XII

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Chris.

Nicholas mantuvo su mirada fija en mi mientras me paseaba con Alaia de un lado a otro a lo largo del departamento. Emma no se veía por ningún lado, pero la chica que cuidaba de Alaia, estaba en la cocina preparándole la cena. La pequeña en mis brazos se retorcía con ganas de ser puesta en el suelo para poder correr y embarrarse con lo que sea que Lauren estuviese haciéndole.

— ¿Algo va mal? —Nicholas suspiró y sacudió la cabeza. Lauren apareció a mi lado y arrebató a Alaia de mis brazos haciendo que mi sobrina emitiera un ligero chillido de felicidad. —¿Tan pronto me cambiaste, hermosa? —me ignoró y dejó que la castaña la colocara en el suelo y tomando su mano, se perdieron en la cocina.

Me senté junto a Nick y saqué mi teléfono. Sonreí al ver la foto que Bailey le había tomado a Lana desprevenida con el celular de la rubia, que seguro había tomado a escondidas. Su cabello caía en ondas por su espalda, un vestido de pequeñas flores azules cubriendo su cuerpo mientras le sonreía a una anciana del otro lado de la caja registradora.

— ¿Dónde está Emma? —eso llamó su atención y me observó.

— En una cita. Fue a recoger sus pastillas. —lo miré, confundido. ¿Emma estaba enferma? —Voy a ser padre de nuevo. —solté un silbido por lo bajo. Eso sí que no me lo esperaba. Guardé mi teléfono sin responderle a Lana/Bailey y me dediqué a mirar al padre de mi sobrina. Alaia tendría una hermanita o hermanito. Carajo.

— ¿Sabes que hay algo que se llama condón? —me burlé. En su rostro figuró una sonrisa que fue opacada por la angustia en sus ojos verdes. —¿Qué va mal?

Repasó el collar en su cuello y dejó de mirarme. —Emma quiso abortar.

Otra vez la confusión me invadió. —¿Me estás jodiendo? —no imaginaba a Emma en ese plan. No estaba mal que hubiese querido hacerlo, era su cuerpo y su decisión después de todo, pero la Emma que yo conocía no me hubiese dado indicio alguno de su falta de deseo de ser madre.

— Desistió y hasta parece emocionada por la idea, pero tengo miedo de que en un mes me diga que quiere hacerlo y no pueda hacer nada más que apoyarla. La amo, pero el desespero me está consumiendo. —asentí en señal de comprensión. —Es peor que el sentimiento que tuve con lo de Maia. —ambos habíamos hablado en una ocasión sobre la realidad de su relación con mi hermana, fue duro pero necesario. Maia lo había jodido, era lógico el miedo. —Me he encariñado con ese bebé. Fuimos a una cita y apenas es perceptible, pero es mi bebé. Un bebé que tendré con la mujer que amo y adoro, pero tengo temor de aferrarme a él y que luego a Emma le vuelva el miedo.

— ¿Tiene que ver con su familia? —asintió sin mirarme. —Nick, conocí a los hermanos Brown en un momento de su vida jodido de todas las formas. Sus padres eran una mierda. Especialmente su madre. Escuché tantas cosas cuando estaban borrachos que aprendí a odiarlos sin conocerlos. Emma es frágil, por muy fuerte que parezca, ha pasado por tanto y no se ha derrumbado, es lógico que tuviera esas ideas en su cabeza. —tragó en seco. —A lo que voy, es a que lo único que puedes hacer es estar allí para ella y demostrarle que puedes acompañarla en cada momento del proceso y que estarás allí si las cosas no van bien.

Asintió. —Es lo que trato de hacer, solo que cuando se va, la ansiedad me gana. Siento que en cualquier momento va a entrar por esa puerta y me va a decir que ya mi hijo no está.

— ¿Crees que eso te haría amarla menos u odiarla? —había duda en sus ojos, y el encogimiento de hombros me tomó por sorpresa.

— No puedo poner sobre la mesa como reaccionaria si eso sucediera. La amo, pero sería difícil vivir con ello. —no dijo más, pero sabía que el rencor por mi hermana aún seguía allí. No tenía que pronunciarlo.

OFFSIDE (Kings Of The Game 4)SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora