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- Hyung, se que siempre lo hago, pero...¿puedo preguntar a donde vamos? - mark estaba curioso, y ansioso en parte, no salieron en auto, si no que iban caminando y aunque dudaba un poco el menor estaba casi seguro que se dirigían al lago de la última vez, caminaban 'tranquilos', de la mano aunque Mark no podía evitar las ansias de llegar ya a su destino.

- Estamos yendo a nuestro bosque - nuestro bosque, esa fue la respuesta que dejó satisfecho a mark que con un ligero apretón en la mano del alfa se mantuvo callado todo el camino como buen omega que era. Caminaron con cuidado por el bosque para no caer, bueno, al menos Mark por qué el mayor parecía conocer a vista ciega el bosque que ni titubeaba al dar un paso, al escuchar el agua correr Mark sonrió ligeramente y como la última vez movieron el alto arbusto, pero mark de ninguna manera se imagino las velas aromáticas que estaban esparcidas por todos lados, desde al otro lado del río hasta la última piedra cerca de la catarata, la luz amarilla brillaba con intensidad y en el mismo sitio donde habían dormido la última vez estaba una manta extendida y una canasta, Mark entreabrió los labios emocionado y miró al mayor que también le devolvía la mirada.

- Hyung, ¿qué es todo esto?- el mayor giro hacia el aún sin soltar su mano y acariciando el dorso de su mano sonrió.

- Hoy es el primer día del cortejo, Mark, te daré tantos regalos preciosos como tú y te llenaré de gozo hasta que tú y tu omega me acepten de verdad como Alfa- el líder dio una leve reverencia, ¿alguna vez vieron a un alfa mostrar respeto y sumisión a un omega? Mark realmente se había ganado la lotería, el alfa realmente quería algo serio, el era respetuoso, afectivo y tan dulce con él, definitivamente y contra la edad que estaban realizando el cortejo, el menor se sentía totalmente maduro en ese momento. Con una sonrisa suave miró la canasta y volvió su mirada al mayor.

- Estoy deseando saber que hay en esa canasta, alfa- Johnny asintió y tirando de él con suavidad caminaron entre las velas hasta la larga manta, Mark sonrió agradecido cuando el mayor acomodó una grande y suave almohada de algodón para él y lo hizo sentarse, y el menor se sentía algo aturdido, por un momento se sintió como...como un rey, y él no sabia si eso le desagradaba o no. Johnny tomó asiento a su lado y mirándose por unos segundos en un silencio cómodo el alfa se movió rebuscando algo en la canasta, sacó dos copas de vidrio y Mark miró curioso cuando sacando de la canasta una botella de vino tinto lo destapó, el omega sabia que era normal tomar una copa de vino con tu cortejo pero Mark era menor de edad y no tenía permitido hacerlo.

- Hyung... sabe que no puedo tomar eso, ¿verdad?- Johnny tan solo sonrío y extendiendo la copa hacia el menor lo hizo sostenerlo, vertió el líquido morado, ¿qué no era rojo?

- Toma un trago Makku - dudoso llevo la copa en sus labios y bebió un sorbo con cautela, y no pudo más que sonreír en grande al sentir el sabor a uva llenar sus sentidos, solo era jugo de uva- Quise hacerlo más realista así que lo coloqué en botella de vino.

- Gracias, todo esto es muy lindo hyung - Johnny asintió satisfecho bebiendo de su copa.

- No agradezcas, esto no es nada comparado con lo que tú me das, bebé - Mark ni siquiera tuvo tiempo de preguntar cuando el mayor siguió hablando - Además esto no es nada, recibirás mucho más.

- Agradezco eso Alfa- dio una pequeña reverencia- pero, ¿por qué a mí hyung?, desde un principio me miraste a mí y aunque estoy sumamente conmovido no deja de darme curiosidad, ¿por qué yo? no soy alguien importante, no tengo lujos y además soy un omega hombre, ¿por qué?- el mayor dejo a un lado su copa y tomando la del menor las colocó fuera de la manta.

- Ven aquí- se cruzó de piernas sentándose como indio, dio algunas palmaditas en su regazo indicando que el menor se siente sobre él, Mark entreabrió los labios sorprendido y dudo varios segundos, si no quería sabia que el mayor no lo obligaría, pero no era que no quisiera, solo se puso tímido- Bebé...

𝘋𝘶𝘭𝘤𝘦 [𝘑𝘰𝘩𝘯𝘮𝘢𝘳𝘬]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora