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- ¡Ya dije que no necesito a una niñera, Elsa!—gritó el joven cruzándose de brazos. — Dile que no venga, no quiero que venga, no quiero que nadie me cuide.

- Es una cuidadora, no una niñera, Hiccup.

- Me importa una mierda.

- No tienes otra opción, vendrá al medio día.

- ¿Hoy? ¡No quiero!

- ¡Pues no me importa! —alzó la voz la mayor. — Es por tu bien.

- Con tus cuidados es suficientes, además, ¿no tenemos suficientes sirvientes?

- Ninguno está especializado en medicina, esa chica tiene experiencia y sé que cuidará mejor de ti, que yo.

- Debiste dejarme elegir.

- ¿Elegir? No digas tonterías, elegí a la mejor opción, cállate y aguántate.

- Uhh —rodó los ojos. — Pareces mi madre.

- Y tú pareces un niño chiquito e inmaduro.

Posteriormente, Elsa ayudó a su primo a subir a la silla de ruedas. El joven de ojos verdes debía descansar, sin embargo el chico no soportaba estar postrado en una cama. Estaba harto y se arrastraría en el piso de ser posible.

Hiccup Haddock era un joven guapo y millonario. Desde joven le habían gustado los negocios, era un genio de las matemáticas, literaturas, economía, biología animal (zoología) y hablaba cuatro idiomas a la perfección siendo estos inglés, chino, italiano y su idioma nativo. Además era amable con la naturaleza y le gustaban mucho los animales, sin embargo no tenía ninguno en casa porque a Elsa le causaba alergia y el joven realmente la apreciaba.

A los quince años, Hiccup se propuso a crear su propio negocio el cual era crear la comida perfecta para las mascotas, siendo nutritiva y para todo tipo de animales. Cuando cumplió diecisiete años, su sueño se hizo realidad y pudo crear su empresa a la cual llamó HaPet (Happy Pets). A los diecinueve años ya era todo un éxito, además estaba aliado con Haddock Papers, la empresa de materiales de papelería ecológica  de su padre y madre los cuales no lo habían ayudado con su negocio para que pudiera hacerlo por si solo. El chico había crecido rodeado de lujos, sin embargo nunca se dejó llevar por eso y decidió que él también podía prosperar por su cuenta y sin ayuda de sus padres.

- Yo puedo solo —dijo Haddock cuando vio que Elsa quería ayudarlo con su silla.

La mayor sólo asintió mientras seguía al chico que se movía con rapidez. Ambos se dirigían al comedor, era la mañana y debían desayunar.

- Patt quiere tu ayuda —comentó Elsa.

- ¿Mi ayuda? Es un idiota.

- Es tu primo.

- Y es tu esposo.

Elsa soltó un bufido. Hiccup y Patt no se llevaban bien desde que el mayor de ojos azules tomó la vicepresidencia pues siempre presumía de su puesto con sus amigos diciendo que sus padres no lo habían tomado en cuenta porque temían que arruinará la empresa, lo cual era totalmente falso pero claro, Patt se excusaba después diciendo que era una broma. No entendía como Elsa se había casado con un hombre tan idiota.

- ¡Tío! —exclamó una pequeña rubia oscura de ojos azules como los de sus padres.

- Lily —sonrío. — ¿Por qué estás despierta tan temprano? Estás en vacaciones.

- Mamá dice que debo despertar temprano todos los días. Además son las nueve de la mañana, tío.

- Uh, tu mamá tan estricta como de costumbre.

noir; hiccstrid modernDonde viven las historias. Descúbrelo ahora