El domingo me levanté temprano para ir a casa. Creo haberlo dicho antes pero detesto con todo mi ser levantarme temprano. Esta vez lo hice porque mamá me lo pidió y también porque tenía cosas que resolver. Tenía que ayudar a mi madre.
Nunca pensé decir esto pero, me encuentro feliz de que Zayn esté soltero porque a pesar de que es totalmente antipático, hay algo en sus ojos que me desafia. Y eso me gusta mucho.
Mientras me vestía, escuché que Rose comenzaba a balbucear dormida. No entendí una sola palabra y luego guardó silencio. Fui al baño, me aseé y salí sin hacer ruido. Bajé las escaleras sigilosamente para no despertar a nadie. Abrí la puerta que da a la calle y eché a andar hacia mi casa. Miré de reojo la casa de enfrente de la de Rose y esbocé una sonrisa de conformidad. <¡Eres mala!> me regañó mi subconciente.
Cuando llegué a casa mi madre me pidió que la ayudara con los quehaceres y que luego la acompañara a hacer una entrega de su trabajo a una vecina.
Mi madre se dedicaba a fabricar y diseñar cortinas muy sofisticadas y también otros adornos para el hogar pero sus cortinas eran muy famosas en el vecindario y al parecer aquella vecina, (que por lo que oí decir de mi madre es nueva) quiso conocer su trabajo.
Me gustaba que a mi mamá le fuera bien en lo que hacía porque ella disfrutaba mucho diseñando y confeccionando. La distraía de sus pensamientos tristes acerca de mi padre.
- Grace, tráeme el envoltorio – Pidió.
- ¿Dónde están, mamá?
- En el mueble, cerca de la puerta de la cocina. – Respondió.
- OK, lo encontré – Se lo acerqué a mi madre y le ayudé a doblar las cortinas para guardarlas.
- Está listo, falta un pequeño detalle – Levantó el dedo índice unos segundos y luego cogió lápiz y un pequeño papel. Escribió en él: *Bienvenidos a su nuevo vecindario*.
- Lindo detalle – Agregué.
***
Iba tan distraída conversando con mi madre que no me percaté del camino que habíamos tomado. Caminamos durante 20 minutos y entre risas divisé la casa de Rose.
- ¿Quién es la vecina nueva? - Pregunté, pero mi madre se paró en seco.
- ¡Llegamos! – Anunció y luego respondió – Trisha.
- ¿Trisha? – Repetí y miré mi camino. Y en ese momento fue cuando mi cerebro procesó toda la información. Casa de Rose, vecina nueva, camino vagamente conocido. Mierda, mierda y más mierda. Palicedí.
Mierda.
- ¡Mamá! ¿Qué hacemos en esta casa? – Pregunté un poco exaltada. Solo un poco, nótese la ironía.
- Grace, creo habértelo dicho antes. Vine a dejar un pedido y también visitar a una nueva amiga – Respondió ella con toda la calma del mundo.
En estos momentos pasaban por mi cabeza varias opciones. No es que me pongan nerviosa los chicos y esas cosas, simplemente me pone nerviosa el hecho de que voy a estar en la misma casa del chico que me gusta y que por si no recuerdan es un jodido amargado. Si salía corriendo, mamá lo notaría y después vendría un interrogatorio. Paso. Rose era mi única salvación.
- Grace, prometiste acompañarme. Así que cumple tus promesas – Se acercó a mí escudriñándome con la mirada. Asentí rápidamente con cara de pánico.
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Evil Hazel Eyes
RomansaPrólogo Para una adolescente normal el amor a primera vista era una cosa de todos los días. Para mí era una estupidez. Digo “era” porque hay cosas que no piensas que te puedan suceder a ti. Las cosas que eran importantes para mi no tenían nada que v...