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Cuando ya estaban fuera de la zona cercana de la escuela, pararon en un parque, Seoho estaba temblando.

- ... ¿L-Lo maté? - Tenía la voz temblorosa, estaba muy asustado.

- ... Tranquilo, respira, todo va a estar bien. - Le trató de sonreír reconfortante, pero ni el estaba tranquilo.

- ... ¿No le dirás a la policía?

- No... Claro que no, pequeño. - Kim tomó las dos manos de Lee, y le sonrió - No quiero que te pase nada malo, por eso te saqué de ese lugar. - Miró la camisa de Lee, estaba toda manchada con lo que era la bebida de Yeo. - Quitatela.

- ... ¿Perdón? - Dijo Seoho con un color rojizo en las mejillas.

- Quitate la camisa, está mojada. - Dijo para luego sacarse su chaqueta y pasársela a Lee. - Ponte esto.

- ¿Aquí mismo? - Preguntó Lee con inseguridad.

- Si, ¿Por qué no? No hay nadie.

- ... - Seoho se desabrochó la camisa y en un abrir y cerrar de ojos ya tenía la chaqueta puesta, era muy rápido.

Pronto vieron pasar a una ambulancia y carros de policía. Sabían que tenían que irse.

- ... ¿Fuiste el único que lo vió? - Preguntó temeroso Lee.

- Si, creo que si... Tranquilo.

Pero... ¿estaba tan seguro de que si?

Dongju guardó silencio, no era alguien de muchas palabras, ni de pensamientos comunes.

"Gracias Seoho, el era uno de los que merecían morir" Pensaba.

- ¿No vio nada ni a ningún sospechoso? - Los policías preguntaron a lo que el menor negó con su cabeza, era bueno mintiendo, mantenía su expresión seria, astuto.

- Está bien... Puede retirarse.

Dongju se paró y se fue de esa sala dejando pasar a otro estudiante.
Iba camino a su casa cuando vio a los mayores en un parque, sonrió en sus adentros y se dirigió hacia ellos.

- Sé lo que hiciste. - A Seoho se le paró el corazón por unos segundos.

- ¿Q-Que? - Dongju sonrió.

- Tranquilo, no le dije a los policías.

- ... ¿Por qué? - Esta vez fue Kim el que preguntó.

- Tampoco me agradaba, el se lo merecía.

Seoho guardó silencio, ¿quien era ese chico y por qué era tan cínico?

- Vámonos, no podemos estar aquí.

El pequeño Son llevó a los mayores a sus casas a hacer maletas, porque no podían seguir allí.

Son y Kim venían de familias adineradas, y Lee tenía el dinero que sus padres le habían dejado, era bastante, no tendrían problemas con el dinero.

Cuando se subieron a ese tren sabían que ya no había vuelta atrás.

𝐔𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐀𝐓 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐒𝐌𝐈𝐋𝐄 ─ 𝐋𝐄𝐄𝐇𝐎 ꗃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora