La fille française

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-Buenos días mi princesa hermosa, ¿Cómo amaneció la niña más preciosa del mundo?- Cate tomó a Hanna de su sillita y la cargó amorosamente- Buenos días... ¿Qué haces?- me preguntó apenada

-Estoy haciendo el desayuno-le respondí son voltear a verla

-¿Hoy vas al teatro verdad?, ¿Ya van a empezar los ensayos para el ballet?-se sentó en la mesa nerviosa

- Así es, vamos a empezar las audiciones entre el día de hoy y mañana-respondí cortante guardando el tupper de ensalada en mi maleta.

-¿Amor?, ¿Pasa algo?- ella me preguntó mirándome temerosa

Dejé de hacer lo que hacía por unos segundos, tenía tantas ganas de gritarle que sabía todo, tenía ganas de gritarle que sabía lo de su engaño.

-No, no pasa nada- respondí finalmente cerrando mi maleta y colgándola en mis hombros- Ahí está el desayuno- salí de la casa sin voltear a verla.

Subí a mi camioneta, prendí la radio y puse en marcha el automóvil hacia el teatro. Hace unos meses me habían propuesto ser la coreógrafa de una compañía de danza importante en la ciudad, eran jóvenes talentosas con ganas de bailar. Mi trabajo era hacer los casting, poner las coreografías y ayudarles en sus movimientos.

Después de haber sido bailarina por tanto tiempo esto era lo mejor que me podían pasar, por las tardes acudía a la escuela y daba clases de danza como desde hace 10 años.

Después de un viaje de 1 hora llegué al teatro, dejé mis cosas en uno de los camerinos y me cambié para iniciar la bienvenida a las chicas.

-Buenos días Paulson- entró detrás de mi Amanda

Amanda era una de mis mejores amigas, cuando había estado en París ella había compartido conmigo escenario y desde entonces no nos habíamos separado. Por años no la había vuelto a ver hasta que me habían dado la grandiosa noticia que venía a los Estados Unidos para montar el Lago de los Cisnes junto conmigo.

-¡Dios mío!, Amanda cuánto gusto volver a verte- le dije emocionada dándole un fuerte abrazo

-¡Años!, Sarah me alegro tanto de estar contigo. No has cambiado nada, sigues igual de hermosa.

-Gracias por el halago, pero no tienes que mentir- sonreí desganada y volteando la mirada hacia los espejos

-¿Qué ocurre? Es como si no fueras la misma Sarah Paulson, risueña, amable, feliz ¿Qué te ocurre?- me preguntó seria

-Amanda no me siento nada bien, me pasó algo que me destrozó por completo y no sé cómo actuar, cómo reaccionar y tampoco como sentirme. Estoy confundida y no sé qué hacer- le dije con un nudo en la garganta

-¿Qué ocurrió? Puedes contarme con confianza, a pesar de no habernos visto durante tanto tiempo sabes que te quiero y que me importas.

-¿Recuerdas que te conté que me había casado?

-Sí, con Cate ¿No?

-Sí, bueno pues tenemos ya 10 años juntas y una bebé pero apenas ayer me enteré que me fue infiel, hace unos años tuvo una aventura con una mujer más joven antes de estar conmigo, pensé que ese tema había pasado hasta que ella misma me confesó que se había acostado con ella... Pensó que estaba dormida y me lo dijo todo, cada parte, cada caricia, cada beso.

Las dos nos quedamos en silencio mientras algunas lágrimas corrían por mi mejilla.

-Sarah me duele verte así y saber lo que te ocurrió, pero tú eres una persona hermosa, que vale muchísimo. No debes de dejar que estas cosas te hundan, debes seguir adelante... Ve todo el talento que tienes, mírate dónde estás ¡Dios! Estás dirigiendo una de las compañías de danza más reconocidas.
Quédate con eso y no te dejes vencer, ahora con lo de Cate pues no sé si mis consejos sean los mejores...-ella guardó silencio mirando hacia otro lado

La Joven Bailarina "Le Jeune Danseur" (Atracción prohibida Pt. 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora