Harriet Potter y la Piedra Filosofal [CANCELADA]

1: Good luck

CAPITULO UNO

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Buena suerte.

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Lily se encontraba mirando la ventana cada cierto tiempo, en el cielo se encontraba la Marca Tenebrosa. El resplandor verdoso de esta se desplegaba sobre los tejados de las casas de sus vecinos.

Era claro que tenía mucho miedo y eso la hacia desesperarse, no sabia que pasaría en el futuro ¿tendrá futuro?. No quería ofrecerle a sus hijos un mundo oscuro y destruido, ella preferíaa volver al mundo no mago, con tal de proteger a su familia y mantenerlos a salvo.

A veces, Lily quería darle la razón a su hermana Petunia, se trataba del bien de su familia ¿no?.

Nadie sabía lo qué les depararía el mañana. Todo el tiempo estaban en constante peligro al luchar contra los Mortífagos, no solo por ser Aurores, sino también porque ella era nacida de Muggles, por lo tanto, James se había convertido en uno traidor de sangre al casarse conmigo.

Ahora se volvió mucho peor. Su hijo Harry y su pequeña Harriet son ahora parte de una profecía que los declaraba los responsables de la caída Del-Que-no-debe-ser-nombrado y debían esconderse tras un hechizo para evitar ser encontrados. No podía huír al mundo normal como ella quería, los encontrarían facilmente si eso pasaba.

Las risas de Harry y Harriet la trajeron a la realidad. Estos estaban contemplando el rostro de James que se emcontraba gaciendoles muecas graciosas, Harriet se puso a mirarla con horror cuando hizo una mueca extraña.

—Harriet admira tus caras, eh —James le sacó la lengua a la pelirroja.

—No soporta tanta belleza -dijo con el ego hasta el cielo.

—Si, si, claro.

Harry y Harriet se encobtraban jugando con unas pelotitas. La pequeña reía con las muecas extrañas que Harry hacía.

—Awww —James y Lily los veían con dulzura.

—Bambi, confio en que no dejaras que ningún chico se acerque mini Bambi —dijo James como si se tratara de una ceremonia.

—O tal vez, mini Bambi cuide de el..

—Un momento, cariño —interrumpió el azabache—. Mi dulce pequeña, Bambi y yo no dejaremos que un mugroso niño te estorbe en tus travesuras.

Harriet solto un risita.

Lily adoraba verlos jugar, estaba segura que ellos se tendran el uno al otro, le llenaba de paz y alegría.