04.

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La luz del día traspasaba la ventana de la habitación de Liam posándose en su rostro, haciendo que este despertara por la molesta sensación y por el calor.

Restregó sus ojos para ver el reloj que estaba arriba de su puerta y notó que eran las nueve de la mañana.

—Dios, ¿por qué tan temprano? - se dijo a sí mismo mientras se tiraba en su cama para recostarse. Era domingo, no tenía mucho que hacer. Flashbacks c
de la noche anterior vinieron a su mente, y no pudo evitar dejar salir una sonrisa de su rostro.

Una hora, pasó ahí, en su cama. Aún pensando en todo lo que había pasado, hasta que sus hermosos pensamientos sobre aquél moreno se vieron interrumpidos, al escuchar unos fuertes truenos y el ladrido de Bat cada que sonaban. Liam no entendía nada.

¿Cómo la molesta luz del sol que lo había despertado hace unos minutos, según él, se fue tan de la nada y ahora lo único que podía ver eran nubes grises por todo el cielo?

Salió de su habitación para tranquilizar un poco a
Bat y prepararse algo de comer. Después de prepararse cereal con leche se sentó en su sofá, prendió la televisión y mientras cambiaba de canal se detuvo en uno dónde estaban pasando las noticias.

“Una fuerte tormenta se aproxima para el sureste del país” - estaba feliz, amaba la lluvia.

—¿Escuchaste eso? - le preguntó irónicamente a Bat. Habrán truenos por mucho tiempo. Eso significa que hoy no podrás ver a ese amigo tuyo. Ni yo al mío.

Sintió tristeza, y siguió cambiando de canal, mientras se acomodaba aún más en el sofá pensando “¿por qué hoy?”.

Tres horas después.

—¡¿Qué?! ¡... ay! - Zayn se despertó debido a que se cayó por asustarte con un trueno y la torrencial lluvia.

Reaccionó al instante y se dió cuenta de lo mal que había dormido en el sofá.

Otro trueno se hizo presente. Un mini susto en Zayn también se hizo presente, pues lo tomó por sorpresa. Estaba perdido en sus pensamientos, y para que negarlo, también el castaño de anoche.

Se acercó a la ventana y dirigió su mirada hacia el cielo.

—No creo que termine pronto. - dijo al mismo tiempo que hacía pucheros, pues ya no tendría la posibilidad de ver al oji-miel.

Zayn sólo sabía una cosa; haría lo que fuera por verlo de nuevo. Tenía que ver al castaño. No podía sacarse esos músculos, esa sonrisa y menos su mirar que hizo que sintiera escalofríos por todo su cuerpo. Simplemente no podía no hacer algo al respecto.

Se estaba debatiendo en si ir o no otra vez a ese lugar. Un poco arriesgado si pensaba en lo fuerte que estaba lloviendo, pero era sólo lluvia, ¿no? ¿qué tanto le podía pasar? y tenía razón, no era como si le fuese a caer un rayo encima o lo que es sea. Pero podría enfermarse, y ahí sí que no podría ver esa sonrisa de nuevo, además mañana comenzaba la universidad. Definitivamente se volvería loco.

Entre tanto pensar se hicieron las dos de la tarde. Zayn aún no desayunaba, así que todo estaba en su contra. Se sentía algo débil, así que fue a hacerse algo.

Esperó después de desayunar, a que la lluvia parara un poco, y finalmente se decidió a ir.

—Al fin y al cabo así es más romántico.

ziam | cosas de perrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora