~Al Desnudo. I~

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Julio condujo por unos veinte minutos hasta que se detuvo frente a una casa no muy grande, era más pequeña que donde vivíamos pero tenía una cochera donde guardar el auto y que nadie lo viera, eso era algo bueno, con un control que tenía en la guantera hizo que la cochera se abriera e introdujo el auto apresurado, dudaba que alguien supiera de nuestro escondite o que alguien nos hubiese seguido, a esta hora las calles estaban vacías en esta zona del pueblo, nos bajamos del auto y fui yo quien sacó la silla del maletero, Frank y su hermano sacaron a James con cuidado y cada uno tomó un bolso.

¡Esto es emocionante! — exclamó James, era absurdo que estuviese emocionado en su estado, prácticamente inmóvil y escondiéndose de un asesino, aunque ahora que lo pienso quizá no sea la primera vez.

Todos atravesamos la puerta que comunicaba a una sala en la que sólo había dos muebles pequeños y un televisor, había también cuatro puertas, tres de un lado, una del otro, justo al lado del umbral que comunicaba a la cocina.

La casa es pequeña porque se supone que estaría solo, hay tres cuartos y un baño, de este lado — dijo señalando el lado derecho donde estaban las tres puertas — está el baño que es la puerta del medio, los otros dos son cuartos... y de este otro — señaló el otro lado — está el otro cuarto y la cocina, somos seis podemos dormir dos en cada cuarto — todos asentimos y esperamos a que él siguiera dando indicaciones, la casa estaba en buen estado aunque lucía vieja, dejamos los bolsos sobre uno de los sofá y según la receta que habíamos tomado de la habitación de James debíamos darle un analgésico.

Iré a buscar un vaso con agua — anunció Julio.

Alice tomó asiento en uno de los sofás y James se acercó a ella en su silla de rueda, el rubio lucía relajado a pesar de la situación, a diferencia de ella quien se veía nerviosa, retorcía sus manos sobre su regazo y se sorprendió al verlo cerca de ella.

Ocultas algo grande ojitos negros — le dijo haciéndola girar el rostro hacia otro lado — Tranquila, todos tenemos un secreto — continuó pero ella estaba incómoda y aterrada, me acerqué unos pasos a ellos para impedir que siguiera diciéndole cosas pero ella le respondió.

¿Te regocija el mal que has hecho? — su pregunta fue directa y sin titubeos, a mi lado los gemelos se sorprendieron al igual que yo.

¿Disfrutas ocultar tus secretos? ¿No es más fácil decir la verdad y que pase lo que tenga que pasar? ¿No te aterra ese sentimiento en el pecho de saber que van a descubrirte?— le atacó él, sentí la necesidad de defenderla pero qué sabía yo de ella, como podía confiar en alguien a quien conocí la semana pasada, justo antes de que todo esto sucediera. James tenía razón, soy demasiado inocente, la traje a nosotros sin pensarlo un segundo.

No sabes lo que dices, no me conoces — replicó ella enojada, sus ojos más negros de lo normal y las cejas fruncidas, James sostenía la diversión en su rostro, Frank me sostuvo del brazo al ver que intenté acercarme.

Exactamente por eso lo digo — respondió y justo entonces Julio llegó a la sala, notando el ambiente que nos rodeaba.

¿Qué pasa? — cuestionó al tiempo que se acercaba a James para dejar el vaso de agua sobre sus manos, este le sonrió y luego de tragarse la pastilla y el líquido completo dijo.

Es hora de desnudar nuestras almas — en ese momento los ojos de Alice hicieron contacto con los míos y pude ver el terror en ellos, como si se disculpara por algo, en ese momento sentí una marea de sentimientos extraños, sentí que lo que dijera me decepcionaría.

Nos sentamos todos juntos, Stiven en el sofá libre, Frank sobre el reposadero, Julio se quedó de pie cerca de Alice y yo me senté en suelo cerca de las piernas de Stiven, James estaba en el medio de ambos sofás y Alice se quedó en su sitio.

Halloween ~Una Historia Sin Nombre~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora