Capítulo 37: Amigo o enemigo, ¿Quién saca a Shawn?

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Petra ya estaba junto a Harald, camino a la casa azul, luego de un recorrido por las ajetreadas calles de Münengarten, llegan a la sede del gobierno mental, donde ya empezaron a perder la paciencia.
Tanto que cuando llegó Petra, los asistentes de Saito acosaron a Petra con sus preguntas:
—¿Dónde está Wollcraft?
—¿Qué pasa qué tarda tanto?
—¿Acaso Wollcraft no quiere salir?
A lo que Petra respondió:
—Lamento mucho la demora, hubo un problema con los muebles y la despedida al personal demorará más de lo previsto, para ganar tiempo, adelanten el discurso de Saito y Tobishi.
Por un lado los asistentes del gobierno entrante y por otro los medios enemigos del gobierno saliente.
  ¿WOLLCRAFT SE REHÚSA A ABANDONAR EL PUESTO?
  LA IZQUIERDA BUSCA ATORNILLARSE AL PODER CUESTE LO QUE CUESTE.
Pero de regreso a los pasillos de la casa azul:
—Doctor Ragnarsson, use el teléfono de la secretaria de Shawn para comunicarse con él.
—¿Qué pasa que no puedo verlo?
—Está adentro y no quiere salir, para eso está aquí.
—Bien.
Mientras tanto a Shawn le llegó el aburrimiento. Lo que le durará poco, la llamada que recibiría lo cambiará todo.
—¿Quién es? ¿No quieren entender?
—Si quieres que me aleje de tí, no quiero entender.
—¿Harald?
—Así es Shawn, aquí estoy.
—¿Qué haces aquí?
—Petra me trajo.
—Ay Petra!, siempre metiéndose.
—No la culpo—Y en tono susurrante—Esa belleza convence a muchos.
—¿No me digas que gustas de ella?
—Puede ser.
—Estas loco Harald, ¿Qué haces aquí?
—Me trajeron para hablar contigo.¿Qué pasa?¿La puerta está atascada?
—No, yo no quiero salir.
—Otra vez con tus mambos, ¿Qué es lo que te pasa esta vez?
—Siento que no quiero salir de aquí. Y sé que sacarme de aquí es imposible.
—Vamos Shawn, deja esto, en algún momento tendrás que salir, aunque sea al baño, y ahí será peor.
—La oficina tiene baño privado.
—Comer, en algún momento necesitarás comer.
—......
—El clásico silencio sin respuesta de un Shawn acorralado.
Y justo en ese momento llega la persona que lo cambia todo.
—Deme ese teléfono.
—¿Pero qué demonios?
—Deme el teléfono, ¿Shawn Wollcraft?
—Sí, ¿Quién habla? ¿Qué pasó con Harald?
—Soy Marco Kestington y Harald está a mi lado.
—Y tiene el descaro de hablarme, no hay nada de qué hablar.
—Antes de que cuelgue tengo que decirle algo.
—¿Qué es?
—Prenda el televisor en modo visión humana.

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