Él no sabía donde estaba, tampoco sabía como había llegado, mucho menos quien era ese niño que decía ser él. Pero, lo que en verdad lo extrañaba, era que no sabía quien era, o de donde era.
¿Quienes eran esas personas a las que de pronto quería llam...
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Abrió los ojos con cuidado, algo lo estaba cegando y eso le molestaba. Luego, antes de poder ver algo, sintió que estaba acostado sobre algo duro. Cuando pudo mirar su alrededor se preguntó porque todo era tan... Blanco.
—¿Donde estoy? —se preguntó, escuchando su voz infantil.
¡Ah! era un niño, pudo recordar eso al menos. Miró todo, se levantó y vio sus cortas piernas, tenía muchos rasguños cicatrizados.
—¿Quien soy?
Esa pregunta se la hizo muy confundido, el pequeño niño no sabía quién era, no sabía dónde estaba y tampoco sabía como había llegado allí. Tuvo miedo, quería llamar a alguien, pero no recordaba a quién, ni porqué la llamaría.
—¿Mamá? —se preguntó, no sabía quién era "Mamá", pero parece que quería que estuviera allí.
Entre lágrimas que ya corrían, trató de recordar algo. Solo pudo dar con un nombre, pero algo le decía que ese no era el suyo. Aún así decidió llamarse así.
—Soy matías —se susurró con miedo.
—¡Ese no es tu nombre! —Escuchó que le reclamaban por detrás.
Se volteó asustado, aunque también contento de ya no estar solo. Miró al niño frente a él, pensó que tal vez debería reconocerlo, pero no sabía porqué.
