•Capítulo 5•

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27 de Marzo de 1997

Jimmy

-¡Despiertaaa, escuincla! -grité cerca del oído de Rousse, esperando su reacción.

-¡¿Qué ocurre?! -dijo en un hilo de voz mientras ponía sus manos en su corazón, a lo que trate de reprimir mis risas pero se me hizo imposible al ver su cara de horror, realmente se asustó; por lo que no pude más y termine estallando de risas.

-¡No vuelvas a hacer eso! -gritó, enfadada, por lo que sentí una extraña sensación de familiaridad; como si ya hubiese presenciado esto y supiera lo que sigue; acto seguido Rousse se levanta de la cama aún muy alterada y sin duda alguna esto se siente más extraño porque era exactamente lo que supuse que pasaría.

Jimmy, estás volviéndote loco.

Lo sé, tonto.

Aún sumergido en mis pensamientos me recuesto en la cama a repasar todo lo que pasó y caigo en cuenta de que solo fue un Déjà vu; supongo.

****

Rousse

Me acerqué aún enfadada a la orilla del techo y algo dormida; estúpido Jimmy, me las pagaría. No sentía el calor del sol lo suficiente; nunca sería igual eso que ver el amanecer desde muy temprano; tendría que usar una alarma.

¡Maldición!, ¡¿por qué demonios no se siente igual?!

Pensé mientras me acercaba más a la orilla del techo con la mirada en el sol, por lo que aún no se sentía absolutamente nada.

O quizás eso me hacía creer la desesperación.

Una vez que di otro paso, sentí como algo se clavo en mi pie, por lo que grite de dolor haciéndome perder el equilibrio.

Intenté sostenerme de algo; pero no hubo nada que me ayudará a no caer. Después de 9 años volví a sentir miedo; después de pensar que caer o quedarse en el fondo era lo mejor; ese día si quise subir pero no pude. Aún así el sol estaba hermoso pero no lo sentía y yo sin duda alguna sentí que era mi fin.

Una vez que caí, pude escuchar un golpe extraño donde algo me abrazó o me rodeó con sus brazos; no estaba muy segura pero entonces el dolor se esparció por todo mi cuerpo y solo vi oscuridad..

***

Escuché a lo lejos un sonido fastidioso acompañado de susurros de lo que parecían ser personas; el olor a cloro invadió mis fosas nasales y las voces se fueron disipando. comencé a parpadear pesadamente. Mis ojos se cerraban involuntariamente; estaba demasiado agotada pero necesitaba saber donde me encontraba. Después de luchar con mi sueño y cansancio durante unos minutos, pude visualizar el lugar...

Estaba en el hospital; recordé todo lo que pasó esa mañana.

-¿Por qué querías matarte? -dijo en un tono de voz neutro, haciéndome sobresaltar y sacándome de mi estado de shock; mi brazo y pierna izquierda estaban enyesados. Hice una mueca de dolor y entonces volteé a mirarlo por lo que llevé mi mano libre a mi boca por tal impresión mientras mi vista se nublo de lágrimas.

El silencio reino entre ambos; sólo miradas fijas.

-Te hice una pregunta; ¡¿POR QUÉ COÑO QUERÍAS MATARTE?! -volvió a hablar alterado, gritando sus últimas palabras. Yo sólo podía guardar silencio mientras lo observaba y una lágrima rodó por mi mejilla hasta llegar a mis labios. Él estaba en una camilla al lado de mí con ambas piernas enyesadas y su brazo izquierdo; junto con ello tenía una banda en su cabeza que cubría alguna herida que a mi parecer debió ser profunda.

-Sólo eres una dramática de mierda; sabes perfectamente que de esa altura sólo lograrías lastimarte. ¿Hasta cuando juegas con esto? -espetó con una mirada de incredulidad, por lo que yo sólo estaba totalmente confundida y ofendida por tales palabras-. Para la próxima, asegúrate de que nadie esté a tu alrededor cuando lo intentes; hay personas que sí deseamos vivir -escupió con una gran cólera, a lo que yo sólo podía sentir mis mejillas arder mientras las lágrimas empapaban mi rostro, ¿quién mierda se creía? No podía soltar todas las estupideces que considere sin saber nada, ese chico estaba equivocado.

-¡¿Qué mierdas te pasa?! -dije, ahora la alterada era yo-. ¿Crees que estoy así porque quiero?¿Consideras que yo me aventé del techo, grandísimo estúpido? -solté nuevamente, mientras las lágrimas no cesaban-. Tú no sabes nada de mí, y perdón porque tengas que estar aquí por mi culpa -dije con un tono de ironía por lo que él sólo veía un punto fijo en la pared-. Pero para la próxima, asegúrate de saber algo con exactitud antes de hablar, ¡porque mientras tú quieres seguir viviendo, yo tengo que buscar una razón para hacerlo! -grité, y sí, no debí decir lo último, por lo que él volteó dándome una mirada de completa confusión.

-Lo sien.. siento; no sé de que hablas -dijo y creo que él no tenía límites para hablar estupideces.

-¡QUE NO ME AVENTE DEL TECHO, ME CAÍ IDIOTA! -grité, esta vez más fuerte, perdiendo la paciencia por lo que la cabeza me comenzaba a doler de tanto llorar y por la indignación.

-¿Todo está bien por aquí Spencer? -entró una mujer a la habitación vestida de enfermera mientras le daba una mirada fugaz al chico que estaba a mi lado para luego observarme a mí.

-Rousse, despertaste. ¿Cómo te sientes? -dijo con algo de impresión, acercándose a mí cautelosamente.

¿Es en serio?

¿Realmente piensan que quería hacerlo?

-No quiero estar en esta habitación -dije en un tono neutro y firme.

-Rousse no.. no es nece... -intentó hablar Spencer en un tono de voz bajo.

-No, sí es necesario, Spencer, y eso no lo decides tú -le interrumpí, alzando la voz, a lo que el sólo asintió viendo sus manos.

-Esta bien, señorita. En unos minutos vendré por usted para pasarla a otra habitación, ya vuelvo -dijo sin más y se retiró, por lo que yo sólo asentí.

Minutos después como la enfermera había dicho, volvió y me cambiaron a una habitación que estaba aproximadamente 3 habitaciones después de la de donde se encontraba Spencer; durante la espera ninguno menciono otra palabra pero si había un ambiente pesado donde ambos nos dábamos miradas fugaces.

Esa habitación era mejor, aunque en mi condición todo estaba mal; pero al menos tenía más privacidad y no estaba el idiota de Spencer; aún no lo entendía

¿Cómo podía pensar que me aventé?

Idiota.

Oh, sí que lo es.

-Rousse -escuché un susurro mientras la puerta se abría y veía a Jimmy adentrándose en la habitación con Alanna, donde ambos me daban miradas de lástima, que asco la verdad.

-Antes de cualquier comentario, me resbale; no me aventé -dije en un tono firme mientras veía la pared que se encontraba de mi lado derecho para no verlos a la cara.

-Está bien, cariño, te creemos. No sabes lo que me duele verte así -dijo Alanna con la voz quebrada por lo que rompió en llanto y Jimmy trataba de contener sus lágrimas por ende no hablaba.

-Basta -dije en un tono neutro por los que ambos me dieron una mirada de confusión-. Paren, dejen de llorar por mí, sólo quiero estar sola -proseguí, molesta.

-Sólo nos preocupa... -dijo Alanna.

-¡Entonces déjenme en paz, ya no quiero que lo hagan, no quiero que se preocupen por mí! -le interrumpí algo alterada, necesitaba que se fueran.

-Rousse, no po... -intentó hablar Jimmy para calmarme.

-¡QUE ME DEJEN SOLA, MALDITA SEA! -lo interrumpí con un grito fuerte que hizo que la enfermera entrara y los convenciera de salir.

Una vez que todos estaban afuera no pude evitar romper a llorar; me dolía como los trataba pero no es justo que ellos estén así por mí, no lo merecen. A pesar de lo déspota que fue Spencer en algo tuvo razón, solo involucraba en mi vida personas que sí le ven sentido a la vida, mientras yo sólo intentaba conseguirlo todos los días...

Cuanta razón tenía.

Cada Amanecer Me Recuerda A Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora