~Secretos~

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Algo me hacía cosquillas en la nariz y me despertó tras un estornudo, hubo movimientos en mi cama y me di cuenta que un cuerpo me acompañaba, Alice mantenía una de sus piernas sobre las mías, su brazo estaba apoyado sobre mi estómago y su cabeza en mi pecho, se mantenía abrazada a mi como si fuese un gigante oso de peluche, aparté su cabello de mi cara y me quedé un rato más observándola, hacía mucho tiempo que no pasaba la noche con una chica, tampoco es que sea como Julio que cada semana tiene chicas diferentes, de nuevo se movió, apretándose más a mi lado, no me molestaba quedarme un rato más en aquella posición pero mi celular comenzó a sonar, solo debía estirarme un poco para alcanzarlo, el nombre de Ban parpadeaba en la pantalla.

¿Si? contesté, tenía la voz ronca, era normal, acababa de despertarme.

¿Mi sobrina está allí? — preguntó con un todo de preocupación.

Sí, aún está dormida— respondí, espero que no se moleste por dormir con ella, pero la verdad me da igual.

Gracias, Harold por favor, no la dejes venir sola— me pidió, Ban era un buen tipo, me había ayudado en las vacaciones dándome trabajo y me había tratado bastante bien.

No te preocupes, la acompañaré a la pizzería en cuanto esté lista— le aseguré, podía pasar un rato más acurrucado a su lado.

Gracias— finalizó la llamada, la pelirroja ni siquiera se inmutó ante el ruido, supongo que debe tener el sueño bastante pesado, dejé el celular nuevamente en la mesa de noche y llevé esa misma mano hasta su cabello, acariciándolo entre mis dedos.

Eso se siente bien— susurró unos minutos más tarde, su voz me sorprendió un poco, me hizo reír, se oía grave a diferencia de la madrugada cuando estuvo llorando.

Puedo seguir, me gusta tu cabello, es suave— ella rio contra mi pecho —Tu tío llamó— le informé y levantó el rostro para verme a los ojos.

¿Qué dijo? — quiso saber.

Que no te dejara ir sola, estaba preocupado— seguí acariciando su cabello y ella se recostó nuevamente, no le veía intención de querer levantarse, miré la hora en mi celular, había pasado el mediodía, cuando nos fuimos a dormir eran las cuatro de la mañana, habían pasado mis horas suficientes de sueño.

Necesito ir al baño, puedes quedarte cuanto quieras— se apartó, rodando hacia el otro lado de mi colchón, quedando boca abajo aun con los ojos cerrados y yo me puse de pie, aproveché para lavarme los dientes y hacer mis necesidades, ya no podría dormir nuevamente y la verdad era que me estaba dando hambre —Si sales antes de que vuelva no dejes que nadie entre o vea nada— ella solo asintió y yo me dirigí a la cocina, antes de bajar mi vista se desvió hacia la habitación de Stiven y quise acercarme, pero tenía mucha hambre, una vez en la cocina vi a James sentado con los brazos apoyados en la barra y la cabeza enterrada, parecía estar dormido, traté de hacer el menor de los ruidos pero era difícil, la casa era un poco vieja y las puertas de los gabinetes chillaban al abrirse y cerrarse, necesitaba abrirlo para sacar el café así que cuando lo hice note como el rubio se sobresaltaba.

Lo siento, prepararé café— me disculpé, su mirada se posó en mí y asintió en silencio — ¿Quieres un poco? — ofrecí, a James le gustaba mucho el café, de nuevo asintió, sentándose recto en la silla.

¡Que noche tan horrible!, no logre pegar el ojo— dijo luego de soltar un suspiro.

Lo sé, Stiven tuvo pesadillas de nuevo— contesté al tiempo que vertía el agua en la cafetera para que se calentara y me senté frente a él.

Halloween ~Una Historia Sin Nombre~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora