Capítulo 23: el ultimo adiós.

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Después de que aquello pasara, Sam me llevó a mi casa, estaba completamente abatida y sin muchas ganas de estar con mis amigas o amigos, necesitaba recostarme y limpiar el desastre que tenía en mi vida. Pensaba seriamente ir a ver a un psicólogo, no creo que poder seguir lidiando con esto yo sola, es imposible.

- ¡Mamá! – grité - ¡ya llegué! –

-Hola cariño, ¿qué tal todo? – la mujer iba saliendo de la cocina, limpiándose las manos con un trapo, y con esa pequeña pancita que llevaba a mis gemelos hermanos intrusos.

-He tenido días mejores – contesté.

- ¿Algo va mal en la escuela? Jamás has tenido problemas con calificaciones – me dejé caer en el sillón.

-No es académico, mi dilema es personal, te juro que no sé porque deje que Samantha me arrastrara a este colegio – mi madre rio.

-Era necesario que tuvieras ese tipo de problemas, para que madures – bufé.

-Preferiría vivir en la ignorancia –

-Pues ni empieces, porque nos rogaste casi un mes para dejarte ir a Hamilton y ahora ya no hay vuelta atrás – asentí – la comida esta lista, voy a cambiarme, mientras tú ve a servir, tu padre no comerá con nosotras, está teniendo una crisis nerviosa en el estudio – señaló la pequeña habitación al fondo en la que mi padre pasaba la mayor parte del día.

Papá y yo éramos tan similares.

Justo cuando me levante, el timbre sonó, mi madre, que ya estaba casi por subir las escaleras, se regresó a la puerta antes de que yo me acercara, y tan pronto la abrió, una pequeña, diminuta figura corrió y se refugió conmigo, me incline y cargué a la pobre niña que lloraba ahora en mi hombro, me asuste bastante, al levantar la mirada, me topé con Amanda Payne, hacía mucho que no la veía, era raro que ella viniese y se quedara.

-Señora Payne – dije.

-Amanda, ¿Qué pasó? – preguntó mi madre preocupada y refiriéndose obviamente al manojo de llanto que colgaba de mis brazos.

-Siento llegar así y perdón _____, sé que hoy no te toca trabajar – ambas señoras se abrazaron – pero tuvimos un problema – me alarmé – su lagartija – y la seña que hizo me puso al tanto de la situación.

Brad Pitt había muerto.

Este día no podría ir peor.



Poco después Harriet se quedó dormida en mis brazos, mientras eso sucedía, Amanda nos explicó que Brad ya era un anciano, según el veterinario, tendría poco más de 5 años y que a pesar de que podrían vivir más, el ambiente no era apto, o por lo menos no lo suficiente, no imaginaba lo que era para Harriet aquella noticia, era tan solo una pequeña y ese animalito era su mejor amigo, incluso yo le había cogido cierto cariño.

Amanda se quedó a comer con nosotras y estuvimos hablando mientras la pequeña seguía perdida en el sofá, al terminar, su madre y la mía salieron al supermercado a comprarle algo lindo al engendro, y yo me quede con ella, asegurándome de que no despertara para la cruda realidad. Obviamente aquello no fue posible, tan pronto ellas se fueron, ella despertó, tuve que explicarle las cosas con toda la dulzura que ni yo sabía que tenía, y afortunadamente, la dejé más tranquila.

-Ya no tendré mascotas – sonreí.

-Dicen que es mejor adoptar nuevas para que hagas dos buenas acciones, darle un hogar a alguien y reanimarte –

-Pero no puedo tener ningún animal que tenga pelo – reí.

-Yo menos, podría tener pájaros o un pez –

-Los peces huelen feo, son lindos, pero su olor después de tiempo no es lindo – reí.

-Bueno, ya veremos con el tiempo, ahora, ¿le hiciste un funeral a Brad? – pregunté.

- ¿Qué es eso? – preguntó. Pobre, ni siquiera había conocido lo que era la muerte.

