Evil Hazel Eyes

El miedo nos paraliza parte 1

Grace’s POV

      De repente la moto se tambaleó bruscamente, producto de un derrame de aceite en el pavimento, lanzando a quién fuera su conductor lejos. Observé la espantosa escena y corrí a tratar de socorrerlo. Bajé las escaleras rápidamente, mi cara dejaba al descubierto mi preocupación y mis manos temblorosas y sudadas no me ayudaban para nada.

      Cuando salí de mi casa dejando la puerta abierta, me apresuré al chico que se retorcía en el suelo. Genial, aún puede moverse, eso es bueno. Pensé.

-         ¡Demonios! – Maldecía el chico sujetando su brazo izquierdo – ¡Demonios, demonios, putos demonios! – Entre quejidos y siseos me acerqué a él apoyándome en mis rodillas. Posé mi mano en el hombro que parecía no tener ningún daño.

-         Tranquilo, te sacaré esto – Cogiendo su casco con ambas manos lo hice mirarme.

-         ¿Grace? – Preguntó confundido y al segundo de reconocer su voz mi preocupación aumentó. Tiré del casco fuera y el se quejó nuevamente. Sus ojos ardían con rabia y algo más que no supe descifrar.

-         ¿Te encuentras bien? – Titubeé un poco debido a la preocupación – ¿Prefieres que llame una ambulancia? – Pregunté un tanto nerviosa y con la garganta seca.

-         ¡Quiero que no molestes, demonios! – Gritó. Esta vez mi garganta y mi estomago se apretaron.

-         No estás bien, deja que te ayude – Zayn empujó la mano que yo tenía sobre su hombro con violencia y luego se puso de pie dejando al descubierto algunos rasguñotes en su pierna y también una herida en su codo izquierdo – ¡Mira tu brazo, por dios! – Sujeté su muñeca impidiendo que se moviera y él me miró impasible.

-         ¡Quiero que me dejes en paz de una puta vez! – Apreté mis labios en una fina línea y no aparté mi mirada de la suya – ¡Estoy harto de que te aparezcas siempre! ¡estoy harto de ti! ¡Quiero estar solo, maldita sea! – Escupió con los dientes apretados y el cuello tenso. Mis ojos se cristalizaron bajo su mirada fría y sus palabras perforaron mi pecho. La mano que aún tenía en su muñeca comenzó a aflojar – ¡Ya déjame en paz! – Gritó. Dicho esto último, la parte irracional dentro de mi cerebro se activó y detuve mi mano de soltarse aferrándola a su brazo nuevamente. A pesar de mis ojos vidriosos puse una mirada severa y oscurecida.

-         Primero curo esas heridas y luego te dejo en paz. ¿De acuerdo, Malik? – Articulé cada palabra autoritariamente. No esperé respuesta y me giré en busca de la abollada moto.

      La levanté y caminé en dirección a mi casa sin dirigirle siquiera una mirada a Zayn y obligándolo de alguna manera a seguirme. La moto estaba en perfectas condiciones, solo un poco golpeada, al igual que Malik. Como solía decir mi abuela. “La mala hierba nunca muere”.

      Cuando llegué a la puerta de mi casa detuve la moto en el jardín  y le puse el soporte de fierro que tiene por un lado para que no se cayera. Zayn estaba como ausente, solo se limitaba a mirar lo que hacía.