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La tenue luz de la mañana de un domingo se hacía paso entre las blancas y finas cortinas de mi habitación. Me senté en mi cama con mi libro favorito en las manos, "Animales Fantásticos y dónde encontrarlos", de Newt Scamander. A pesar de que ya no necesitara ese libro para, posiblemente, cursar mi octavo año en Hogwarts, yo seguía leyéndolo porque lo adoraba. Me perdí entre las letras y palabras que adornaban sus antiguas y amarillentas páginas, hasta que escuché a alguien llamarme desde la puerta de mi habitación.

- ______- aparté la mirada del pequeño libro y, apoyada en el marco, vi a mi hermana-. Ha venido algo.

- ¿Algo?- cerré el escrito y lo dejé encima de mi mesita de noche, junto a una pequeña y solitaria lámpara.

- Ven a la cocina, están todos esperando- hizo un movimiento con la mano para indicarme que me levantara, y eso hice.

- M-Muy bien...- no sabía lo que pasaba pero, sin rechistar, seguí a mi hermana- ¿Puedo saber que es ese algo, Hermione?

Giró su cabeza hacia mi mientras bajábamos las escaleras.

- Hogwarts- sonrió.

- ¿La carta?- le devolví la sonrisa y ella asintió.

Bajamos del todo y llegamos a la cocina, donde estaban Ron, Ginny, Harry, Luna, Molly, Arthur y George.

Miré encima de la encimera, y ahí lo vi, un pequeño sobre. Volví a mirar a mis amigos, y cada uno ya tenía su carta en las manos, menos George, quien ya había terminado sus estudios en la escuela. Me acerqué y la cogí, con las manos algo temblorosas.

"______ Granger"

La carta tenía un sello rojo carmín, donde había un escudo con una pequeña "H" en el centro. Arriba de ese escudo había un pequeño pergamino horizontal donde ponía "Hogwarts". Un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo, provocando una sonrisa en mi cara.

La abrí con cuidado, para no dañar mucho el sobre y el sello y solté un pequeño suspiro de alegría al ver que, después de tanto tiempo de espera, ya había llegado nuestra carta de admisión a la escuela de Magia y Hechicería para cursar nuestro octavo año.

"COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Directora: Minerva McGonagall.

Querida señorita ______ Granger,

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Muy cordialmente,
Minerva McGonagall"

Sonreí, la felicidad inundó mi cuerpo. No podía creerme que, a pesar de todo lo que había pasado el año anterior, volvería al instituto donde crecí y aprendí a ser valiente y a aceptar quién soy. Hogwarts había sido mi verdadero hogar.

- ¿Os han admitido a todos?- preguntó nuestra segunda madre, Molly.

- Sí- no podía dejar de sonreír.

- Mañana mismo vais al Callejón Diagón a comprar lo necesario.

- Los voy a acompañar yo, mamá- dijo George tras nuestra. Su rostro mostraba que estaba todavía desolado por la muerte de su hermano gemelo, Fred. No era el único que se sentía así. Toda la familia Weasley estuvo meses deprimida, pero llegaron a aceptar que murió como un héroe.

(***)

Estábamos ya en el Callejón Diagón comprando los libros que nos tocaban para el nuevo año. Hermione se fue a acompañar a Harry a Gringotts, y Ron se fue a comprar con Ginny. Yo andaba sola por ese gran callejón, donde siempre hay gente caminando, niños de primer año ilusionados con ir a Hogwarts... 

Estaba caminando hasta que algo o alguien alteró mi tranquilidad chocándose conmigo y tirando mis libros al sucio suelo.

- Ten más cuidado, asquerosa sangre sucia- reconocí su voz al instante.

- Déjame en paz...- me agaché para recoger todo lo que había tirado.

- Te dejaré en paz cuando tu hermana y tú os vayáis de Hogwarts, no merecéis estar ahí siendo hijas de muggles- me volví a levantar y le miré con rabia a sus ojos grises, y él a mi con desprecio.

- Malfoy, te ha dicho que la dejes- escuché como Ron se acercaba a mi.

- ¿O si no que vas a hacer, Weasley?

El pelirrojo sacó la varita.

- Ron, para- intervine-. No puedes hacer magia fuera de la escuela, todavía no tienes 17 años. ¿Recuerdas?

- Patético- el rubio resopló riendo.

- Malfoy, ¿no sabes escuchar?- los tres nos giramos hacia donde provenía esa voz y vimos a Hermione y Harry, este último con varita en mano. Sonreí al verles.

Draco no dijo nada, rodó los ojos y se alejó de nosotros. 

- Gracias, Harry.

- No es nada, ______- me abrazó por los hombros.

Hermione y yo nos miramos y nos sonreímos. 

Sangre Sucia - Draco Malfoy y tú © [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora