Hektor no sabía que hacer, su única idea era pedir ayuda.
—Lawrence, Lukas, tengo que hacer esto, y no se como.
—¿Hacer qué?
—Hablarle al sujeto.
—¿Averiguaste algo de él?
—Se llama Nathan.
—¿Algo más?
—Tiene un vocabulario vulgar con acento mexicano y hace karate.
—¿Cómo sabes eso? ¿Lo viste?
—Lo de su vocabulario vulgar con tinte extranjero lo escuché del propio sujeto y descubrí lo del karate por sus redes sociales.
—Parece que te pasaste un buen rato buscando información ¿Verdad Hektor?
—Si así investigas, cualquier día te pediré un trabajo de espionaje Hektor.
Lawrence habló por una vez, se mostró muy callado durante esa movida.
—Estoy entre "ir y hablarle así cómo así" que me parece raro y “montar alguna situación” para lograr hablarle.A todo esto se hizo la hora de la fila y el "trío de mosqueteros" (Lawrence, Lukas y Hektor) estaban parados en frente del salón de clases del sujeto.
—Hektor, ahí está el sujeto, hablale ahora.
—No, no, no he planeado nada y no puedo ir y hablar así como así.
—¡Ay por favor!, quédate aquí Hektor, ya regreso.
—No Lukas, regresa a… qui
—Lukas te ignoró totalmente
—Cállate Lawrence.
Lo que pasó después, dejó a Hektor sin palabras.Lukas se fue a buscar a Nathan y lo trajo ante Hektor
—Hola ¿Como estais?Soy Hektor
—Hola me llamo Nathan
—Gusto de conocerte
—¿Qué?
—Gusto de conocerte
—IgualmenteCorto pero es algo, a Hektor una vez que se saludan, el asunto de las amistades marcha solo.
—Hektor, estás rojo!
—¿En serio?, Al menos ya logré mi objetivo.
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El país de las emociones
FantasíaUna historia sobre el derrumbe ideológico de un chico visto desde el punto de vista de un universo paralelo en el que los cerebros son países y las corrientes de pensamiento son políticos. La oposición busca hacerse con el poder, pero para eso debe...