《 Ła Đama Čon Ûn Mazo Đe Čangrejo 》

119 Hija del Sol

Las rodillas de Kiho casi se rindieron bajo la intensa sed de sangre de Tilly.

Sus palabras, su aura, su misma existencia ahora gritaban poder y autoridad.

La gente común ya se habría caído al suelo debido a la presión que emanaba ella.

El conde Huxley no estaba débil. Pero dado que la sed de sangre de Tilly estaba dirigida hacia el conde, él fue atacado por el extraño Mana de Tilly, era natural que no tuviera el poder para luchar contra una sed de sangre tan pesada como esa.

Si el corazón de Tilly se despertaba por completo, no le sorprendería que se volviera más poderosa que él.

Caliente, pensó Kiho mientras miraba a Tilly con mirada acalorada. Mi esposa es tan buena.

Literal y figurativamente.

***

"Si usted quiere proteger a su princesa, entonces será mejor que mantenga la boca cerrada", advirtió Tilly al Conde Huxley.

"Y será mejor que también lo mantenga en secreto para Su Majestad. Si el emperador se entera de la condición de Su Alteza Real, entonces le aseguro que todo el imperio conocerá el secreto de la princesa también".

"No tengo ninguna intención de decírselo a Su Majestad", dijo el Conde Huxley entre respiraciones superficiales, luego la miró con una mirada en blanco en su rostro.

"Mi lealtad recae en Su Alteza Real y no con el emperador".

Ella no lo demostró, pero se sintió aliviada al escuchar eso.

Su Majestad aún no puede conocer la condición de Su Alteza Real.

"Pero Lady Nystrom, debe saber que Su Majestad ya sabe que los Portadores del Fuego son en realidad Magos del Fuego", dijo el conde con una sonrisa. "Incluso si mantengo la boca cerrada sobre la condición de la princesa, no cambiaría el hecho de que tus días están contados ahora".

"Su Majestad ya sabe quién soy, así que nada cambia incluso si él conoce el secreto de la torre", dijo con calma.

"Porque ya sea que Su Majestad sepa sobre la existencia de los Magos del Fuego o no, todavía no dejaré que toque a ninguno de ellos."

"Qué arrogante de su parte", dijo el conde.

"¿Qué te hace pensar que puedes luchar contra Su Majestad? Puede que personalmente no me guste el emperador.
Pero entre tú y Su Majestad, elegiré estar del lado de la familia real".

Sus cejas se fruncieron en confusión.

"¿Y no es usted parte de la Facción Real, Lady Nystrom? Qué vergüenza por traicionar a la familia real y ponerse del lado de los Magos del Fuego".

Él la miró.

"Eres una traidora, lady Nystrom."

Kiho no se contuvo y trató de atacar al conde.

Por suerte, se detuvo cuando ella lo agarró del brazo.

"Mi lealtad está con la gente y no con quién está sentado en el trono", declaró con orgullo.

"Un emperador que mata a gente inocente por su propio interés no merece mi lealtad. Ni siquiera se moleste en tratar de justificar la hostilidad de Su Majestad hacia los Magos del Fuego porque nadie en el imperio sabe la verdad".

El conde simplemente puso los ojos en blanco.

"Me importa un bledo tu razón para traicionar a la familia real. Pero estoy seguro de que no puedes ganar contra Su Majestad. Después de todo, el emperador es la única luna en el imperio".