Halloween ~Una Historia Sin Nombre~

~La Verdadera Historia ~

Vi cómo se llevaban a mi hermanito pequeño hace cuatro años, sufrí una fractura en la nariz y quedé inconsciente un par de horas esa noche, lo buscamos incansablemente, lloré su muerte cada noche después de Halloween, en navidad, año nuevo, mis padres me veían con indiferencia, todo eso para tenerlo justo ahora frente a mí, apuntándolo con un arma mientras él sostenía a una chica inocente, amenazándola con degollarla.

— Hola hermanito ¿Cuánto tiempo? — dijo, con la sonrisa más espeluznante que había visto en mi vida.

El rostro de Alice se contrajo de miedo y Julio abrió los ojos con sorpresa sin dejar de apuntarlo, si no fuese por el cuerpo de Alice, Troy estuviese muerto hace rato.

— ¿Qué estás haciendo Troy? Has matado un montón de gente — la desesperación se hacía presente en mí, estoy apuntando a mi hermano menor con un arma y prometí matar al Señor Conejo pero era mi hermano, cómo voy a matar a mi hermano.

— Lo sé y la lista seguirá creciendo — comentó haciendo mayor presión sobre el cuello de Alice.

— ¡No Troy! Por favor, esto es entre tú y yo, suéltala — si le hacía daño a ella no podría vivir con la culpa, ella no puede salir lastimada, juré protegerla, juré que volvería y que ella estaría a salvo, sus ojos negros derramaban lágrimas desesperadamente.

— No voy a soltarla ¿Crees que soy tonto? — me gritó, era obvio que si lo hacía Julio e incluso yo dispararíamos, ella era su escudo, pude notar como James se movía con lentitud, Troy no podía verlo, le daba la espalda.

— ¿Por qué haces esto? — le pregunté para hacer tiempo, quizá si hacía que hablara y se enfocara en otra cosa podríamos pensar en algo.

— ¿Por qué? Solo tenía once años Harold y a ustedes ni siquiera les afectó mi ausencia — el odio se hacía presente en su voz y temí que la ira lo llevara a lastimar a Alice.

— Troy suéltala por favor, dejaremos las armas si la sueltas — le prometí y Julio me miró con rabia, nosotros estaríamos desarmados y él aún tendría el cuchillo en sus manos.

— Harold no ¿Qué haces? — susurró Julio sin despegar la vista de Troy, Alice mantenía sus ojos fijos en los míos.

— ¿Cuánto te importa ésta chica? Ni siquiera es tan linda — se burló, zarandeándola desde el brazo, me tensé al instante, el terror de que la lastimara me atormentaba, necesitaba con urgencia que la soltara, pero no sabía cómo.

— Troy, suéltala y hablaremos, dejaremos las armas, por favor — le rogué, yo era capaz de dejarlo matarme, lenta y dolorosamente si él la dejaba libre.

— ¿Te importa más que yo? — me gritó y esta vez la tomó con fuerza del cabello y lo haló hacia atrás, haciendo que soltara un alarido de dolor y llevó el cuchillo a su espalda.

— ¡Troy no! — grité, bajando la pistola con la intención de acercarme pero él mismo me detuvo.

— Si te acercas unos centímetros más la mato — amenazó y solo eso bastó para que yo quedara inmóvil, me fue imposible no soltar un par de lágrimas, todo esto era mi culpa.

— ¿Por qué haces esto? — pregunté con la voz quebrada, porqué tanto odio, porqué quería matarme.

— ¿Por qué? No les importó que me secuestraran, se dieron por vencidos y me olvidaron — reclamó, su mandíbula apretada, casi parecía que se rompería, no podía culpar a Emily por confiar en él, sus ojos, su rostro, su estatura, todo en él gritaba "soy un chico bueno", todo menos su interior, cualquier persona se detendría a ayudar a un chico como Troy.