Capítulo 9 "¿Cómo sucedió?"

452 52 0
                                    

Las palabras de Mick me dejan desconcertado. Sinceramente no logro entender nada; lo miro fijamente para ver si me está mintiendo. Sin embargo, veo que me dice la verdad.

—¿Cómo sucedió? ¿Qué dice la policía? —Camino hacia mi casillero para buscar los libros de trigonometría.

—No se sabe nada, los últimos que la vieron en la noche del viernes fue camino hacia el bosque. —Frunzo el ceño. ¿Qué hacía Maya en el bosque? Mi rostro refleja confusión. —Ah, se me olvidaba. —Llegamos a los casilleros. Mick también busca sus libros. —El viernes hubo una fiesta en casa de Alondra.

Asiento.

Lo que se me hace extraño. Es qué hacía Maya ahí. Es decir, ella nunca asiste a esas fiestas. Desde que tengo uso de razón nunca la vi en una fiesta. Es más, esa chica no tiene amigas. Lo poco que conozco de ella es que es muy tímida, amable, buena persona y cariñosa.

Pero eso es lo que muchos no ven, la mayoría de las personas,para no decir que todas; son muy superficiales. Siempre mirando el físico de los demás, y como Maya no se arregla entonces no gustan de ella. Además, de que esta chica es muy inteligente. <<La mejor en su clase>>

—Mick. —Llamo su atención, cierra el casillero y se me acerca. —¿Qué hacía Maya en esa fiesta? —lo miro entrecerrando los ojos. —Sabes que ella no se relaciona con Karla y su grupo de amigas. —Karla es la mejor amiga de Alondra.

Noto como su cuerpo se tensa, desvía su mirada de la mía. Conozco a mi amigo y sé que algo anda mal. Carraspeo mi garganta logrando así su atención.

Mick pasa una mano por el cabello.

—Lo que pasa es que... —Guarda silencio.

—¿Qué pasa? —Me cruzo de brazos. —Michael. —Advierto.

—James, las chicas se enteraron de que la ratón de biblioteca. —Lo fulmino con la mirada. —Que Maya. —Se corrige. —Era virgen.

—¿Y eso qué tiene que ver? —Inquiero confuso.

—Karla y yo teníamos una apuesta. —Lo miro con un signo de interrogación, suspira resignado para decirme todo. —La apuesta era que yo... —Traga saliva, puedo escuchar latir su corazón de forma desenfrenada. —Que yo...

—¿Que tu qué?—Digo exasperado.

—Que yo lograra tener sexo con la mojigata, para que la desvirgara. —Pasa ambas manos por su rostro. Quedo estupefacto al escucharlo.

Sujeto con fuerza a Michael por el cuello y lo estampo contra los casilleros, haciendo así, que se forme un estruendo. La rabia que siento no me deja darme cuanta de mis actos, cómo puede ser eso posible. No puedo creer que tenga un amigo tan patán.

—¡¿Pero qué mierda te pasa?! —Grito intensificando más mi agarre, lo bueno es que no hay nadie a nuestro alrededor, dado que todos están en clases.

—Ya, James. Tam...,tampoco es pa..., para tanto. —Murmura con dificultad.

—¡¿No es para tanto?! Es Maya, ¿qué mal te ha hecho esa chica para que te comportes así con ella? —lo suelto y de inmediato estrello mi puño en la pared, mi amigo me mira con horror mientras lleva las manos a su cuello e intenta tomar todo el aire posible.

—Lo siento. ¿Sí? —Dice con desesperación.

—Ahora lo sientes. —Lo fulmino con la mirada.

—Pero no pasó nada entre nosotros. —Camino de un lado a otro. —Ella nos escuchó hablando, a mí y a Karla. —Se acomoda el cuello de la camisa. —Y fue cuando salió corriendo hacia el bosque.

Deseo prohibido |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora