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La séptima noche Steve por primera vez busco el cuerpo de Tony entre las sabanas, generalmente el ingeniero era el primero en busca de un abrazo, un beso o una plática a medianoche. Las seis noches que había pasado con él había entendido que se sentía o que se suponía se sentía esta clase de confianza, de alianza.
Era como si fuese una complicidad, donde Tony sabía más de lo que él sabía de él mismo, y él aprendía mucho del ingeniero. Usualmente lo abrazaba aspirando su penetrante aroma, embriagándose con esta ilusión tan real.
Esa noche él fue el primero en acercarse a Tony que apenas se había metido en las cobijas, la simple idea de regresar con Howard, con Peggy, a esa época lo hacían convertirse en un niño indefenso, en aquel desconocido de 50 kilos y ningún talento. Apoyó su frente en la clavícula saltada del mayor. Sintió una mano delgada entrelazarse entre los mechones cortos de su cabello rubio.
"Te siento ansioso" Tony dijo calmado y Steve sintió un golpeteo en el pecho.
Lo sentía.
Jamás había conocido a una persona que lo sintiera de una manera tan tangible.
¿Qué le diría a Howard cuando volviera?
¿Qué se estaba enamorando de su hijo? ¿De su único hijo que aún ni siquiera nacía?
¿Qué le diría a Peggy?
No
No podía mentir, sabía que era pésimo haciéndolo y Peggy siempre encontraba la manera de sacarle la verdad. Cerró los ojos apretando notoriamente los parpados, permanecía firme y su espalda era sólida, cada musculo tenso. Sintió la otra mano cálida recorrerse por su espalda desnuda, un soplo en el corazón.
"No quiero irme" dijo en un susurro intentando ser totalmente sincero siempre, si había algo que le agradaba de este hombre, era que jamás pedía explicaciones, solía siempre adentrarse en monólogos complejos y fluidos que siempre le advertían a Steve hacía que dirección avanzar, además una voz interna lo había auxiliado todo este tiempo.
"No pasará nada, el hecho de que los efectos de suero comiencen a disminuir no quiere decir que mueras, yo hicimos los números" Tony dijo en voz baja, su aliento rozando su frente, sintió un suave beso en su piel.
"Me gustaría estar siempre así contigo" Steve confesó intentando ahogarse en su pecho, sus dedos presionando la piel suave del ingeniero.
"¿Recuerdas la primera vez que dijiste eso?" Tony preguntó entre risas tenues, Steve levantó por primera vez la cara de su cuello, enterró su mirada azul en los ojos castaños que brillaban aún en la oscuridad.
"No"
"Estábamos atrapados en un edificio en llamas a punto de colapsar, la armadura estaba destruida y yo estaba completamente expuesto"
"No fue el mejor momento para decirlo" Steve admitió sintiendo un parálisis en el pecho al imaginar aquella escena.
"Al contrario, fue perfecto" Stark dijo y su hilera de dientes blancos formó una sonrisa, Steve lo miró intrigado.
"¿Cuál es tu lógica?"
"Estábamos solos, a punto de morir, por primera vez no peleábamos. Lo dijiste y me abrazaste. En ese momento yo no era Iron Man, ni Tony Stark y tú no eras Capitán Rogers, ni Capitán América. Éramos solamente tú y yo, juntos"
Steve soltó una risa y pasó su mano por la nuca de Tony, lo acercó a sus labios.
"Eres verdaderamente poético" Steve dijo jugando y Tony torció los ojos.
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Regresiones [Stony]
RandomLa segunda guerra mundial había sido ganada, Steve Rogers llevaba la vida tranquila y honorable que cualquier Capitán héroe de guerra llevaría, a punto de desposar a su novia por más de 2 años; Peggy Carter, acostumbrabo a BBQS los sábados en casa d...