Yeux bleus

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-Este es el departamento, disculpa si está un poco desordenado pero la anterior inquilina lo dejó así y no he tenido tiempo de venir a arreglar- dije abriendo la puerta y entrando al lugar

-Es precioso, ¿Usted vive aquí?- me preguntó observando el interior

-No, yo vivo con mi esposa en una casa que tenemos justo en la escuela de ballet que manejamos.

-¿Tienen una escuela de ballet?, eso es genial... ¿Usted es maestra o la directora?

-Yo soy maestra, aunque estamos buscando un remplazo ya que con lo del Lago de los Cisnes no tendré tiempo para apoyar a mi mujer en todo el día.

-Comprendo, supongo que todo el día se la pasará en ensayos y todo esto... ¿Cuántos años lleva casada?

Las dos nos sentamos en la sala

-Llevo con ella 10 años de casada, la conozco desde niñas prácticamente y tenemos una bebé llamada Hanna.

-¿De verdad?, que hermoso Srita. Paulson, me emociona conocer su historia y su vida realmente. De verdad felicidades por esa hermosa familia que ha formado, estoy segura que muchas personas queremos tener lo que usted tiene y lucharemos por ello.

Me quedé callada mirándola a los ojos y un sentimiento de tristeza atravesó todo mi cuerpo, realmente ¿Quería que alguien me tomara como ejemplo? ellos no se daban cuenta por lo que pasaba, lo que estaba sintiendo, ella y yo no éramos perfectas aunque otras personas creyera que sí.

-¿Y qué hay de ti Odette?, ¿No tienes novio?- le pregunté cambiando el tema

-No por el momento no, en Francia tuve una relación bastante larga incluso nos íbamos a casar. Pero todo salió mal y fue una de las razones por las cuales quise irme de ahí y buscar otras cosas.- respondió con una sonrisa, como si el tema no le lastimara

-Lamento escuchar eso, pero inicias una nueva vida y de una manera muy buena, ¿Qué te pareció el lugar?- le pregunté

-Me encanta y si se puede me gustaría bastante rentarlo para vivir aquí, está muy cerca del teatro y de los servicios básicos como súper mercados, mini mercados, estación de tren y autobús. Creo que es perfecto para mí.

-Por supuesto, no hay ningún problema. Además hay un cuarto que te quedaría perfecto como estudio... para que puedas pintar, tiene buena iluminación.

-¿Enserio?, ¿sería mucho pedirle si podemos verlo?- me dijo emocionada

-Claro que sí, vamos a verlo- nos paramos del sillón y caminamos hacia las habitaciones

Abría la puerta de la habitación y fue como si sus ojos se iluminaran, una sonrisa salió de su boca y entró al cuarto como si estuviese hipnotizada. Supongo que en su mente se estaba imaginando como acomodaría todas sus cosas.

Vi su mirada iluminada por la ilusión de una nueva vida, de un nuevo espacio, de nuevas cosas e inmediatamente me vi en ella, no podía dejar de mirar aquellos ojos azules como el agua del mar... eran tan profundos que sabía me querían decir algo que aún no entendía.

Eran tan bella no podía negarlo y me asustaba la idea de mirarla como una mujer y no sólo como una alumna más, me asustaba observar su belleza casi hipnótica, tenía miedo de que me gustara más de lo que debía gustarme.

Hace tantos años no miraba a otra mujer como la miraba a ella, hace años no sentía como un olor, como una mirada me enchinaban los vellos de mi piel. Quizás me llamaba tanto la atención su juventud, su piel de cera, su sonrisa casi perfecta, o sus ojos azules... no sabía que era lo que me estaba ocurriendo.

-Me encanta el lugar Srita. Paulson, de verdad gracias.

-De nada, no me digas Srita. Paulson, mejor dime Sarah simplemente. Me hace sentir muy vieja que me llames de usted

-¿Vieja? ¿A que se refiere?, perdón... ¿A qué te refieres Sarah?, no eres para nada vieja, creo que eres perfecta- ella me dijo sonriendo y saliendo de la habitación

Me quedé parada completamente estática oliendo la brisa de su perfume en la habitación, mi corazón empezó a latir nervioso.

-Creo que es hora de que me vaya Odette, deben estarme esperando en casa, pero si llegas a tener alguna duda puedes marcarme, te dejo mi número celular en esta servilleta- tomé una servilleta y escribí el número

-Perfecto, entonces yo le llamo. Muchísimas gracias Sarah.- ella me respondió con una sonrisa

-No hay de qué- tomé mis llaves de la mesa

-Sabe, antes de que se vaya quisiera decirle algo- me interrumpió antes de abrir la puerta

-¿Qué pasa?- le respondí volteando a verla

-Me fui de Francia porque la mujer con la que me iba a casar me engañó y para mí fue el golpe más fuerte que pudieron darme. No supe cómo superar el daño que me hizo y huí de aquel lugar, en busca de algo nuevo.

Espero aquí encontrar todo lo que me hace falta, poder descubrir otras cosas e incluso por qué no una aventura nueva, un amor nuevo- sonrió coqueta- Que tenga buen día Sarah- me dijo finalmente

Me quedé completamente muda mirándola

-Buen día- respondí finalmente sin saber qué hacer, salí del departamento y me dirigí hacia mi camioneta aún nerviosa. Subí a ella y me tomé la frente con mis dos manos.

Este es mi teléfono celular Sarah, gracias nos vemos el lunes.- A mi teléfono llegó el mensaje de Odette

Gracias Odette, si necesitas algo puedes encontrarme por aquí :) - Respondí

Gracias, bonito fin de semana 

Prendí la camioneta y puse marcha hasta mi casa, salí de mi camioneta sin ganas de entrar a mi hogar, de ver a Cate. Sólo quería ver a Hanna y perderme por un momento. Entré desganada a la casa, ahí en la sala se encontraba Cate y Hanna jugando en el suelo.

-Amor, ¿Cómo te fue?- Cate pronunció con alegría

-Bien, todo salió bien. La chica quedó encantada con el departamento y se instaló en él. Así que ya hay que quitar el anuncio de la renta pues ya está ocupado.

-Claro yo me encargo de ello, por cierto quería comentarte tenemos que contratar una nueva maestra de danza, ¿Hago un anuncio? , ¿Conoces a alguien?

Me quedé callada mirándola por unos minutos.

-Creo que conozco a alguien, le comentaré si está interesada y te digo el lunes, ¿Te parece?

-Claro que sí amor.

La observé a ella y a Hanna jugar felices, fue imposible que una sonrisa no saliera de mi rostro al ver a las dos mujeres que más amaba juntas. Pero luego venía a mi mente las imágenes de mi mujer con otra mujer y se me revolvía el estómago.

Si ella pudo ¿Por qué tu no?

Las palabras de Amanda no dejaban de sonar en mi mente, algo muy en el fondo me decía que lo hiciera pero otra me decía que no cometiera ese error. No sabía qué hacer ni cómo superaría estos sentimientos que me acosaban día y noche. 

La Joven Bailarina "Le Jeune Danseur" (Atracción prohibida Pt. 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora