🔹 Capítulo 2🔹

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Emilio caminaba seguido por Gustabo y Horacio quienes sabían toda la historia detrás del amorío de sus dos amigos Emilio y Segismundo, por lo que querían dar una mano.

-Bien Emilio, mira, cuando encuentres a Segis ya sabes que debes hacer, ¿Verdad?-

Preguntó Horacio cerrando su chaqueta de doble vista pero manteniendo su mirada en el mexicano.

-Si, acercarme, hacerme notar ante el, hablarle un poco, y si es posible bailar-

Decía enumerando con sus dedos.

-Correcto-

-Ahora ve, que aún no hay tanta gente para estorbar el camino-

Dijo esta vez Gustabo, palmeandole el hombro a Emilio.

El de coleta asintió y comenzó a avanzar entre algunas personas.

A lo lejos, pudo ver tanto a Segismundo como al primo de éste que se encontraban hablando algunas cosas entre ellos y bebiendo en un vaso de plástico rojo típicos de fiesta.

Lo que le hizo sonreír más aparte de haber encontrado al pequeño entre las personas, es que éste seguía usando su chaqueta negra la cuál le había dado en aquella banca.

Siguió su camino esquivando personas que bailaban con la música que sonaba por el lugar, era alta pero no tanto como para retumbar en su cerebro y tener que desgarrarse la garganta para decir un simple hola a un conocido en la fiesta.

Al estar más cercas pudo ver a Rogelio ir a lo que serían los baños.

Estarían solos.

-Hola chikito-

Emilio se puso al lado de Segis de manera amistosa con manos en los bolsillos de su pantalón.

Segismundo que no se había dado cuenta de su presencia casi se ahogaba con su bebida, haciendo que tosa un par de veces pero sin ser una tos exagerada, si no una normal, para voltear y ver al mexicano.

-Emilio, ¿Qué haces aquí?-

Dijo sin evitar ponerse nervioso y desviar su mirada.

Emilio sonrió al saber que aún provocaba ese comportamiento tan tímido en su chikito como era antes de comenzar a salir y terminar por asuntos de la mafia.

-Vine a pasar el rato, a bailar y beber-

Dijo alzando los hombros.

-Y te ví a tí, así que me acerqué, ¿Te molesta que esté contigo?-

Preguntó con una mirada que decía un "si te sientes incómodo puedo irme".

El gallego negó.

-Oh no, no me molesta-

Con sus dos manos en su bebida, dirigió el baso a sus labios tomando un trago.

-Aparte, estoy un poco solo, Rogelio fue al baño, y bueno, el tarda mucho-

-Yo te hago compañía no te preocupes, y dime ¿Cómo está Petunia?-

Al más bajo se le iluminó su carita al escuchar el nombre de su cabrita Petunia.

-Ella está muy bien, hace dos semanas tuve que llevarla al veterinario porque algo le había caído mal-

-¿Y ya está mejor?-

-Si, ya está mejor, y posiblemente tiene un pretendiente que conoció en la veterinaria-

Dijo con emoción Segismundo, siempre que se trataba de su mascota era algo que le emocionaba y dejaba fluir sus palabras.

Emilio sonrió, por el momento todo iba bien, estaban entablando una conversación.

Siguieron con una plática amena mientras Segismundo esperaba a Rogelio.

En eso, una canción comenzó a sonar, y Emilio la reconoció al instante.

La favorita de su chikito.

Y la emoción que se vió notoria en el rostro del de cabello azabache lo hizo reafirmarlo.

-¿Bailamos? Se que te encanta esta canción-

Propuso el mexicano extendiendole la mano.

Segismundo lo dudo unos instantes, para seguido aceptarla.

Pero antes de poder avanzar unos pasos hacia la pista improvisada de baile, una chica con máscara se les acercó.

-Ey, psst, amigos-

Casi no habían escuchado por la música, pero al ver a la chica con la bolsa de la capucha que portaba muy llena y esa máscara, ya sabían de que trataba.

-¿Si?-

Preguntó el mexicano alzando una ceja.

El quería bailar con su chikito.

Bueno, no era su chikito, pero lo recuperaría.

-¿No les gustaría un poco de polvos mágicos?-

Y antes de que alguno de los ex novios dijera algo, un balazo se escuchó y una voz muy reconocida se hizo presente.

-¡Cualquier capullo que se mueva de éste lugar disparo a matar!-

Después de eso, rápidamente eran todos en la fiesta arrestados.

Como Emilio y Segismundo se habían distraído mirando en dirección donde la policía se encargaba de detener a todos, no se dieron cuenta de que la chica le había metido varios sobrecitos de polvo de angel en la chaqueta al gallego.

Pero cuando metió unos cuantos rápidamente al pantalón de mezclilla del mexicano, este volteó en putiza mirándola.

-¿Qué verga hace?-

La chica al ver a los policías acercarse rápidamente se quitó la máscara y habló para salvarse el pellejo.

-¡Oficial, me intentaron vender droga!-

Rápidamente el gallego la miró con el ceño fruncido.

-¡Eso es mentira, fuiste tú la que nos ofreciste "polvos mágicos"!-

El oficial solo los miró a los tres, identificando algo en la chaqueta negra del gallego.

Tomó uno de esos sobres sobresalientes.

-Ajá, ustedes dos vendrán conmigo, usted váyase con los de allá-

Dijo lo último refiriéndose a la chica que asintió retirándose con una sonrisa victoriosa en sus labios a la bolita de gente que habían ya cacheado y estaba limpia.

-Ustedes dos vendrán conmigo-

-¡Pero-!-

No pudieron decir nada cuando ya habían sido arrestados y llevados dónde habían nueve personas más para llevar a comisaría.




























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Hello :3

AaAaAaHhHh!!!

Ya tengo en mente un pretendiente extra para el Segis y que haya mambo aquí👉👈

¿Ustedes a quien pondrían para sacarle celos al Emilio?:P

Y con esto concluyo uwu

Ahora a estudiar que mañana tengo exámen A.

🔷🔹Volviendo A Conquistarte-Segilio🔹🔷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora