El país de las emociones

Capítulo 36: El clavo duro.

Los días entre la elección y la asunción de Saito pasaron sospechosamente tranquilos.
¿Por qué sospechosamente? Porque no hubo triunfo de otra ideología que no sea izquierda que no sea controversial o haya causado un escándalo.
El día antes de la asunción de Hikaru, los medios le dieron "la despedida" a Shawn Wollcraft.

  EL FÍN DEL MODELO 'WOLLCRAFTIANO'
Hoy es el último día del gobierno de Shawn Eugene Wollcraft. Una era que inició con un fuerte autoritarismo centralizado, seguido de escándalos de corrupción, amenazas, insultos, mentiras.
Luego de más de 1 año de excederse del mandato "heredado" de Mark Johnson, veremos un cambio de administración. Un cambio ideológico primera vez visto en la historia moderna del país.
Aunque el cambio ya estaba llegando al país, sobre todo por la ley de Protección Patrimonial y Defensa ante Situaciones de Riesgo Próximas, alias "Ley Karate". Sancionada por un parlamento ampliado y dominado por un partido que engañó al país, para meter gente que se relaciona con el Enclave (Un partido que intentó llegar al poder por las buenas, y no lo logró).
Mentiras al pueblo, amenazas e insultos a quienes trabajan con la verdad. Muchos nos preguntamos: ¿Cuando la situación se nos fue de las manos? Teníamos un país estable, deficiente en algunos aspectos pero estábamos acostumbrados a una vida que “en un poof” se vino abajo.
El camino llegó a su fin, mañana empieza un nuevo país. Solo el tiempo nos dirá si es para bien.

Llegó el gran día. Había mucha gente en el balcón de la casa azul. Periodistas, empresarios, congresistas y afuera la gente normal. Todos esperando el momento en el que Hikaru Saito se convertiría en primer ministro.
Mientras tanto Shawn Wollcraft tenía que desocupar su oficina, luego el personal de la casa azul lo escoltaría hasta el balcón.
—Señor Wollcraft ¿Todo listo?
—.......
—¿Señor Wollcraft?
—.......
—Voy a entrar.
Y como era de esperarse, la puerta estaba trabada.
—¿Señor Wollcraft?¿Está ahí? Abra la puerta.
—No lo haré. ¡Largo!
—¡Por favor! Todo terminó. Salga de ahí.
—¿Cómo?
—Que salgas de ahí.
—No.
—¿Qué está pasando aquí?
Solo quedaba que Wollcraft salga de su oficina, por el momento eso no pasó y empezó a llegar el personal de seguridad.
—El señor Wollcraft está adentro y no quiere salir.
—Wollcraft, abra la puerta!
—¡No, ahora largo!
—¿Y ahora qué hacemos?
—Habrá que abrirla por la fuerza.
El intento de abrir la puerta tuvo menos éxito que la campaña de Petra Bullrich.
—¿Qué pasa que no abren una mísera puerta?
—De mísera no tiene nada, es una Security Master 380. Triple capa, blindada de punta a punta, indestructible.
—Entonces estamos en un callejón sin salida. ¿Alguien que nos dé alguna idea?
—La señora Bullrich, está cerca, es amiga de Shawn.
Todos por detrás de Petra, quien ya estaba en el balcón, esperando a Shawn.
—Señora Bullrich.
—.......
—Petra!
—¿Qué es lo que les pasa?
—¿Podría venir un momento?
—¿Para qué?
—Se lo decimos adentro.
De nuevo a la oficina de Shawn. Mientras tanto los medios sospecharon y enviaron a un infiltrado al sector de la casa donde estaba la oficina de Shawn.
—Ahora sí, ¿Qué pasa?
—Shawn está atrincherado, no quiere abrir.
—Se dice señor Wollcraft.
—Como sea, el punto es que no quiere salir.
—¿Shawn?
—¿Qué?
—¿Qué te pasa a tí?
—¿Cómo dices? No te escucho
—Esa puerta de caja fuerte no lo deja escuchar. Prestadme el teléfono.
—¿Quién es?
—Soy yo Shawn, Petra, tu amiga.
—Hola Petra.
—¿Qué está pasando? Sal de ahí, todo el mundo está esperando afuera.
—No lo haré.
—¿No habrá algo que cambie tu opinión?
—No lo creo.
Mientras tanto en susurro el periodista encubierto estaba grabando y comentaba todo el escándalo en primicia de último minuto.
—Parece ser Bárbara, que el primer ministro saliente no quiere abandonar su oficina. Ahora Petra Bullrich está hablando por teléfono con alguien, posiblemente negociando con Shawn Wollcraft.

Era cuestión de segundos para que el canal diera la noticia urgente.

  ULTIMO MOMENTO: SHAWN WOLLCRAFT ATRINCHERADO SE NIEGA A ABANDONAR EL PUESTO

En pocos minutos todos los demás periodistas supieron lo que se "cocinaba" en los pasillos de la casa azul, era cuestión de segundos para que el pasillo se llenara de periodistas y camarógrafos. Todos apuntaban a escuchar la conversación de Shawn y Petra. Y seguridad reteniendo.
—No hay nada que ver, retirense.
—SEÑORA BULLRICH, ¿ESTÁ NEGOCIANDO CON SHAWN WOLLCRAFT?—Periodista indagando para conseguir primicias
—Les dijimos que se retiren— Los guardias ya pierden la paciencia.
Y de vuelta a la 'negociación'
—Vamos Shawn, ya todo terminó.
—¿Qué son esos gritos y golpes?
—Nada.
—Incluso con la puerta de caja fuerte puedo escuchar.¿Qué pasa Petra?
—Está la prensa aquí.
—¿QUE LA PRENSA ESTÁ AHÍ? No saldré.

Petra sabía que la presencia del periodismo sólo perjudicaba las pocas chances de que Shawn saliera por las buenas.
—Bien, señores periodistas ¿Qué se les ofrece?
Todos se abalanzaron sobre Petra con 2 preguntas:
¿Dónde está Shawn?
¿Con quién habló?
A lo que ella respondió:
—Buenos días, el señor Wollcraft está desarmando muebles junto al personal de la casa azul y yo estaba hablando con la compañía de viajes ya que me voy de vacaciones. Les pido que despejen el área, el señor Shawn Wollcraft los esperará en el otro pasillo, el que llega a las escaleras.
Los medios se compraron el verso de Petra, quien tenía que buscar una solución. Shawn no tiene familia, así que la única que le queda es averiguar si Shawn tiene algún amigo o alguien cercano que pueda convencerlo.
—Irina, tú fuiste la secretaria tanto de Shawn como de Mark.
—E incluso de gobiernos anteriores.
—¿Shawn tiene amigos?
—Contados con los dedos de una mano pero sí.
—¿Quiénes son?
—David Krane, Mark Johnson, Gertrude Parker y un tal Harald Ragnarsson.
—¿Quién es el último?
—Harald fue compañero universitario de Shawn, uno de los mejores amigos de Shawn.
—¿Dónde está?
—No tengo idea, pero supongo que en su consultorio.
—¿Dónde queda?
—Avenida Carótida 5103.
—Voy para allá de inmediato.
—¿Qué?
—Vuelvo en 20'

Una 'carrera' para buscar al doctor Ragnarsson, Petra logró salirse del edificio sin levantar sospechas, gracias al sistema de túneles ocultos de la casa azul y en 5 minutos llegó al 5103 de la Avenida Carótida.
—Buenos días, ¿El doctor Ragnarsson?
—Está atendiendo, y ya no hay turnos.
—No busco atenderme, necesito hablar con el doctor Ragnarsson lo cuanto antes posible.
—Está atendiendo, no puede recibir visitas.
—¿Podría ser tan amable de decirle que Petra Bullrich lo busca para arreglar un problema con su amigo Shawn Wollcraft?
—¿Shawn Wollcraft es amigo del doctor?
—Amigos y compañeros de facultad.
—Momento.
El objetivo de Petra estaba demorando, llegado el momento, salió del consultorio el doctor Harald Ragnarsson.
—Sí dígame, ¿Qué es tan importan….? ¡Usted es Petra Bullrich!
—La misma.
—¿Qué se le ofrece?—La actitud del doctor cambió de repente—No todos los días hay una persona importante en mi consultorio.
—Necesito hablar con usted, respecto a su amigo Shawn.
—¿Shawn? No lo he visto en meses. ¿Qué pasa con él?
—Primero, sería mejor que hablemos adentro.
—¿Dónde están mis modales? Adelante, Diana trae 2 cafés.
La privacidad es lo primero, sobre todo tratándose del primer ministro y sus relaciones amistosas íntimas.
—Ahora sí, ¿Qué pasa con Shawn?
—Necesito un favor a escala nacional.
—¿Qué es?
—Shawn tendría que dejar el puesto, cosa que no está pasando, ahora Shawn está atrincherado en su oficina y no atiende a razones.
—¿Y qué es lo que necesita?
—Que venga conmigo a la casa azul, hable con Shawn y logre convencerlo de salir de su atrincheramiento.
—Esa es decisión de Shawn.
—Le estoy diciendo que no atiende a razones, ¿No está entendiendo?
—¿Me está queriendo decir que sí yo hablo con Shawn lo convenceré de dejar su atrincheramiento y dejar su puesto de manera ordenada?
—Al menos eso intentaremos.
—Bien, vámonos de aquí, Shawn nos espera.