XVI

29.4K 3.8K 1K
                                    

Chris
8 meses después.

Sus manos recorrieron mi pecho desnudo mientras que las mías se paseaban de arriba hacia abajo por sus muslos descubiertos rodeándome.

— ¿Te irás mañana? —ante mi pregunta, se detuvo y fijó sus ojos azules en mí.

Soltó una carcajada y volvió a su tarea sin contarme el chiste que mi pregunta le había producido.

— Te estoy hablando. —la pellizqué haciéndola saltar sobre mi miembro.

Enarcó una ceja y se movió en círculos haciendo fricción. Sus ojos azules brillaron con orgullo al sentir el bulto que se presionaba contra ella.

— Te dije que si ayer. —respondió recostándose sobre mi pecho y permitiendo que pasara mis manos por su espalda. —Christopher.

— Hmm. —la miré.

Por primera vez desde que la conocía, vi sus ojos vacilar con miedo.

— Quiero pedirte un favor. —asentí y me incorporé, obligándola a hacer lo mismo y mirarme.

— ¿Sucede algo? —se encogió de hombros y soltó un suspiro.

— Quiero que me acompañes a un banco de esperma. —la miré sin comprender. Sus ojos se nublaron con nerviosismo. —Quiero ser madre.

Abrí mi boca para luego cerrarla de golpe.

¿Qué demonios me estaba diciendo?

— Valentina...—sonrió con delicadeza. En los últimos meses se parecía cada vez más a su hermana. Incluso había notado cierto nivel de inocencia en ella que no sabía que tenía.

— Verás. No necesito un hombre en mi vida para cumplir lo que deseo. Quiero tener un pequeño o pequeña corriendo por ahí que me llame mamá.

— ¿No es broma? —sacudió su cabeza. —¿Estás segura? —rodó los ojos y sonrió.

— Deja de jugar, estoy hablando en serio. Ya incluso consulté todo. Voy a dejar mi carrera de modelo y a dedicarme a mí embarazo. Valentina's es un éxito y me gusta la administración, por lo que el dinero no se volverá un problema. —espetó.

— Oye. —tomé su rostro entre mis manos. —Me alegro por ti. —su sonrisa se amplió. —Claro que iré. Dime cuándo y dónde y allí estaré.

— Gracias. —besé sus labios con suavidad. Éramos amigos antes que amantes.

— No, cariño. No tienes que darlas.

Asintió y se puso de pie caminando hasta su vestido sobre su maleta. —Pensé que te irías mañana. —dije poniéndome de pie y comenzandome a vestir.

Mi teléfono sonando junto al suyo haciendo que volteara a verme. El nombre de Hannah parpadeaba en la pantalla al igual que en los últimos veinte minutos.

— Deberías responder. —no la miré. —Christopher. —suspiré y puse mis ojos en ella. Su desnudez se había ido y el vestido veraniego azul cubría su cuerpo.

Soltó un suspiro y caminó en mi dirección deteniendose frente a mí. —No has ido a terapia. Soy tu amiga, deja la mierda y vuelve al juego antes de que sea tarde.

— Pensé que me ibas a ayudar en vez de criticarme. —me abofeteó antes de tener la oportunidad de reaccionar.

— La próxima será una patada en las bolas. —dijo con fuerza. —Te estoy ayudando. Me volví una perra hace años, pero eso no quiso decir que me descuidara. Ni a mí ni a mí carrera. Y tú...—me señaló. —pareces querer morirte porque una mujer se fue con otro y te dejó. Ni siquiera te dejó. —aclaró. —No eran nada. No te debía nada.

OFFSIDE (Kings Of The Game 4)SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora