Capítulo 11 "¡Estás mal!"

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Virginia se suelta del agarre de Adrián y niega lentamente, él intenta volver a sujetarla por el brazo, pero ella a pasos lentos, retrocede mientras lo fulmina con la mirada. 

—Esto se acabó. —Su voz sale lo más fría posible.

—A mí nadie me deja, Virginia. —Vuelve sus manos puños. —Y menos tú, sabes perfectamente que estás viva gracias a mí... —Ella desvía su mirada. Y luego lo mira.

—Lo sé. —Se encoge de hombros. —Y no me interesa. Yo misma me sé defender, no necesito de la ayuda de nadie, y mucho menos la tuya. —Noto que avanza peligrosamente hacia McCarthey, él retrocede y puede ver el miedo en sus ojos. —Te escuché. —Adrián la mira confuso. —Te escuché hablando con tu padre, me quieres controlar pero yo no te lo voy a permitir.

—Hermosa, escuchaste mal. —Intenta remediar lo que hizo, pero Virginia alza la mano derecha impidiendo que hable.

—Basta de mentiras. Tú ni nadie me va a controlar. —Lo golpea fuerte en el pecho haciendo que el McCarthey salga volando por los aires, y su cuerpo impacte con fuerza contra el asfalto.

Todos los presentes miran a Virginia con cara de pánico, nunca creí que ella fuera capaz de algo así... Me imagino que todos están estupefactos, pues no se escucha música y todos la observan detenidamente, es como si el tiempo se hubiera detenido.

—¡Qué mierda me ven todos ustedes! —Grita furiosa. Acto seguido comienza a correr, la música  suena nuevamente y las personas empiezan a bailar.

Sigo a Virginia viendo que se adentra al bosque. Por lo que pude notar, Adrián le teme. Por eso es que la quiere de su lado. Sim embargo, hay algo que no logro comprender y es: ¿por qué dice que McCarthey la quiere controlar? Él y su padre... ¿Qué esconde Virginia? Además, Adrián dijo que gracias a él, ella estaba viva. Tengo que averiguar qué es lo que pasa...

Todo está oscuro, veo a Virginia recostada a un árbol, con sigilo me acerco a ella y la abrazo por la espalda. Su cuerpo se tensa ante mi tacto, e intenta soltarse pero no se lo permito, en vista de que intensifico más mi agarre.

—Hola, preciosa. —Beso su mejilla. Noto como se relaja en mis brazos, ladea la cabeza para mirarme y sonríe débilmente.

—¿Qué haces aquí? —Pregunta al mismo tiempo en que posa sus manos encima de las mías; las cuales descansan en su abdomen.

—Quería saber cómo estabas... —Hago que se gire.

—Gracias por preocuparte por mí. —Sonríe avergonzada y mira hacia otra parte. —Me imagino lo que estarán comentando todos por lo que hice. —Pasa repetidas veces las manos por su cabello.

—Hey. —Tomo su delicado rostro entre mis manos. —Que no te importe lo que piensen los demás. —Acaricio sus mejillas. —Adrián es un idiota. Y pues se merecía lo que le hiciste. —Le sonrío con dulzura.

—No sé por qué eres así conmigo... —coloca sus manos sobre las mías. Y pego mi frente a la suya. —Siempre te he sido indiferente, sabiendo que yo... que yo te gusto.

—Porque te quiero, Virginia. —Beso la comisura de sus labios y ella cierra los ojos. —Y no me importa que seas de otra raza distinta a la mía, quiero una relación contigo. —Le hago saber.

Ella abre los ojos y se aleja bruscamente de mí. No entiendo qué le pasa... Es como si fuese otra.

—Aléjate, James.

—Te quiero. —Intento acercarme a ella, pero niega y retrocede.

—Olvídalo, entre nosotros no puede haber nada, entiende de una buena vez. —Su voz se escucha como un tempano de hielo.

