Jungkook

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Estábamos en el consultorio de la ginecóloga esperando para que pasaran a Mina a su cita. Ella lucía serena, tranquila y feliz. Yo, sin embargo, no dejaba de mover mis pies, de jugar con mis manos y de caminar de un lado al otro checando el reloj cada 2 minutos. Sería la primera vez que vería a nuestro bebé.
Por fin, después de lo que parecieron ser años, entramos al consultorio.

La doctora nos saludo muy amable y preparó a Mina para hacerle el eco.
No sé mucho de estás cosas así que yo solo lograba distinguir un montón de líneas negras y blancas.

— Esto de aquí es su cabeza — la doctora indicaba qué era que y poco a poco le fui entendiendo a eso. Cuando por fin logré distinguir bien al bebé sentí como un calor indescriptible me invadía el pecho. Un sentimiento profundo y fuerte, algo que jamás había imaginado. Tomé la mano de Mina fuertemente y la miré a los ojos. Ella también me miró y su sonrisa se hizo más amplia de lo que ya era. Irradiaba felicidad. Jamás la había visto así.

— Muchas gracias. Entonces hasta el próximo mes vengo.

— Si Mina, ya hasta el próximo mes. Sábado también.

— Okay, está bien. Gracias.

Salimos de ahí. La tomé de la mano hasta que entramos al elevador. En cuanto las puertas se cerraron la abracé muy fuerte y empecé a besar su cuello. Estaba demasiado feliz, no lo podía ocultar.

— Kookie, ¿ y eso? — dijo entre risas. Me separé para verla, pero sin soltarla. Ella puso sus manos alrededor de mi cuello.

— Ah, estoy muy feliz. Realmente me haz hecho muy feliz Mina. Gracias.

Nos quedamos viendo a los ojos. En un impulso inconciente junté nuestros labios. Y en cuanto lo hice sentí como mi corazón se desbocaba. Sentía que en cualquier momento podía salirse de mi pecho de lo fuerte que latía. Fue algo totalmente nuevo. Y me gustó.

Estoy embarazada - One Shoot JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora