Shawn Wollcraft tenía que pensar si la reforma que le presentaron es conveniente o no.
Leyó por horas y horas y en ese momento todo era como le habían dicho pero cuando llegó a la tercera cláusula dudó si le convenía.
—Dimitri, Dimitri!, DIMITRI!!. Ah cierto.Sin Balanchine solo era Shawn Wollcraft y la carpeta. A pesar de que estaban los ministros (Incluidos los del "Consejo de Sabiduría), el primer ministro quería decidir solo (Aunque por un momento extrañó a Dimitri).
La cláusula promulga la declaración del parlamento como parte "Esencial para el Orden Nacional" estipulando como Organismo Básico para las decisiones del país.
Una y otra vez, leyó el mismo enunciado y pensó si le conviene, aunque mucho no entendía.
Pero luego recordó de quién vino el proyecto.
—Un partido de izquierda, nuestro bando, (Bueno, casi) pero por lo menos las mismas ideas.
—Conque pensando en voz alta ¿Eh?
No sé cómo, no sé por qué, Dimitri estaba otra vez en el despacho de Shawn.
—Dimitri, ¿Cuanto llevas ahí?
—Lo suficiente para saber que esa clausula te tiene indeciso.
—¿Cómo entraste?
—Tengo mis medios.
—¿Qué quieres?
—Solo quiero decirte que si apruebas esa reforma con esa cláusula, no digas ni "mu" cuando el parlamento se te salga de control. Solo eso. Me largo.
—Si, adiós.
El hecho de que Dimitri "El paranoico" Balanchine le explique a Shawn la cláusula 3 fue lo suficiente para que lo ignore (Ya que de seguro es otro de sus "Temores Paranoicos").
Y entonces se decidió.
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El país de las emociones
FantasiUna historia sobre el derrumbe ideológico de un chico visto desde el punto de vista de un universo paralelo en el que los cerebros son países y las corrientes de pensamiento son políticos. La oposición busca hacerse con el poder, pero para eso debe...