—Podemos luchar juntos. —A mi velocidad sobrehumana llego hasta ella y la acorralo contra un árbol.

—¿Juntos? —Sonríe con sarcasmo —No quiero nada contigo. —Espeta con frialdad.

—Sé que me quieres aunque demuestres lo contrario, tus labios dicen una, pero tu corazón dice otra. —Acaricio sus mejillas con mis dedos pulgares.

—No, aléjate. —Niega e intenta apartarse de mí, —no sabes nada de mí, no me conoces; podría hacerte daño y no quiero. —Su voz se escucha cargada de desesperación, es como si estuviera agobiada por algo e intentara mantener las personas alejadas de ella.

—No lo haré. —Le aseguro, la abrazo.

—¿Eres consciente de qué puedo matarte cuando quiera? —Pregunta al mismo tiempo que me mira fijamente a los ojos.

—Lo sé, pero prefiero correr el riesgo a nunca haberlo intentado. —Digo para después unir mis labios con los de ella.

—¡Estás mal! —Exclama mientras me aparta de ella.

Virginia me mira con enojo, su mirada está llena de ira, rencor, remordimiento, frialdad. Quizás es así por algo que le pasó en el pasado.

O simplemente le gusta ser así, dañar a las personas que la quieren, ella me lanza una mirada de advertencia cuando doy un paso a su dirección. Bufo frustrado y me quedo en mi lugar viendo como ella se pierde en la oscuridad del espeso bosque.

No me quedaré así. Voy a averiguar el porqué de su actitud, no me daré por vencido tan fácilmente por más que me lo pida.

Suspiro pesadamente y me devuelvo a la fiesta; ahora que recuerdo... Mandy desapareció. Genial. Al llegar, veo que todos siguen bailando. Michael me dice que le contaron lo sucedido con Virginia. Todos dijeron que fue algo sorpresivo, dado que la rubia tenía mucha fuerza. Hay quienes dijeron que está poseída. Algo que es totalmente absurdo.

Le pregunto a mi amigo por Mandy pero me dice que no la ha visto. No sabes lo que te espera... McCarthey se fue de la fiesta cuando sus dos amigos lo ayudaron a ponerse de pies. Río para mis adentros al recordar la escena.

Dos horas después subo a mi motocicleta para irme. No encontré a Mandy. Acelero la moto, me las pagará, ella no debió huir. Llego a la mansión y me dirijo a mi habitación, quizás ahora que Virginia no quiere nada con Adrián, yo pueda tener una oportunidad con ella. No será fácil, pero quiero intentarlo.

Miro la hora y me percato de que son las 03:00; es de madrugada, mi móvil comienzan a sonar y veo que es Mick

—¿Dime, Mick? —Me siento en la orilla de la cama.

—Hey, hermano. Tu chica está aquí con Mia. —Frunzo  el ceño.

—¿Mandy?

—Sí... Y está llorando desesperada, diciendo que la lleve a la ciudad vecina porque hay un vampiro que la persigue. —Hace una pausa. —Tu chica está loca. —Se burla.

—¿Ella te ha visto, sabe que eres hermano de Mia? —Recuerdo con exactitud, yo se la presenté.

—No. Acabé de llegar a casa y escuché un llanto proveniente de la habitación de Mia, creí que era ella y cuando la vi estaba de espalda mientras le decía todo. Y por eso te estoy llamando, tú me preguntaste por ella.

—Sí, gracias por avisarme. ¿La puedes tener allá? bueno, sólo no dejes que te vea.

—¿Por qué? —Pregunta curioso.

—No hagas tantas preguntas. —Espeto irritado. —Solo no dejes que te vea. —Le recuerdo.

—Está bien. —Cuelga.

Aprieto el móvil y cae vuelto pedazos en el piso. Ahora mismo iré por ella. Salto por la ventana con dirección al pueblo.

No tienes idea de lo que te espera...

Deseo prohibido |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora