo saludó al llegar junto a los chicos, Naruto se había desmayado—. ¿Puedo preguntar qué es lo que ha pasado?

Sasuke asintió.

—Sunagakure ha atacado —aclaró sencillamente, Megumi se quedó en shock.

—¡¿Cómo?! —Exclamó atónita.

La chica se fue a su casa aún pensando en lo que Sasuke le había dicho acerca del atentado, se acostó en la cama pero no pudo dormir, así que se puso a divagar sobre ese tema, todavía no se creía que Gaara lo hubiera podido hacer, o mejor dicho no quería creérselo. Tres toques en su ventana la hicieron volver a la realidad, al abrirla descubrió que era uno de sus compañeros de equipo.

—¿Qué haces aquí a estas horas, Ryu? —Quiso informarse, ella no tenía mucha relación con ninguno de los dos chicos y le sorprendía que el muchacho estuviera allí a esas altas horas de la madrugada.

—¿Ahora entiendes lo que te decía acerca de relacionarte con la gente extranjera? —Le cuestionó el moreno, Megumi no se tomó para nada bien su pregunta.

—Si los habitantes de Sunagakure son extranjeros entonces he de recordarte que yo también soy una extranjera —escupió con el ceño fruncido.

—Yo... —Bajó la mirada—. No quería decir eso. Tan solo es que estuviste muy preocupada por el pelirrojo para que después hiciera lo que ha hecho, además tú has vivido aquí más de la mitad de tu vida, tú no eres una extranjera —le sonrió levemente.

—Como sea —suspiró con fastidio—, mejor vete a dormir, ¿sí?

Y sin esperar respuesta de Ryu, Megumi cerró la ventana y se dispuso a volver a dormir.

A la mañana siguiente, la chica se reunió con sus amigos para ir juntos al funeral de Sandaime.

—No me lo puedo creer —susurró Megumi entristecida más para sí misma, pero Sasuke lo escuchó.

—Tranquila —le colocó una mano en el hombro tras aminorar el paso y colocarse a su altura, que iba la última.

—No me lo puedo creer, él era el Hokage, ¿cómo se dejó vencer? —Sollozó.

—Sabes que él nunca se dejaría vencer —frunció el ceño recordando lo que pasó en el bosque de la muerte con la serpiente—, ese tal Orochimaru es muy ​fuerte.

—Supongo... —Dejó caer—. Pero tampoco creo que fuera más fuerte que el Tercero.

Sasuke se encogió de hombros obviando, al llegar al lugar se dio la ceremonia y cuando está terminó y la mayoría se disiparon y el grupo se juntó con Kakashi.

Volviendo a la conversación anterior, Megumi, se enteró que aquella persona que asesinó a quién había sido el abuelo que nunca tuvo había sido alumno suyo anteriormente y que también era uno de los tres legendarios Sannins, también llamado el sabio de las serpientes, Orochimaru, era uno de los shinobis mas poderosos, estaba en el libro bingo, era un desertor y había formado parte en un pasado de la temida organización Akatsuki. Cuando se enteró de que había formado equipo con el mayor de los Uchiha, la chica instintivamente pensó en su joven amigo recién graduado.

Megumi trató de disipar todos esos pensamientos, pero la ausencia del tercero se notaba demasiado, además ella sabía lo débil que estaba la aldea de la Hoja en esos momentos sin un hokage que la protegiera y la organizara. Ella se enteró de que Naruto se había marchado con Jiraiya a buscar a otro que pudiese ocupar el puesto de Hokage, la morena también se enteró de que su amigo Sasuke había comenzado a seguirlos porque se había enterado de que su hermano iba tras el Kyuubi que se encerraba dentro de Naruto así que se dispuso a romper las reglas en la misión que se encontraba y seguir el camino de sus dos amigos y, siguiendo el chakra del Uchiha menor la chica pudo encontrar a sus amigos. Sin embargo, fue demasiado  tarde, Sasuke ya había peleado contra su hermano mayor y él junto a su compañero habían huido.

—¡Megumi-chan! —Se sorprendió Naruto al verla—. ¿No se suponía que estabas en la frontera?

—Me enteré de... —La chica miró al Uchiha desmayado—. ¡Sasuke! 

La morena se acercó corriendo hacia el cuerpo inerte del azabache y comenzó a curarlo inconscientemente. Cuando se sintió sofocada le comentó a Sannin que ella misma lo llevaría al hospital y les recordó que deberían de encontrar a la siguiente Hokage cuanto antes pues la aldea se encontraba bastante debilitada y con Akatsuki rondando por el lugar no era lo más conveniente esperar por mucho tiempo.

Medicina para el corazón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora