Capítulo 7 "¿Desde cuándo eres así?"

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La verdad no sabía que Virginia era tan despiadada; pero es así, la forma en la que me mira, hay pura maldad en sus ojos, nunca la había visto de esta manera, es como si no fuese ella.

Sus manos descienden por mis brazos hasta llegar a mis manos, sosteniendolas y entrelazando sus dedos con los míos. Todo esto se me es extraño, ya que la Virginia que conozco jamás haría esto, pero, lo estoy presenciando.

—¿Qué tramas, Virginia? Tú no eres así. —La aparto, ella rueda los ojos.

—James, he visto como me miras. —Sonríe con sensualidad, y siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal. —Sólo te estoy pidiendo algo muy sencillo. —Ladea la cabeza para mirar a Mandy, quien se encuentra como un animalito asustado detrás de mí, y ¿cómo no estarlo? Virginia asesinó a Candas frente a ella.

Siento como tiembla el cuerpo de la pelirroja al escuchar la voz de la chica. Virginia se acerca nuevamente y enreda sus brazos alrededor de mi cuello apretándome contra sí.

—¿Desde cuándo eres así? —Inquiero sujetándola por la cintura.

Ella sonríe pícaramente.

—Desde hoy. —Su fresco aliento choca contra mis labios, creo que no voy a aguantar por mucho tiempo. —¿Harás lo que te pedí?

Se ve tan tierna.

—Lo siento, pero no puedo. —Gruñe molesta. Sin embargo, logro ver como su rostro cambia radicalmente, y entonces une sus labios con los míos.

El momento que tanto soñé, está sucediendo. La sujeto con fuerza por la cintura y ella deja mis labios hasta llegar a mi oído.

—Como no te atreves a asesinarla, entonces será tu turno. — Frunzo el ceño al no comprender lo que dijo, cuando de repente, siento una mordida en mi cuello.

Un grito desgarrador sale de mi garganta, intento apartar a la rubia pero ella se aferra a mí con fuerza. Sin previo aviso la agarro por el brazo y la estrello contra un árbol, me siento débil, y comienzo a tambalear hasta que caigo de rodillas al frío suelo, mientras llevo mi mano a la parte afectada de donde sale mucha sangre.

Esto tiene que ser una broma. ¿Desde cuándo quiere asesinarme? Intento ponerme de pie pero no tengo fuerzas para ello, veo que se acerca peligrosamente hacia mí con una sonrisa malévola en su bello rostro.

Escucho unos pasos acercase hacia acá, ella parece percatarse en vista de que gruñe molesta y desaparece entre los arbustos, no sin antes lanzarme un beso y guiñarme un ojo. Caigo boca abajo al suelo y siento como unas pequeñas manos me ayudan a voltearme.

Los ojos de Mandy me miran con temor, los cuales están enrojecidos e hinchados, ella se encuentra con las mejillas bañadas de lágrimas.

—James. —Murmura tomando una de mis manos.

No logro decir nada, no veo nada más ya que caigo en la inconsciencia.

Abro los ojos lentamente y me percato de que estoy en mi cama. Inspecciono todo el lugar y logro ver a mi madre sentada en el sillón, también tengo una intravenosa en mi antebrazo derecho, hago una mueca de dolor al moverme.

—James. —Solloza mi madre, ella a su velocidad inhumana llega hasta mí, sus labios están quebradizos, ella se encuentra más pálida que de costumbre. Es como si no hubiese comido en días.

Me abraza como si tuviese tiempo sin verme; me aprieta contra sí y siento que me estoy quedando sin oxígeno, sí, otra desventaja de ser híbrido. Aunque después de lo que mi padre me dijo hace días me tiene feliz, y es que en un tiempo dejaré de serlo, ya que, mi lado vampiro puede más que el humano.

Según él, eso muy poco se ve en los híbridos, pero él dice que ha notado cambios en mí y eso sólo lo vio una vez y fue en la tía Karen, ella dejó de ser híbrido y se convirtió en vampiro cuando cumplió 18 años y yo tengo 17. Pero..., por lo general, si eres un híbrido y quieres ser vampiro, tienes que ser mordido por uno de ellos para que completes la transformación.

