•Capítulo 2.•

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La noche estaba helada, no me gustaba la noche. Me hacía sentir como si no hubiera salida de la oscuridad y mis temores tomaran ventaja desde las sombras. Noté que estaba en la playa, el mar estaba tranquilo y la luna apenas brillaba dejando un aspecto lúgubre en todo el lugar. Se me hacía un nudo en la garganta y mi corazón se aceleraba. Podía sentir mis manos y labios temblando. No sé como llegue ahí, pero quería salir cuanto antes y al no poder hacerlo solo lograba desesperarme. Las lágrimas salían de mí sin control alguno y caí de rodillas. Podía sentir la arena mojada debajo de mí, y me traía tantos recuerdos horribles. Tomé un poco de ella en cada mano sintiéndola aún más y trate de hablar pero solo salían sollozos de mí- Lo sien.. Lo siento. Fu.. Fue mi culpa -expresé, con los labios temblorosos y apenas un hilo de voz. No podía parar de llorar mientras estaba ahí sentada abrazando mis rodillas con la vista perdida en el mar. La desesperación se volvía más intensa y entonces apareció ella. Quería gritar, decir algo pero no podía; las palabras llegaban a mi mente más no salían de mi boca. Solo había lágrimas y miradas fijas entre ambas.

-¡TE ODIO, FUE TU CULPA, SI NO TE HUBIESES ALEJADO TANTO, NO HUBIESE PASADO -me gritó, con la cara empapada de lágrimas mientras me dedicaba una mirada llena de odio. Sólo eso: odio hacía mí-. Yo nunca te perdonaré -espetó entre dientes y con una gran cólera. Sus palabras transmitieron desprecio total y asco.

-¡PERDONAME POR FAVOR! -solté un grito desgarrador y me levanté de mi cama dándome cuenta que sólo había sido una pesadilla. Aún así no podía parar de llorar y me acurruque en el rincón de mi cama donde me sentía segura. Negaba repetidamente con mi cabeza todos los pensamientos que venían a mi mente.

-¡¿Qué pasó?! -gritó Jimmy, entrando inmediatamente al cuarto. Pude ver el miedo en su cara mientras se acercaba rápidamente a mí y Alanna apareció justo detrás de él-. Cariño, calma, sólo fue un sueño -dijo, dándome un abrazo y una mirada llena de preocupación mientras Jimmy solo observaba la escena aún asustado.

-Fue mi culpa, yo sé que sí, deb... -hablé entre sollozos, pero Jimmy me inteinterrumpió:

-No fue tu culpa, Rousse, nada ha sido tu culpa. No vuelvas a decir eso, ¿ok? -me dijo con una mirada seria y voz firme a lo que solo pude asentir, no me sentía nada bien para discutir.

-Espera, ¿qué hora es? -dije de repente como si hubiese olvidado algo.

-Son las 8:00 a.m., cariño -dijo Alanna, aún sin comprender mi pregunta repentinamente. Me levanté casi que corriendo por lo que ambos me vieron como si estuviese loca. Me dirigí a la ventana y noté que es más que obvio que el amanecer ya había salido y me lo había perdido, por primera vez desde ese día no lo vi.

-Tranquila aún puedes subir, es temprano y el sol está en todo su esplendor -dijo Jimmy, con serenidad como si logrará leer la preocupación y tristeza en mi rostro.

Una vez en el techo decidí recostarme un poco en este mientras la sensación de el resplandor del sol invadía mi rostro, sentía algo de tranquilidad aunque no era lo mismo que ver el amanecer. Me perdí en mis pensamientos con la vista fija en la nada. En esos momentos donde no hay nada que decir, sentir o pensar, donde ni siquiera sabes que experimentas pero tampoco te importa; es como estar modo neutro y cuando estoy así lo disfruto mucho, lo hago porqué cuando mis emociones se vuelven un torbellino extraño estar de esta forma..

-¿Vas a bajar o quieres achicharrarte allá arriba? -escuché la voz de Jimmy entre risas desde mi ventana.

-Creo que morir así no estaría mal -dije, riendo mientras baje las escaleras para volver al interior de la casa-. ¿Quién querría morir viendo la luz del sol? Estás muy loca, chiquitona -logro decir una vez que entre a la habitación, por lo que ambos reíamos mientras el me molestaba con mi "obsesión con el sol".

Cada Amanecer Me Recuerda A Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora