~Epilogo~

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Hoy es el cumpleaños número dieciocho de Aiden, llegó a nuestras vidas cinco años después de aquel año lleno de desastres y tragedias, cinco años después de la muerte de Troy, ella llegó a nuestras vidas a punto de cumplir seis años, si, la adoptamos y ha sido una de las mejores decisiones de nuestras vidas, por supuesto que Alice y yo nos casamos y también tuvimos nuestros propios bebés, un par de gemelos, Adam y Luca, dos terremotos a punto de cumplir ocho, éramos una familia feliz, seguimos siendo una familia y por si fuera poco Carla y Frank también se casaron, todo iba bien en nuestras vidas y no me quejaba en absoluto, solo cuando Aiden me hacía ese tipo de preguntas, justo como la que acababa de hacerme.

¿Podré tener novio papá? — ella era una chica lista, hermosa, morena de ojos chocolate, cabello liso y largo, alta. Mi respuesta siempre era la misma.

— Claro hija, cuando tengas treinta — Aiden bufó con fastidio y reclamó.

Mamá tenía diecinueve cuando te conoció — le habíamos contado la historia una noche que nos abordó con sus típicas preguntas "¿Cómo se conocieron? ¿Cómo supieron que se amaban? ¿Fue amor a primera vista? Alice decidió contarle todo.

Si, las circunstancias eran distintas — respondí mientras inflaba un globo rosado, le prepararíamos una fiesta y ella había invitado un par de amigos del colegio.

Me gusta un niño — confesó de pronto, Aiden nunca nos ocultaba nada, ella era un libro abierto y cuando algo la molestaba, la intrigaba o simplemente sentía ella lo decía, mis ojos se abrieron y casi hago el globo explotar, sabía que llegaría el día, pero era demasiado pronto, no se lidiar con esto.

¿Cómo se llama? ¿De dónde es? ¿Cómo es? ¿Quiénes son sus padres? — pregunté con torpeza y ella sonrió ante mi reacción.

Se llama Zab, bueno Zabdiel pero le decimos Zab, vivía en otra ciudad hasta hace dos años, es pelirrojo de ojos azules, es un buen chico, un poco tímido pero es lindo — la forma en la que sus ojos brillaron me atormentó, Aiden es mi hijita y está creciendo demasiado rápido.

¿Por qué tu papá luce consternado y pálido? — preguntó Carla cuando llegó a nuestro lado, ella era la madrina de Aiden.

Le dije que me gusta un chico — la sonrisa en su rostro creció, sé que está burlándose de mí, pero ella esperaba su segundo hijo así que yo que ella no me burlaba tanto.

¿Lo invitaste? — preguntó en susurro aunque yo escuché.

Si — respondió Aiden y yo giré los ojos ¡Genial! Conocería al tal Zab.

La hora de la fiesta llegó y algunos de los amigos de mi hija también, estuve vigilando a cada chico para poder reconocer al que se había ganado que mi hija se fijara en él pero ningún pelirrojo de ojos azules había llegado, todo parecía ir genial, bajo control, los chicos se divertían, incluso Adam y Luca, cuando el timbre de la casa sonó fui yo quien me acerqué para abrir la puerta.

Frente a mí estaba el chico, Zab, exactamente como lo describió Aiden, sin embargo lo que llamó mi atención no fue él, fue la mujer a su espalda, por un momento pensé ver un espejismo, sé que palidecí un poco, sé que lucía fuera de lugar, ella lo notó, era Emily, mi vista se posó nuevamente en Zab, ese color de ojos, azules como el cielo, iguales a los míos, a los de Troy.

Mi corazón se aceleró y pensé que se saldría de mi pecho, Zab era hijo de Emily, Zab era hijo de Troy, es mi sobrino y a mi hija le gustaba, esto no me puede pasar a mí.

Hola Zab, entra, bienvenido a mi casa — escuché la voz dulce de Aiden, vi como lo tomaba de la mano y lo conducía al interior, yo no pude moverme de mi lugar, Emily seguía allí, imperturbable.

Habían pasado dieciocho años desde que todo ocurrió, desde que esa mujer parada frente a mí, quiso matarnos, matarme y hacer daño, pensé que había muerto, nunca me imaginé que hubiese estado embarazada.

¿Emily? — dijo una voz a mi espalda, la reconocí de inmediato, era Carla quien llegó junto a Alice, todos mirando en la misma dirección.

Es mi hijo, vendré a buscarlo más tarde — respondió y dio media vuelta, yéndose por donde llegó.

Aiden no volverá a ver a ese chico nunca en su vida — le prometí a las mujeres a mi espalda.

¿Cómo le diré a mi hija que el chico del cual se enamoró es el hijo del Señor Conejo? 

Halloween ~Una Historia Sin Nombre~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora