Epilogo

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Abrió los ojos lentamente sin recordar realmente quién era, o dónde estaba. Se sentó sobre una cama amplia y de sabanas suaves y frescas, un muro de cristal dejando ver el océano, el sonido de las olas quebrando era lejano pero si se lograba concentrar lo suficiente podía definirlo. Sus sentidos adormilados iban cobrando nitidez y con ellos miles de recuerdos fueron armando el acertijo.

Esas notas de piano.

Una melodía nostálgica y conocida vació toda su memoria, su corazón comenzó a latir al ritmo de los tiempos musicales, lleno de altibajos, de pasión y una grave melancolía. Reconocía esa canción, era su favorita y estaba ligada a él.

A Tony.

Este nombre en su mente trajo mil recuerdos más, desde los de un bebé, un niño, un adolescente, un adulto... Tony en todas sus facetas de vida, siempre acompañado por él. Hubo silencio por tres tiempos y se reanudó la melodía, Steve desconcertado volteó a su alrededor, reconocía este cuarto, reconocía esta vista ¿Qué había pasado? Salió de la habitación caminando más de prisa, el puente de cristal, el árbol en medio de las escaleras, la casa volada sobre el mar....

Estaba de vuelta.

Bajó las escaleras corriendo, la canción aumentando intensidad, su corazón desbocado, corrió hacia la estancia del piano que conocía perfectamente.

Una chica de cabello castaño y ondulado sujeto en una coleta alta de caballo estaba tocando, sus cejas muy pobladas y sus ojos cerrados, su piel era pálida y sus dedos delgados, danzaban entre las teclas con rapidez y sensibilidad. Steve quedó congelado al verla.

No podía ser cierto. Él estaba muerto. No había manera alguna de que volviera... a menos que...

Las palabras de Tony hicieron eco en su mente.

"Aunque no sea yo estarás conmigo"

La pastilla.

Pero ¿Cómo era eso posible? Tony no conocía su secreto, nadie lo hacía. Además era imposible que una simple pastilla pudiese transportarlo a esta dimensión de nuevo. Debía estar soñando.

La música siguió su curso, era un altibajo, notas lentas y nostálgicas que requerían doble tiempo en cada una, la canción oleaba como la marea, en eso alcanzó el punto cúspide, el que Steve amaba, el que fue capaz de sacarlo de su trance y hacerlo permanecer inerte, las notas se redujeron a medio tiempo y demandaba dedos agiles, iba subiendo magistralmente al clímax...

"No, te comiste una nota Sara" una voz interrumpió y la chica dejó de tocar abruptamente con una clara cara de disgusto.

"Papá, iba perfecto" La chica dijo muy molesta y entonces Steve levantó la mirada, y ahí estaba él.

Tony vestía una playera negra con un estampado deslavado, su cabello era completamente grisáceo y sus arrugas mucho más profundas, era menos alto de lo que recordaba y su cuerpo había perdido mucha masa muscular, llevaba lentes translucidos con un armazón rojo, unos jeans desgastados y vans grises. Steve sintió un brinco en el pecho.

Estaba de vuelta.

Tony.... El Tony de su dimensión lo sabía, no sabía cómo pero de alguna forma se había enterado de su secreto y jamás le había dicho nada, ahora entendía el comentario "Uno siempre vuelve a dónde ama la vida", ahora entendía perfectamente su tranquilidad al dejarlo partir.

Tony lo había regresado a la dimensión en la que ilógicamente pertenecía. En la que podía ser feliz sin recibir ningún juicio, ninguna condena o presión. Sonrió agradecido sintiendo los ojos húmedos.

Regresiones [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora