Quinto diamante

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Sus dedos levantaron la paleta de sombras con cuidado y la alzó con lentitud, pensando muy bien que color aplicaría sobre su rostro para acompletar su look. Le gustaba mucho su clase de maquillaje, se sentía relajada y era un momento en el que podía olvidarse de varias cosas. Con su nuevo rostro, fue capaz de dejar algunas memorias atrás. Los recuerdos dolorosos y las que hizo finalmente dejaron de reproducirse en su cabeza como una película cada vez que miraba su reflejo.

Ino y las otras habían dejado de molestarla, aunque no dejaba de lado las mirada cargadas de odio por parte de la rubia. No les prestaba importancia alguna, tan solo tenía una meta en mente y esa era ser la mejor de la agencia, de esa manera podría ser libre y obtener más beneficios cuando la hora llegase.

Sarada había cumplido ya un año. Afortunadamente era una niña callada y fácil de entretener. Se la pasaba en su corral viendo las imágenes en los libros de cuentos para niños y jugando con su conejo blanco de peluche que Sakura aun se preguntaba como es que lo obtuvo, o más bien ¿quien se lo dio? Cada día más Sarada crecía para ser el reflejo de su padre, su cabello, ojos, incluso personalidad. Su hija era la única cosa manteniendola con vida ya que si no fuera por ella, echaría por la borda todo su trabajo en la SW. No quería estar allí para aprender a usar más armas y tecnología de rastreo, las arterias principales y ligamentos importantes. Ella lo sabe, la están entrenando para ser lo que ella era, una asesina. Pero esta vez, lo haría desde las sombras y con sangre fría sin ningún sentimiento de por medio.  No venganza, no odio o rencor. Tan solo mataría por que así se lo ordenaron ¿y quien era ella para cuestionar?

De repente la puerta se abre de golpe y justo en el marco Sakura ve a una chica de cabello azabache y ojos perla, claramente confundida y en estado de alerta. Su bata de hospital está manchada de sangre y lleva un trozo de cristal en la mano claramente cortando su piel pero parece no importarle. Ella entra al salón descalza mirando a cada chica como si estuviera en alguna clase de simulación mental que le está causando que pierda la cabeza.

"¿Dónde está la salida?" Pregunta con voz rasposa de manera gélida. Pasos se escuchan por lo lejos así que inmediatamente entra y cierra la puerta tras ella. La maestra Kurenai a cargo de la clase saca un arma del cajón de su escritorio y sin esperar un segundo, dispara. No hay sonido, solo el cuerpo de la azabache recargandose de la pared y cayendo lentamente mientras retira el dardo de la zona de su clavícula. Sakura puede ver que sigue intentando pelear, quiere levantarse y seguir corriendo, incluso empuña el cristal en su mano con más fuerza.

En sus ojos hay el fuego que ella una vez tuvo, con su instinto de supervivencia guiándola en lugar de la razón. Justo como aquella noche en la que fue capturada. No le importó nada, solo quería vengarlo a él. Y lo logró, mató a cada mafioso involucrado en su muerte pero ¿a que costo?

En si no le importaba tanto, ella nunca tuvo una vida propia por la cual pelear y querer sobrevivir, ella no tenía aquel fuego como aquella chica en suelo frente a ella. Él era su razón de vivir, él era la razón por que se levantaba cada mañana pero con su ausencia, ¿cuál era su razón de vivir ahora? Y entonces lo sabe, su pequeña Sarada esperando en su habitación a que su día termine. Su hija era lo único que le quedaba y sería la mejor de la SW para poder darle una vida digna y tranquila después de que su tiempo en la organización termine. La pensión que recibiría sería suficiente y podría enviarla a una buena universidad cuando el tiempo llegara. Tiene una familia, una razón para sobrevivir.

Una vez fuera viviría una vida lejos de la violencia, después de todo la SW sería capaz de darle aquella oportunidad. Una vida tranquila para ella y su hija.

La maestra Kurenai se levanta y camina hasta la chica para tomarla por el tobillo y arrastrarla lejos de la puerta. Una vez fuera del camino Kurenai abre la puerta y ve a Tsunade con una sonrisa en los labios. La rubia deja pasar a dos enfermeras y entre las dos cargan a la de ojos perla inconsciente lejos de la clase.

"Buen tiro, Kurenai."— Adula la presidenta de la SW a la maestra. La mujer tan solo asiente y agradece su halago. —"Si te da problemas en tu clase solo déjame saber."

Tsunade se retira y cierra la puerta tras de ella. Tal parece que cuando nuevas chicas llegan aquí, les dan una oportunidad para escapar. Claro que no lo logran pero con esa prueba les es posible calcular en que falla su sistema y que lugares necesitan más seguridad.

Sakura no pasó por esto debido a su estado en cinta y por el hecho de que fueron claros con ella desde el principio. La pelirosa firmó un contrato del cual no tendría escapatoria pero al menos le daba una buena oportunidad al final de su carrera. La oportunidad de una vida tranquila junto con su hija, Sarada.

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⏰ Última actualización: Nov 02, 2020 ⏰

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