Harriet Potter y la Piedra Filosofal [CANCELADA]

14: Lunatic welcome

CAPITULO CATORCE

╔═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════╗

Bienvenida lunática.

╚═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════╝

En la mañana de Halloween se despertaron con el delicioso aroma de calabaza asada flotando por todos los pasillos. Pero lo mejor fue que el profesor Flitwick anunció en su clase de Encantamientos que pensaba que ya estaban listos para empezar a hacer volar objetos, algo que todos se morían por hacer; desde que vieron cómo hacia volar el sapo de Neville. El profesor Flitwick puso la clase por parejas para que practicaran.

La pareja de Harriet era Neville Longbottom, se sentía aliviada por ello pues ambos se llevaban muy bien, Harry se sentó con Seamus Finnigan. Ron, sin embargo, tuvo que trabajar con Hermione Granger. Harriet no sabía quien era el más enojado por ello.

—Y ahora no se olviden de ese bonito movimiento de muñecas que hemos estado practicando —dijo con voz aguda el profesor; subiendo sus libros, como de costumbre—. Agitar y golpear; recuerden, agitar y golpear. Y pronunciar las palabras mágicas.

A Harriet le resultó facil hacer levantar la pluma como si no fuera gran cosa, elevandolo varios metros. Neville, sin embargo, aún no lo conseguía.

—Me gustaría que me saliera como a tí...

—No te preocupes, solo tienes que concentrarte en la pluma, cómo si volaras en una escoba.

—Un desastroso final.

Okey, escoba no era lo ideal.

—No es como si todos aquí ya lo hayan logrado —intentó animar la pelirroja—. Imagina que la pluma ya está volando, concentrate en que ya sucede.

Neville, sin perder las esperanzas, seguía intentando. Seamus Finnigan prendió fuego con su varita, y Harry tuvo que apagarla con su varita.

Ron, en la mesa próxima, no estaba teniendo buena suerte.

—¡Wingardium Leviosa! —gritó, agitando sus largos brazos como un molino.

—Espera, lo estas haciendo mal —Harriet escuchó que Hermione lo reñía—. Es Win-gar-dium Levi-o-sa, pronuncia gar más claro y más largo.

—Entonces hazlo tú si te crees tan lista, hazlo —dijo Ron con rabia.

Hermione se arremangó las manfas de su túnica, agitó su varita y dijo las palabras mágicas. La pluma, al igual que la de Harriet, se elevó del pupitre y llegó hasta más de un metro por encima de sus cabezas.

—¡Oh, bien hecho! —gritó el profesor Flitwick, aplaudiendo —¡Miren, Hermione Gramger y Harriet Potter lo han conseguido!

Al finalizar las clases , Ron estaba de muy mal humor.