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Iban pasando los días y los tres jóvenes estaban contentos con su nueva vida, Seoho trabajaba como cajero en una tienda cerca del departamento, Geonhak era repartidor, y Dongju trabajaba como mesero en una cafetería, así se mantenían.

Keonhee había notado como esos tres adolescentes no habían vuelto a la escuela, ¿debería preocuparse?
Seoho si le preocupaba, a pesar de haber roto con el aún lo seguía amando, lamentablemente, necesitaba ver como estaba, eso fue suficiente para decidir ir al departamento de su exnovio a verlo.

Tocó la puerta muchas veces, y como no hubo respuesta buscó la llave debajo del tapete y abrió, encontrándose con nada más ni nada menos que una carta, ¿debería leerla?

Lo hizo.

"Hola Keonhee, supongo que tu estás leyendo esto porque eres la única persona que sabe donde vivo y se preocupa por mi.
Primero que nada debo pedirte perdón por las cosas malas que te hice, lo arruine y no me lo voy a perdonar, porque eras lo único que tenía, el chico de corazón más puro de este universo, ese angel fue mi novio y lo arruine por besarme con otro chico en los baños. Lo siento mucho, jamás aprendí a valorarte y me arrepiento, porque fuiste lo mejor que me pasó realmente.

Si te preguntas por qué no volví a la escuela, es porque, no te mentire, hice algo muy malo, pero no te preocupes, no fue intencional, yo jamás lo hubiera hecho pero pasó, el punto, me fui de la ciudad con ayuda de amigos, perdón por dejarte solo, ¿haz hecho amigos? Espero que si, ¿estás bien? También espero eso. Si quieres verme me puedes llamar y te enviaré la dirección, siempre te contestaré, así que no lo dudes. Aunque si decides no volver a hablarme estás en todo tu derecho, en realidad, no te culpo.

Se despide muy atentamente Hoho, te quiero ♡."

"Te quiero" Esas dos palabras hicieron que a Keonhee le aparecieran las famosas mariposas en el estomago, estaba tan enamorado, y sí, iba a ir como tonto hacia cualquier lugar donde esté Seoho, porque era un tonto enamorado.

Lo llamó enseguida.

Como también Lee contestó enseguida.

- Oh, hola Keonhee, ¿como estás? - Se escuchó desde la otra línea, esa preciosa voz, Keonhee no la oía hace días era maravilloso escucharla.

- Hola... Leí tu carta. - Dijo el menor nervioso, ¿que tan malo había podido hacer para irse de la ciudad?

- Fuiste a casa...

- Si, y realmente quiero verte, pásame tu dirección, iré.

- Ah... ¿Estás seguro? - Habló Lee con un tono nervioso.

- Si, mandame tu dirección, Seoho.

- Bien... Nos vemos.

Apenas se corto la llamada le llegó como mensaje la dirección de Lee, no dudó ni dos segundos y se encaminó a Incheon, no quedaba muy lejos.

Llegó a donde Seoho lo citó, una cafetería bastante linda, apenas lo vió su corazón dio un salto de alegría, se veía precioso, bueno, para los ojos de Keonhee, siempre se vería precioso.

Apenas el mayor lo vio se paró de la mesa y le hizo señas para que fuera a sentarse con el.

- Hola, Seoho... - Habló Keonhee sentándose en la mesita al lado de la ventana.

- Hola, yo... no pensé que vendrías.

¿Como no iría? Cruzaría el mar con tal de ir a verlo.

- Bueno, aquí estoy, ¿me podrías decir que está pasando?

Seoho guardó silencio, ¿como se lo podría decir? Temía que luego Keonhee le tuviera miedo, o algo así.

- ¿Seoho? Dime... No puede ser tan malo, ¿cierto? - Hablo Keonhee, parecía que Seoho nunca hablaría.

- Si es malo... Muy malo Keonhee. - Cada vez que hablaba del tema su voz se ponía temblorosa y le daban ganas de llorar, fue horrible.

Keonhee no dijo nada y tomó las manos de Seoho. - Tranquilo, estoy aquí.

- Yo... lo maté... - Dijo Seoho en un susurro casi inaudible, aunque Keonhee logró escuchar, en eso aflojó el agarre de las manos del mayor. - No era mi intención Keonhee, lo juro yo... no vi las escaleras. - En ese momento ya caían lagrimas por las mejillas de Seoho.

- Seoho... ¿realmente hiciste eso? - Al ver como el contrario asentía con su cabeza Keonhee no pudo evitar alejarse un poco, Seoho se dio cuenta y le dieron más ganas de llorar.

- Merezco estar en la cárcel... pero no quiero y me asusta, Keonhee.

Keonhee se negaba a decirle a la policía, no podía permitir que Seoho fuera a la cárcel, podía morir ahí, no podía estar con esa gente.

- No le diré a nadie, pastelito - "pastelito" que apodo más lindo, dios, tan enamorado iba a estar.

Seoho puchereó, ¿como pudo lastimar a ese angelito?

- Gracias... Te quiero, Keonhee.

Keonhee le mostró una pequeña sonrisa y le depositó un pequeño besito en la frente.

𝐔𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐀𝐓 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐒𝐌𝐈𝐋𝐄 ─ 𝐋𝐄𝐄𝐇𝐎 ꗃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora