+Aparté los bocadillos señora Dori, ya los llevaré a la cocina para ponerle palillos y llevarlos a todos.
Doris: Claro hija, ve, y dile de paso a Ana que te acompañe, hoy se ve preciosa, la acompañé a comprar ese vestido y su mirada me recordó lo feliz que también se sentía ser joven, mi hija ya es toda una señorita Angeline, y estoy muy feliz de las amigas que ha hecho aquí.
+Yo estoy feliz de sentirme como en casa gracias a ti señora Dori, y como no, por ser amiga de Ana durante dos largos años, es verdad, hoy está reluciente.
Doris: Tú también te ves hermosa hija, de hecho he oído alardear a Mariana sobre un tal Matthew que te gusta, pero bueno, hablaremos después de eso, ve con los bocadillos y cuando quieras hablar de chicos aquí estaré. -Me dice con una mirada pícara.
En mi rostro se refleja una sonrisa, pero mi mente ya me ha enviado a la escena donde Simón me dijo que Matthew tenía novia, por supuesto quiero hacer caso omiso de lo que pasó, solo es un buen samaritano que me ayudó cuando me encontré en apuros fin de la discusión cerebro. Va, vuelvo enseguida.
Me dirijo hacia la cocina pero escucho sollozos y... espera, acaso es Ana? ¿Qué pasa? ¿Contarme sobre qué?
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Ahora mi mente está en completo shock, miles de pensamientos vienen a mi cabeza y me siento culpable al no saber que le ha pasado a mi mejor amiga, ni siquiera yo puedo contenerme de querer llorar al verla a ella así, si algo le hizo Oliver no lo soportaré, no voy a permitir que esto se quede así.
Subimos las escaleras, Mari no ha parado de llorar.
+Mari, quieres sentarte en las escaleras y tomar un vaso con agua?
Mariana: No Anie, déjame llorar, quiero subir y contarte. -Su voz solo me hace sentir un nudo en la garganta y querer también llorar.
Entramos al hermoso cuarto de Ana, de toda una chica estilista, amante de las manchas. Nos sentamos al borde de la cama y sus palabras empiezan a salir como balas para atravesar mi corazón.
Mariana: Anie, esa noche que no fuiste a la fiesta de disfraces en casa de Rosetti, fue la peor noche para mí...
*Pero, eso fue hace dos semanas...
Mariana: Estaba tan feliz porque era el primer año que podría disfrazarme con Oliver, era el primer año como señor y señora vampira victoriana, todo fue tan perfecto hasta que... -Ya sus ojos no podían estar más hinchados de lo que estaban, realmente le dolía cada cosa que salía de su boca. Oliver emborracho a eso de las 11 pm antes de las 12 para decirle que quería estar con él, porque fue así, en una fiesta de disfraces exactamente a esa hora que lo había conocido hace tres años, era el momento perfecto anie. -Me dice mirándome con tanto dolor, decepcionada de Oliver, que lo único que hago es servirle agua para que pueda respirar un poco, toma un poco y solo continúa. Lo llevé a la habitación de invitados que Rosetti había dicho en caso de que alguien quisiera dormir, le di de tomar un poco de agua y lo dejé allí acostado, le dije que me esperara que ya volvía, tenía la esperanza de que al llegar estuviera un poco más consciente para decirle, salí a respirar un poco para ir de nuevo con todas mis fuerzas, pero se agotaron cuando llegué al cuarto y no lo vi, me temía que le hubiera pasado algo, así que me fui de cuarto en cuarto buscándolo, y... y... Anie... lo encontré en el cuarto de Rosetti sin camisa y muy consciente de lo que hacía, estaba ahí con ella, él la estaba forzando a desnudarse pero Rosetti estaba en shock que ni palabras podían salir de su boca, yo solo entré asustada también en estado de shock y de mi boca solo salió un ¿qué haces?, me agarró del brazo y me dijo que así era que le gustaban, un angelito negro, una modelo de la talla de él, que yo ni siquiera lo complacía con lo que me pedía, ni mi figura era lo suficientemente atractiva para que estuviera conmigo, que si quería disfrutar el show lo podía hacer pero que no me fuera a unir si no era con una bolsa en mi cara. -Mi mente ahora solo tiene un objetivo, y es exterminar a Oliver de la faz de la tierra. ¿Crees que eso me molestó Anie? -me dice con rabia y sin que sus lágrimas pararan. Anie, no me importaba echar esa relación a la borda después de ver cómo Rosetti quedó en Shock y yo no hice nada mientras abusaba de ella, todo lo que me dijo no tuvo importancia, sé mi valor pero ahora vivo con culpa por haberle permitido tocar a Rosetti. -Sus lágrimas fueron parando poco a poco y con un suspiro un tanto aliviada. Perdí la noción del tiempo en ese momento, pero reaccioné y grité, solo salió de mi boca el nombre de Ana con mucha fuerza, así que ella no tardó en llegar, estuve de suerte de que estuviera cerca, ella entró y detuvo a Oliver para que no le hiciera nada a Rosetti, por eso ella no ha ido a clases, y los días anteriores tuvo que ir acompaña por su primo Izan, quien de hecho anda buscando a Oliver, porque al parecer no es a la primera chica a la que le hace eso. Anie, ¿en dónde estuve metida que no me di cuenta...? Debió pasarme eso a mí y no a ellas. sus lágrimas vuelven, y ahora entiendo su dolor que hasta mis lágrimas empezaron a caer sin darme cuenta, solo acomodo su cabeza en mi hombro.
+Mari, no tienes por qué decir esas cosas, y menos cuando era algo que él ya había hecho antes, estuviste en una relación basada en todo, menos en amor y lo que significa realmente una relación, ahora si quieres podremos ir juntas a visitar a Rosetti, también le diré a mi abuelo para que pueda poner tras las rejas a ese canalla, ninguna mujer debe ser tratada así, y me alegra saber que mi mejor amiga no está triste por las cosas que dijo, tu eres demasiado bella Mari, ahora hay que estar con un microscopio para encontrar a un buen chico... Le digo sonriendo entre sollozos.
Mariana: Le debo una disculpa a Rosetti, no tuve las agallas de apartar a Oliver de ella -Dice secando sus lágrimas. también quiero que esté lejos de nostras, y más Simón, no quiero que te pase nada Anie, sacó lo peor de mí.
Después de contarme lo sucedido con Simón solo la abracé y ambas prometimos hacer algo al respecto de la situación.
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Si Me Olvido De Ti
Teen FictionSi me preguntas, no sé de ti, si me preguntas, no te conozco, si acaso te he olvidado, no lo recordaré...