Capítulo 1

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Horacio caminaba por la acera, los autos pasaban y de no ser por su capucha la lluvia lo hubiera dejado completamente empapado.
Miraba fijamente al suelo sin prestar atención a su alrededor, estaba sumido completamente en sus pensamientos.

¿Porqué lo hizo?...

Esas palabras no dejaban de recorrer su mente, la cabeza le dolía, tenía unas inmensas ganas de entrar en servicio y provocar un tiroteo en cualquier lugar. Pero eso no es digno de un héroe...¿Verdad?...

Llegó a su hogar, era una casa de dos plantas que había comprado con su hermano hace un tiempo

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Llegó a su hogar, era una casa de dos plantas que había comprado con su hermano hace un tiempo.

-¿De verdad te gusta?- Preguntó el rubio mirando a su hermano, Horacio asintió alegre. Gustabo hizo una mueca.

- Me encanta.

- Pues vaya gustos de mierda, con razón estas detrás del ruso borracho- Horacio empezó a reír.

- Tus gustos tampoco son los mejores- Horacio le dijo apuntando a su atuendo.

- De todas formas eso no justifica lo de la casa- Horacio sonrió mirando la casa.

- Me gusta porque es la más grande de aquí y hay más espacio para cachorro- Dijo acariciando su vientre.

-¿Cuando piensas decirle?- Gustabo y él habían recibido la noticia hace dos días y a Horacio le preocupaba la reacción del Alfa.

- No lo sé...-Horacio bajó la mirada.

-Joder, Volkov tomó tanto que ni siquiera se molestó en usar protección cuando estabas en pleno celo. Yo que tú le decía a papu para que le diera con la porra.

- Tengo miedo de que si le dijera él dejara de quererme o no quiera tener al cachorro- Gustabo frunció el ceño.

- Si pasa eso le corto los huevos.

Horacio sonrió ante el recuerdo que cruzó por su mente. Al abrir la puerta entró y se sacó su capucha para estar más cómodo.

-¡Priviet!- Gritó una infante al verlo llegar.

-Buenos días, Victoria ¿Papá está en casa?- la niña asintió, tenía el cabello con un tono plateado y los verdes.

Horacio subió las escaleras y entró a la habitación que compartía con su pareja.

-Hola bebé- Horacio abrazó al ruso al verlo, el más alto correspondió al abrazo y empezó a darle pequeños besos a su Omega.

He can't deadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora