Estoy embarazada - One Shoot JK

Jungkook

No pude dormir pensando en el bebé. Me emocionaba la idea de ser papá. Imaginaba todo el proceso. Desde ver como iba creciendo la pancita de Mina, el nacimiento, cuidarlo, las desveladas hasta verlo entrar en la escuela. Ir por él o ella, darle permisos para ir a fiestas. todo eso. 

Dormí unas dos horas, me desperté y me metí a bañar. Estaba entusiasmado, feliz y con bastante energía a pesar de las pocas horas de sueño. Me apuré para pasar por Mina. Ella ya no debe andar en camión, debo ocuparme de que este bien y que no se exponga a peligros. 

Me estacioné en la cochera que nunca utiliza, baje y toque el timbre. Esperaba por ella algo ansioso, y nervioso. Pasaron unos segundos y abrió la puerta. Le sonreí.

— ¿Y eso? — me miraba sorprendida. Se me olvidó avisarle que vendría por ella, así que entendía su reacción.

— ¡Hola! Vine por ti, para que estés más cómoda.

— Ah, gracias. Que amable. Solo déjame ir por mis cosas. Espera.

Fue por su mochila y traía una mandarina en la mano. Salió, cerro y la ayude a subir al carro.
El camino a la empresa fue tranquilo. Platicábamos como siempre. Aunque me sentía un poco diferente con ella.

— ¿Quieres que vayamos a comer?
— Te diría que si, pero no traigo dinero.
— No te preocupes, yo invito.
— Bueno, entonces si.

Me fui a mi oficina y me puse a hacer la cantidad interminable de pendientes. Una hora después de que llegamos recibí un mensaje.

No veniste por mí Jungkook.
😠😠
8:14 a.m.

Chin****. Se me olvidó por completo la existencia de Hye. En cuanto leí su whats me quedé helado.
Obviamente se va a enojar, y lo más probable es que arme un teatro.
Le tengo que decir que ya no voy a poder llevarla a la universidad, aunque no creo que entienda, y mucho menos que acepte.

Perdón Hye, tuve una emergencia.
8:20 a.m.

¿Qué es más importante que yo?
Necesitas traerme a la universidad,
no tengo quien me traiga,
¿entiendes?
8:20 a.m.

Bufé desesperado. Es súper egocéntrica. Pero no podía darle toda mi atención, tengo cosas más importantes que sus berrinches.

NO ME DEJES EN VISTO
JEON JUNGKOOK 😠😠
8:21 a.m.

Mira Hye, tengo trabajo.
Luego hablamos...
8:23 a.m.

Me siguió mandando mensajes. Pero decidí no verlos, solo me enojaría.
Se hizo la hora de ir a comer, fui a la oficina de Mina y fuimos juntos al mismo restaurante de siempre.

- ¿Ya fuiste con la ginecóloga?

- Si, me dijo que todo esta bien y ya me dio las vitaminas.

- Hubiera ido contigo, pero me llamaron a junta.

- No te preocupes. Igual, la siguiente cita es en sábado.

***

Ya era miércoles. Hye no había querido hablar conmigo, pero yo necesitaba hacerlo. 

Sinceramente, no sabía como le iba a decir, pero tampoco podía dejar pasar más tiempo. No soy de esa clase de personas que le esconde a su pareja todo. Prefiero ser honesto.

Le llamé infinidad de veces, y logré convencerla de vernos en el estacionamiento de los departamentos donde vive. No pensaba ir a un lugar público después de lo que pasó la última vez. Sabía que sería difícil para ella saber que embaracé a otra mujer, que para colmo odia. No la culparía por ninguna reacción que tuviera, y me gustaría poder consolarla. Pero tampoco quiero que haya testigos, por eso la cité ahí.

Quedamos de vernos a las 9, y ya había pasado más de media hora sin rastro de ella. Le mandé mensajes. A los primeros me dejó en visto, los otros ni tan si quiera eso. Cuando se hicieron las 10 decidí ir a tocar a su departamento para ver si estaba allí. 

Caminaba por el pasillo con el paso apresurado, agitado y nervioso. Pensando.

Conforme me iba acercando la tensión crecía. Mis manos incluso empezaron a temblar ligeramente. Llegué, me paré justo enfrente de la puerta y timbre. No obtuve respuesta pero alcancé a escuchar ruidos. Vive sola, así que debía ser ella. Dejé pasar un tiempo, volví a timbrar. Nada. Sabía la contraseña para poder entrar, pero no quería usarla por respeto.

En todo ese tiempo se estuvieron escuchando pasos y respiraciones. Me empecé a preocupar, que tal si había entrado algún ratero. Deje de lado el respeto, puse la contraseña y entré alterado. 

No se veía nadie. Solo la luz de la cocina estaba encendida. 

Se escuchaban gemidos. Provenían de su cuarto y sabía que eran de ella, su voz es inconfundible. Caminé por el pasillo y abrí la puerta de su habitación.

Estaba desnuda sobre su cama, con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás. Un tipo moreno tenía las piernas de Hye sobre sus hombros mientras le hacía un oral. 

- ¿QUÉ CHINGADOS ESTA PASANDO AQUÍ?

Estaba enojado. Aunque no tenía derecho. 

Ambos se separaron rápidamente. Identifiqué al muchacho, es el mismo con el que subió la foto a insta. 

— ¡¿ÉL OTRA VEZ?!

— Jungkook, espera. No es lo que piensas — su cara era un poema. Entre asustada y nerviosa.

— ¡NO ME VENGAS CON ESA EXCUSA BARATA HYE. NO NECESITO PENSAR NADA. LO VÍ! 

— Espera mi amor. Déjame explicarte.

— Olvídalo Hye.
Camine rápido a la salida con ella detrás de mi siguiéndome y pidiendo que la escuchara. Salí azotando la puerta sin querer.

Bajé al estacionamiento, entré al carro, me recargué en el volante y suspiré pesadamente.

Yo le había hecho lo mismo. Lo sé.

Pero jamás había pensado en Mina como alguien con quién tener algo más. Sin embargo era la segunda vez que Hye se relacionaba con él. Empezaba a dudar de sus sentimientos hacia mí. Y pensar eso me dolió. Me dolió bastante. Porque al final, la amo demasiado. Aunque haya tenido relaciones con Mina, o aunque me enoje con ella, la amo. Siempre pensé que formaríamos una familia y estaríamos juntos por siempre.

Comencé a llorar.

Arranqué el auto y manejé sin rumbo.

Llegué a su casa y timbre varias veces ansioso, esperando que no demorara demasiado.

— ¿Kookie? — en cuanto la vi la abracé. Escondí mi cara en su cuello y llore como nunca en mi vida lo había hecho. — Ven, entremos. — dijo después de varios minutos, tomándome de la mano y jalándome al interior de su casa. Cerro la puerta y, sin soltarme, fuimos hasta el sofá. Me acercó una caja de Kleenex y me limpié. 

- Mina, gracias.

-Tranquilo. ¿Qué pasó?

- Hye - dije en un sollozo apenas audible. Me abrazó muy fuerte y no me soltó en un buen rato. Hasta que me calmé.