—¿Qué pasa, madre? —Inquiero sentándome en la cama.

—Cariño, ¿cómo te sientes? ¿Estás bien? —Me revisa de arriba abajo. —¡Alex! —Grita, a los poco segundos mi padre aparece en la habitación y me abraza con fuerza.

—James, pensamos que te perderíamos. —Se separa de mí y deja sus manos en mis hombros.

Veo que lagrimas caen por las mejillas Alexia, se abraza a sí misma, la verdad no entiendo nada, cuando de repente imágenes llegan a mi mente, las tres chicas, Virginia me mordió, abro los ojos como platos al recordarlo.

—¿Dónde está Mandy? —Pregunto desconcertado aún por todos los recueros de la noche anterior.

—La chica está bien, la tenemos en una de las habitaciones. —Suspiro aliviado porque pensé que habría escapado y para ser realistas, no puedo arriesgarme a ello.

—Bien. ¿Pueden quitarme esto? —Señalo la intravenosa en mi antebrazo. —Tengo que ir a clases. —Intento ponerme de pie pero Alex no me lo permite.

—Hoy es domingo. Son las 18:00 horas. —Lo miro como si estuviera loco, no eso es falso, se supone que ayer era lunes, cuando Virginia me atacó, tengo que enfrentarla, necesito saber el porqué de su agresividad.

—No, hoy es martes. —Digo, mis padres se tensan y mi madre tapa su boca con las manos cuando un sollozo sale de sus labios.

—Hijo. —Alex se sienta a mi lado. —Estuviste inconsciente 6 días. —Frunzo el ceño extrañado por lo que acabo de escuchar, no entiendo nada. Ya sé, es una broma de parte de ellos, lo más probable es que sepan lo que les hice a esas chicas, me imagino que Mandy les contó todo.

—Bien, muy buena broma, sé que deben de estar molestos por lo que les hice a esas chicas. Pero... —Mi madre me interrumpe.

—James. —Alexia toma mis manos, ella siempre ha sido una madre excepcional. —Estuviste a punto de morir. —Sus ojos se cristalizan y lágrimas caen por sus mejillas, siento que algo dentro de mí se rompe al verla llorar. —Ese vampiro que te atacó casi te mata.

Frunzo el ceño.

—No fue un vampiro. —Ella me mira confusa al igual que mi padre. —Fue Virginia, ella es una mujer lobo.

Mi madre me mira con lástima.

—No fue ella, —frunzo más el ceño. Pero..., ¿cómo? si yo la vi. —Fuiste atacado por un vampiro de los que habla el comunicado que enviaron los del concejo. —Me explica, siento me han echado un balde agua fría. —Ellos manipulan tu mente con facilidad y juegan contigo.

Entonces no fue Virginia.

No logro comprender nada, entonces por eso no percibí su olor, soy un estúpido. Cómo no pude darme cuenta. Ahora entiendo el por qué de su actitud.

—Ellos son los que han asesinado a los vampiros. —Dice Alex. —Te dejo para que descanses, tengo asuntos que resolver con respecto a lo sucedido.

Asiento.

Mi padre sale de la habitación y mi madre me abraza con fuerza a tal punto que creo que moriré asfixiado.

—Madre, si ese vampiro psicópata no me mató, creo que tú lo harás. —Finjo estar quedándome sin aire.

—Lo siento, cariño. —Se disculpa apenada. —Es solo que te extrañé mucho, pensé que no te volvería a ver. —Sus ojos se vuelven a cristalizar.

—Shh, ya no llores. —La abrazo. —Estoy bien. —Beso su mejilla.

Al cabo de un rato Alexia sale de la habitación. Para ser sinceros un gran alivio embarga todo mi ser al saber que Virginia no fue quién me atacó. El médico de la familia vino y dijo que ya estaba bien así que quitó la intravenosa.

Horas después me encuentro sentado en la cama, cuando la puerta se abre dejando ver a Alexia.

—James, Virginia vino a verte porque supo lo que te sucedió. 

Deseo prohibido |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora