3/Octubre/2020
En lo Oscuro del Cosmos.
La realidad suele ser más frágil de lo que aparenta, ¿saben? Es muy sencillo ignorar esa verdad. Pues claro está, llenamos nuestras vidas de sonidos, imágenes y acciones para no caer en cuenta del vacío que hay en todo lugar.
Pero todo tiene un límite... incluso el propio universo.
El 2020 había sido un año de fracturas, miedo y paranoia. No, no había sido un año normal, todo ocurría como si fuese la última parte de la mecha de un pedazo de dinamita. Nos dejó una gran marca a todos. Desde aquel virus que nos arrebató la tranquilidad, hasta las inundaciones que persiguieron a México durante todo un mes.
Pero todo seguía bien. Podíamos sobrellevarlo todo. Podíamos ir en buen camino incluso con los huracanes y tornados que azotaron a Europa. "Todo estará bien cariño. Para el próximo año solo habrá sido como una larga pesadilla". Es lo que decía Darcy antes de que cayera en coma... y tuviéramos que desconectarla cuando el medico nos quitó toda esperanza de volverla a ver andando, volver a ver su sonrisa, volver a sentir sus brazos apretándome en cada abrazo.
Digo, la sociedad aun no era totalmente de cristal y por tanto nos alegró ver la llegada del 31 de Diciembre. El día en que el mundo entero celebraría haber sobrevivido a lo que ahora se catalogaba como "El año de las penas".
Nadie se alarmo cuando aquellos lunáticos de traje y abrigo de cuero hicieron una cadena humana que se extendió de Oregón hasta Alaska. Nadie se alarmo cuando a las 13 horas empezaron a cantar en un dialecto que nadie reconoció. Nadie se alarmo cuando comenzaron a gritar cosas como: "¡El día del fin es hoy!", "Los fuegos fatuos están por llegar", "Ya no hay salvación". Y tampoco se alarmaron cuando la cadena humana cayo inconsciente al suelo. Sin signos vitales... sin pupilas y sin lengua.
Excluyendo todo aquello, había sido un día normal. El sol tenía bastante frescura en lo abrazador de su luz. El cielo lucía un azul espectral; simplemente nos daba cierta paz. Incluso para el anochecer las estrellas brillaban más de lo habitual. Sí, el último día de aquel asqueroso año era placentero. Pero en la paz siempre deberá haber algo de inquietud. Nunca lo olviden. Pues en tiempos de paz es cuando el tornado alcanza más altura.
Miren, yo soy un hombre viejo, me casé a mis veinte años y nunca pude tener hijos a causa de mi infertilidad. Mi madre falleció a mis quince años y mi padre nunca estuvo presente desde que nací. Darcy era lo único que tenía sentido en toda la irrealidad que por años sentí que había sido mi vida. Y fue aquel virus mutado el que acabo con la mujer más risueña que he conocido.
Estaba perdido, ¿ok? No me quedaba nada más, pues a causa de los problemas económicos que se provocaron por los recortes laborales yo perdí mi empleo como obrero en la planta petrolera. Durante meses me ahogue en préstamos que poco a poco consumieron mi vida. Por ello tuve que mudarme a un departamento rentado en la zona de clase baja de mi ciudad.
Estaba solo, desempleado, pobre y condenado a vivir sin sentirme como tal. Así que no pueden juzgarme, ¿ok? Tenía que hacerlo. No había más.
En las noticias transmitían como en cada país una cadena humana, exactamente igual a la que les mencione, realizaban aquel cantico y recitaban esas inquietantes palabras. No parecían humanos, eran como muertos que vagaban como vivos. Tal como yo me sentía ahora.
Finalmente, después de que todos hiciesen sus preguntas de cómo o porque ocurrió eso, todos se preparaban para el final del día; para el final del año. Yo también.
Me senté en mi viejo y mugriento sillón, sosteniendo con mi mano zurda un viejo Ron que ya iba por debajo de la mitad. Y con mi derecha, una revolver algo añeja, pero que funcionaba para el trabajo que estaba dispuesto a hacer.
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Relatos del Cosmo Oculto.
SonstigesEl mundo es un lugar extraño, habitado por seres extraños de origen desconocido. La existencia humana es el misterio más grande que puede tener nuestra consciencia, ignorando el hecho de nuestra curiosa supervivencia atraves de los años. Millones d...