-Bueno, es una ceremonia para rendirle homenaje a los que se han ido, en este caso, a Brad – respondí.

- ¿Una fiesta de muertos? – preguntó horrorizada, reí un poco.

-Es algo así como el último adiós, tenemos que enterrarlo y decir algunas lindas palabras – Harriet torció la boca.

-Eso sería lindo – admitió - ¿lo podemos enterrar aquí? – preguntó.

-Bueno, no creo que su espíritu me venga a atormentar por las noches, así que creo que si – respondí.

-Podemos invitar a Sam, y a Liam, después de todo, él fue quien me lo regaló –

-Quizá, la verdad no creo que Sam pueda venir, debe haber salido con su novio – ella asintió resignada.

-Bueno – dijo sin más.


Aun cuando lo que quería era a toda costa, evitarlo, tuve que enviarle un mensaje a Liam, quien cabe mencionar, ni siquiera estaba al tanto de la situación, me dijo que vendría tan pronto se diera una ducha, mientras tanto, nosotras preparamos el funeral de Brad Pitt en mi jardín, solo esperaba que mi madre repleta de hormonas no se molestara cuando viese el tremendo hoyo que hicimos cerca de sus flores, pero es que era el único lugar aceptable para enterrar a ese animalito. Utilizamos una caja de zapatos, donde venían los tenis de correr de mi padre, pero ya que nunca los había usado antes, no fue problema, otro punto que esperaba no me trajera problemas, recordemos que el hombre no anda muy en sus cabales.

- ¿Podré venir a verlo todos los días? – preguntó la pequeña cuando nuestra ambientación estuvo lista.

-Cada que tenga que cuidarte, no puedes estar viniendo cada día, no sería sano, ni para ti, ni para mí – dije.

-La vida será diferente sin Brad – acaricie su cabello.

Aunque no creía que un animal que ni siquiera emitía ruidos fuese a ser tan extrañado respecto a su falta de ausencia. Pero, en fin, mascotas son mascotas.

Escuchamos la puerta, ambas miramos a la entrada como si de pronto la puerta se fuese a abrir sola, bueno, ciertamente esperaba que ninguna se levantara, sabía que era Liam y definitivamente no quería tenerlo en mi casa.

- ¿No abrirás? – preguntó la niña.

-Ah, sí, claro – dije un poco consternada, me levanté del césped y fui a la puerta, poco antes de abrir el timbre volvió a sonar en insistencia, así que me apresuré.

-Hola – dije cuando la puerta estuvo abierta. Liam, con su aspecto pulcro, apareció entre la deslumbrante luz de afuera.

-Hola – y él también parecía incómodo.

-Pasa – me hice a un lado y el chico terminó por entrar.

Y para ser sincera, el rastro que dejo su perfume ya no me volvió tan loca, es decir, seguía poniéndome nerviosa de verlo, pero no sabía si los nervios eran porque había una situación con su grupo de amigos o porque Liam de verdad me gustaba, duda la cual me hacía inclinarme a la primera opción, Liam era una persona dulce, divertido y un poco más atrevido de lo que se ve, pero ninguna cualidad me hacía volar la cabeza.

-Harriet, lo siento mucho –

Cuando volví a la realidad, los hermanos se encontraban en medio de la sala, abrazados, escena la cual me conmovió y decidí salir al patio para darles su espacio.

Poco después, ambos me acompañaron e iniciamos nuestra poco común ceremonia, y entre miradas tristes de la pequeña, le dijimos hasta nunca a Brad. 


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word (que es donde escribo) se volvió más loco que rayita y me borro el avance que tenía :(((( traté de recuperar el archivo y fue imposible, así que tuve que volver a escribir los capítulos que ya tenía, ni siquiera me acuerdo de que estaba pasando, en un rato les subo otro. 

Triángulo...¿o cuadrado amoroso?- Harry Styles y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora