Oscuridad vidente

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Aphelios llevaba la delantera en el camino, y Sett le seguía el paso.
Solo se detuvieron en cuento el lunari lo hizo, excepto por el vastaya que venía distraído y chocó  la espalda con él.

-.¿Porqué te detienes?-.
Musitó.

El lunari le devolvió la mirada , pero sin responderle ni una sola palabra.

-.Oye toma-.
Sonrió burlón el jefe entregándole la pequeña flor dorada que aún destilaba agua de entre sus pétalos , recibiéndo nada más que una mueca de indiferencia del más bajo.

-.Te ví tratándo de alcanzarlas mientras hacíamos el recorrido ... y bueno tomé esta para tí-.
Señaló el más alto entrecruzando los brazos de forma victoriosa.

El lunari la recibió e inmediatamente entre sus manos  algo extraño sucedió. Al ver que la flor empezaba a brillar más de lo normal sintió una serie de imágenes en forma de recuerdos provenientes de Targon, aquello le causó un leve escalofrío ,haciendo que devuelvas la flor al agua.

-.¿Qué haces? ¿A caso no la querías?-.

-.Solo quería tocarlas un poco, no le quitaré a este lugar lo que es suyo Sett-.
Habló casi de manera reflexiva el menor.

-.Pero gracias... son muy bonitas-.
Respondió enviándole una tímida mirada de agradecimiento ignorando lo que había pasado.

-.Supongo que tienes razón...este lugar ya ha sufrido demasiado siendo arrebatado en tierras por esas ratas noxianas-.

-.¿Hmm?.-
Gesticuló Aphelios extrañado al comentario.

-.No es una historia bonita, así que supongo es mejor no hablar de ello-.
Continuó el paso el vastaya.

La cueva era oscura y algo helada, prqueñas gotas de agua caían entre el pelo de ambos a medida que continuaban su paso por el lugar.
Pronto una oscuridad total apagó la silueta de sus cuerpos.

-.¿Niño luna?-.
Llamó al menor tratándo de volver a encontrarlo en la parte aún iluminada.

Aphelios, quien había sido entrenado para caminar en absoluta oscuridad en Targon y seguir la única voz guía de su hermana, le pareció una tarea algo sencillo. Cerró sus ojos para inhalar , y posteriormente dirigirse a avanzar su camino en total penumbra.

-.¿Aphelios?...¿Dónde estás?-.
Preguntaba el vastaya algo asustado, y es que desde pequeño, la oscuridad siempre había sido sinónimo de problemas y miedo.

Por su parte, Aphelios mantenía el silencio y la fé en sus pasos para dar con alguna salida.
Caminó por un sendero algo estrecho , humedeciendo sus pies en el agua, hasta que dio entonces con un lugar seguro e iluminado.

-.¿Sett?-.
Le buscó con la voz.

-.¿Dondé te metiste Phel?-.
Preguntaba desde un rincón un tanto distante al punto del lunari.

-.¿Puedes seguir mi voz?-.
Preguntó una vez más el pelinegro, esperanzado en que la técnica que él usaba con su hermana para seguirle la voz, funcionara ahora con el vastaya, sin embargo no resultó así.

-.¿Niño Luna? Creo que me equivoqué de lugar-.

Aphelios soltó un leve suspiro , tendría que volver por el vastaya.
Esta vez lo hizo con los ojos abiertos, repasando con su mente los mismos pasos que había trazado en su camino anterior.
Avanzó un pequeño trayecto desviándose un poco de la ruta original, paró cuando pudo sentir el olor del vastaya en frente suyo y le tocó el homrbo.

-.¡¿Qué demonios?¡-.
Gritó el mas alto asustado ,al mismo tiempo que el lunari le tocó desde atrás.

-¡¿A caso quieres darme un infarto?¡-.
Volvió a gritar histérico , tratando de encontrarse de frente con el lunari inutilmente al no verle.

Eclipse  LunarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora