Vida

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La porcelana entre sus manos temblaba contra su voluntad, su mirada se mantenía fija en la alfombra tinta, contaba cuántos hilos dorados estaban tejidos en los bordes intentando distraerse, era imposible.

"¿Quieres dejar de temblar?" Peggy preguntó realmente molesta, mordía las palabras y sentía cada musculo de su cuerpo tenso. Steve soltó la taza de café de golpe ocasionando un estrepitoso sonido, levantó su mirada aterrorizada.

"Perdón, no puedo evitarlo, perdón" Sus palabras revueltas y sus manos sudando, Peggy torció los ojos y volteó hacía el jardín, Steve podía jurar que le habían brotado más de una decena de canas en estos 5 minutos que se mantenían esperando, había bebido casi toda la taza de café y contado 472 hilos dorados.

"¿Qué hiciste Steve?" Peggy preguntó en un susurro intentando no llamar la atención de María que estaba a varios metros en la cocina preparando más café.

"Nada, lo juro" Mintió sin siquiera poder mantenerle la mirada, era evidente que mentía, Peggy se llevó una mano a la frente y cerró los ojos.

¿Qué podía haber salido mal? Peggy había jurado que no había dicho nada y él no recordaba hacer algo malo, bueno, había besado a Tony y tal vez mantenido un tipo de relación a escondidas con él por dos semanas....

MIERDA

Sí, seguramente Howard se había enterado de eso, pero ¿Por qué citar a Peggy? Además, ¿Por qué Tony no había bajado a saludarlos? Maldita sea, esta estúpida paranoia le comía los nervios y la cruda culpa latía a través de su piel. Sí, él de más de 40 años se había relacionado con un chico de 14.

¿Qué demonios estaba mal en su mente?

Dio un trago más largo a su café.

¿Qué le diría a Howard?

¿Perdón?

Por favor.

Había aprendido que esa era una palabra estúpida y dicha por mero impulso, por mera formalidad protocolaria. Oh Dios, él era una mala persona. Se suponía que Capitán América defendería las virtudes de cualquier ser humano íntegro, ¿Qué tan íntegro era salir con el hijo menor de edad de uno de tus mejores amigos?

"Mierda" dijo involuntariamente en voz alta y Peggy abrió los ojos de nuevo, la incertidumbre carcomiéndola y sus nervios comenzando a desquiciarla ¿Por qué Howard los citaría a ambos a las 12 de la noche en su casa?

"Tal vez sí hice algo" Steve dijo en un tenue susurro y Peggy abrió los ojos como platos.

"¡¿Qué mierda hiciste?!" Peggy preguntó demasiado molesta, sus palabras aún eran susurrantes pero sonaban letales, la mirada azul del hombre que aún la hacía vibrar lucía aterrorizada.

Oh no.

Las peores ideas cruzaron su mente.

"Steve, Peggy. Gracias por venir" Howard dijo en voz sombría y caminó hasta ellos.

No los saludó.

Steve intentó camuflajear su mueca de terror y tomó un trago al café.

"Steve"

El solo hecho que Howard pronunciara su nombre lo hizo perder la poca sicomotricidad que los nervios le permitían, tiró la taza en la alfombra, por suerte ya no había café.

"Oh, lo siento.... Yo...." Dijo nervioso y la levantó.

"Estas muy nervioso" Howard observó analítico.

Regresiones [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora