Quedó se verse con Elisa en su casa pues gracias a que su amiga había tenido bastante trabajo no habían tenido oportunidad de ir a la cafetería como cada miércoles, ahora ambas tenían un tiempo libre, se dirigieron al jardín trasero en cuanto llegó, la mujer de servicio les llevó una jarra de té helado y dejó a las amigas que platicaran a gusto.
-¿Cómo has estado Pame?-preguntó antes de beber un sorbo de té.
-Bien-suspiró-, aunque ayer Ricardo me jugó una muy mala broma.
-¿Qué hizo?
-Me encerró en un elevador con Alejandro para que lo escuchara-rio-, creo que debería aceptar que todo entre ese hombre y yo se terminó.
-¿Y no hablaron nada mientras estaban encerrados?-preguntó arqueando una ceja.
-No, no lo quise escuchar y en respuesta me besó.
-¿Y luego?
-Nada, arreglaron el elevador y salí de ahí.
-Entonces todo sigue igual entre ustedes.
-Sí, y así seguirá siendo.
-Pame, deberías escucharlo-sugirió su amiga como todos lo habían estado haciendo a largo de todos esos días.
-¿Por qué todos están de su lado? ¿No entienden que no le voy a perdonar su mentira?-sonaba harta.
-Y tú no entiendes todo lo que ese hombre hizo por ti, porque estuvieras bien, ¿Crees que él no quería decirte toda la verdad desde un principio? Pero sabía que no era buena idea, que primero debía tener todas las pruebas a su favor antes de que tú supieras todo.
-Al parecer tú sí sabes-se cruzó de brazos.
-No todo-respondió nerviosa-, tú también le ocultaste algo, no le has dicho que perdiste un hijo suyo ¿O sí?
-No pero esto es diferente, ¿Por qué siento que sabes más de lo que creo? Tú nos llevaste al rancho donde nos ocultamos y me dijiste que Alejandro había previsto eso, ¿Tú ya sabías la verdad?
-Sí-suspiró agachando la cabeza.
-¿Desde cuándo?
-Desde la noche que nos encontramos en el restaurante con toda tu familia y él-confesó mordiéndose el labio inferior-, cuando hicieron el lanzamiento de la campaña para la cervecera.
-Pensé que eras mi amiga-su voz se cortó-, y más bien lo ayudaste en lugar de decirme la verdad.
-Porque lo soy es que acepté ayudarlo, yo no sabía que se trataba de ti, mi novio es su mejor amigo, él sólo me dijo que necesitaba ayuda en un caso y acepté, ya en el lugar supe que Ángel era en realidad un policía encubierto y que su verdadero nombre era Alejandro.
-Debiste decírmelo, no dejar que se siguiera burlando de mí.
-Nunca se burló de ti Pamela, entiéndelo, él te ama…
-No te quiero seguir escuchando, vete-le pidió notablemente molesta y decepcionada.
Elisa suspiró y salió de la casa rompiendo en llanto en cuanto subió a su auto, llegó a su departamento donde Fernando la esperaba con una deliciosa comida y una sonrisa, la cual se borró en cuanto la vio llegar llorando.
-Mi amor, ¿Qué tienes?-preguntó acercándose a abrazarla.
-Le dije a Pamela que yo sabía la verdad desde hace tiempo y ahora no quiere saber nada de mí-respondió abrazándose a su novio.
-En algún momento se le bajará el coraje y serán de nuevo las mejores amigas amor, estoy seguro-trató de tranquilizarla.
-No lo sé-suspiró-, está demasiado enojada, nunca le han gustado las mentiras y dudo que nos sea sencillo convencerla de que fue por su seguridad y que crea que el amor que Alejandro siente por ella es real.
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Amor Encubierto ©
RomanceA veces la vida nos lleva por caminos que jamás imaginamos pero que nos ayudan a evolucionar, aunque eso implique vivir bajo máscaras la mayor parte de nuestra vida, siempre en riesgo y nunca estable, Alejandro, un policía encubierto que poco a poco...