Pregunta sin respuesta.

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Steve abrió los ojos lentamente, sus parpados temblando y su mirada nublada, los recuerdos llegaron a él como estampida.

Peggy

Howard

María

Bucky

Tony

Peggy

Se sentó de golpe en la cama, un mareo provocando una fuerte nausea, se llevó la mano a los labios y cerró los ojos, respiró lentamente intentando controlar un vómito, después de breves segundos sintió como iba disminuyendo, abrió los ojos de nuevo, frente a él un mueble de madera, una computadora blanca apagada, varios libros de historia, al costado una puerta, a su lado derecho una cortina romana bloqueando la visual, a su lado izquierdo un closet de madera cerrado, no reconocía el lugar, sin embargo sí reconocía que ya no estaba en los años 50's, sonrió sinceramente.

Se sintió de nuevo libre.

Intentó recordar, Peggy había llegado y Howard había puesto pausa... Mierda, por microsegundos Howard había fallado y por eso ahora estaba aquí, un miedo creciente en su pecho, Peggy se quedó ahí, con Howard, con el cuaderno de bocetos en su posesión. Mierda.

¿Qué haría al volver?

Howard lo odiaría.

Mierda, peor aún, si se enteraba que el de los dibujos era su hijo no nacido inclusive podía influir en que no decidiera jamás tener un hijo, podía modificar el transcurso del tiempo en el paralelismo dimensional y eso causaba hoyos negros.

Sintió un miedo creciente y de nuevo la vista nublada.

De pronto como un rayo una realización le dejó la mente en blanco.

Eso no importaba ya, porque ahora, por fin, después de varios meses de patética agonía y de fingir ser, estaba de vuelta. De vuelta donde Tony existía, donde él era real.

Tony.

Se levantó apresurado y se dirigió hacia la puerta junto al closet, salió de la habitación, una enorme estancia estaba en el centro del espacio, se conectaba con un comedor y una cocina de granito negro, el mismo gusto minimalista arquitectónico de Tony, una plasma gigante, y de fondo un muro completamente de cristal fijado con arañas, toda la ciudad de Nueva York a sus pies. Sí, ya reconocía el espacio, era la torre Stark.

Pero este espacio, jamás lo había conocido, cuando solía venir con Tony en el primer encuentro con él iban directamente al pent-house, que era mucho más grande, mucho más diverso y mucho más rico arquitectónicamente hablando.

Contempló que algo se movía en la estancia y caminó cauteloso, de espalda un hombre se veía viendo la televisión, no alcanzaba a ver su rostro ni por el reflejo del cristal, era de cabello ondulado y canoso, no, no era el tipo de cabello de Tony. No podía ser él.

"Capitán" una voz femenina lo hizo saltar involuntariamente, volteó a su derecha para encontrar a una mujer que robo su completa atención, era casi tan acuerpada como María, mucho más voluptuosa y de facciones moldeadas a la perfección, grandes ojos verdes contemplándolo expectantes.

"¿Tony? ¿Dónde está Tony?" preguntó intentando sonar sereno pero fracaso abismalmente. Sonaba exaltado y demandante, tanto que el hombre del sillón se puso de pie y caminó hacia él.

"Steve no es un buen momento para hablar con él, espera que el día pase al menos" El hombre de lentes dijo y Steve lo reconoció por las fotos que Tony guardaba en la casa de la playa, era Bruce, Bruce Banner, uno de los mejores amigos de Tony.

Regresiones [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora