~Haloween~

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La alarma comenzó a sonar pero yo no tenía muchos ánimos de levantarme, la verdad es que ahora que lo pienso, ni siquiera quiero asistir a la fiesta, no era para tanto después de todo, sin embargo unos toques en la puerta hicieron que me levantara, cerré las cortinas del balcón y todo quedó a oscuras nuevamente, esa también era una razón por la que me decían hijo de Drácula, abrí ligeramente la puerta y salí, cerrándola detrás de mí.

¿Tienes fijador para el cabello? Julio estaba vestido con una maya roja y sin camisa. Se veía demasiado tétrico.

¿Qué se supone que eres? — le pregunté, mirando sus mayas, era muy gracioso, aquella tela se le adhería en exceso a su piel y reprimí una risa.

Seré SpideMan— dijo obvio — ¿Tienes fijador? — volvió a preguntar, esta vez con fastidio.

Sí, espérame — abrí la puerta solo un poco y la cerré en sus narices cuando intento mirar dentro, no entiendo por qué insisten en querer averiguar, las personas son muy insistentes, sobre todo Julio y James, eso me incomoda, busqué el fijador en mi gabinete e igual que anteriormente apagué la luz antes de salir.

Gracias, dile a Drácula que te deje salir más a menudo— se burló y yo me encogí de hombros, volví a entrar y decidí darme una ducha antes de vestirme con mi disfraz, era muy sencillo la verdad, pero me gustaba la forma en la que me hacía sentir, tenía una atracción hacia esa época, era, aparte de los números lo único que me llamaba la atención.

Una hora más tarde tenía el traje puesto y me disponía a peinarme, mi cabello caía liso sobre mi frente y pensé por un momento dejarlo de aquella forma, no tenía muchas ganas de peinarlo, no tenía ganas de nada la verdad, en ocasiones usaba el secador para darle forma, lo peinaba hacia arriba y quedaba bastante bien, pero esta noche no tenía intención de hacerlo, nuevamente mi mirada se desvió al balcón del frente, tenía una absurda necesidad de ver a la persona de la túnica, presentía que esa noche no estaría allí y una ansiedad creció en mi pecho, miré nuevamente a mi reflejo frente a mí y observé como mis ojos lucían de un azul más oscuro, generalmente eran tan claro que tuve que acerque aún más al espejo para observarlos bien y un pequeño flash cruzó mi ojo derecho, rápidamente aparté la mirada, aquello había sido bastante extraño, no quise volver a ver mi reflejo así que salí de la habitación luego de tomar mi cartera, mi celular y mis llaves, aseguré la puerta y bajé las escaleras, allí estaban un pirata, un pitufo bastante ordinario y grotesco y yo.

Que horrible tu disfraz— me burlé de James, él era el pitufo.

Cállate Drácula— replicó al tiempo que Stiven el pirata reía, yo también reí, más tarde los otros dos chicos aparecieron, un SpiderMan maltratado y un Batman pobre, este año no se habían esforzado mucho en sus trajes, no es que yo lo hubiese hecho pero da igual.

¿Quién se irá conmigo? — quiso saber Julio, ya que era el único con auto, todos cabíamos con facilidad pero yo quería caminar.

Caminaré, gracias— todos salieron de la casa segundos más tarde, la única cosa menos molesta del Halloween era que no podría diferenciar quienes estaban vivos y quienes no, así que no me preocupaba en absoluto de mis habilidades ordinarias por encontrarme con cosas no deseadas, dispuse mi camino a la plaza popular, las calles brillaban bajo las luces naranjas, muchos esqueletos bailaban en las bambalinas, niños corrían de un lado a otro pidiendo "dulce o truco", odio eso, odio el Halloween la verdad, me trae malos recuerdos.

Un hombre lobo se cruzó en mi camino y me gruñó, eso fue bastante raro porque, aunque me vistiese de lobo no gruñiría, la gente se metía muy bien en sus personaje, me parece muy ridículo, unas calles más adelante una chica con un gigantesco gorro sopló algo de su mano en mi dirección mientras gritaba "Te hechicé" "ojalá pudiera deshechizarme de ver muertos", pensé, la plaza está a unos cuantos metros más y la música suena bastante alta, hay muchas tiendas a cada lado de la calle, puestos de comida y de recuerdos, el día de Halloween muchos turistas vienen de otras ciudades, dicen que los pueblos tienen un aura mágica, claro, eso no lo pensarían si vivieran aquí, a mí me parece un lugar bastante normal. Luego de caminar un rato más me encontré con los chicos, cada uno tenía un vaso color negro en sus manos y James no tardó en ofrecerme uno.

Halloween ~Una Historia Sin Nombre~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora