07.

490 79 49
                                    

Eran las cinco de la tarde y la lluvia había terminado.

Bat lamía a Zayn en uno de los muebles, y él parecía disfrutarlo.

Liam, quién estaba en el otro mueble sintió que era un poco irrespetuoso pensó en ir a quitárselo de encima.

—Ven Bat ya ba... - y tropezó, cayendo casi completamente encima del moreno, si no fuese por sus brazos que ahora estaban apoyados en el respaldar.

Bat por su instinto y agilidad salió de ahí para no ser aplastado.

Zayn y Liam se miraron a los ojos por unos segundos, se sentía muy bien. Parecía un mundo dónde sólo estaban ellos dos, y aunque parezca apresurado, ya ambos habían caído por los encantos del otro.

—Ehh, pe-erdón... Y-yo... - tartamudeó el castaño, con su rostro ruborizado más por la vergüenza.

Rápidamente se levantó y fue hacia la cocina. No sabía por qué ahí, no tenía nada que hacer allí. Pero aprovechó el momento y le invitó algo de comer a Zayn. Ignorando así lo que había pasado.

—No pasa nad-a. - respondió el moreno desde el sofá, que jugaba con sus manos como respuesta de su ansiedad.

—Creo que es hora de irme. - dijo Zayn levantándose. —¿Tan pronto? - luego vió la hora y se arrepintió de haber dicho eso, ¿qué pensaría Zayn de él?

Pero tomó la oportunidad de remediarlo cambiando de tema.

—Antes, ¿qu-ieres alguna fruta? ¿o tal vez pastel? - que tenía ya que hace unos días fue el cumpleaños de su mamá, y él decidió comprarle uno y cantarle cumpleaños online. Ella se encontraba en otra ciudad, por motivos de trabajos, y le enviaba dinero al castaño.

Zayn no pudo evitar que una pequeña risa se le escapara de su boca.

De su apetitosa boca.

Al menos así se refería Liam a ella.

—¿Agua, quizá? - Zayn no se quedaba atrás con su nerviosismo. Que lo hacía ser más educado y tímido de lo que era normalmente.

—Vamos, no seas tan modesto. Déjame... consentirte. - Liam hizo una pausa y Zayn lo miró. —E-eh, digo - no encontraba las palabras, pero Zayn lo interrumpió y le agradeció mentalmente por eso. Estaba quedando en ridículo. Exageraba.

—Eso ya lo hiciste, Liam, al invitarme a tu casa.

El castaño bajó su cabeza, sentía que el moreno de verdad apreciaba lo que hacía.

—Pero si tanto insistes, está bien. - finalizó este último.

—Gracias. - sacó del refrigerador un pedazo de pastel, una manzana y una botella de agua potable, pues pensó que Zayn pensaría que de verdad lo escuchaba y complacía.

Puso ahora el envase envuelto en una bolsa, en la mesa al frente de Zayn. Poniendo ahora su mirada en el pequeño de largas y hermosas pestañas.

—¿Qué tengo?

—Unas hermosos ojos y unas hermosas pestañas. - lo dijo tan bajo que Zayn casi no pudo escucharlo.

—¿Ah? - fingió no escuchar, pero su rostro casi ardiendo del calor por la timidez decía lo contrario. Bajó la vista hacia su regazo y agradeció que no discutieran sobre eso.

—Pe-erdón, Zayn. Yo... No quería hace,... - Liam pensó que al moreno le incomodaba. Y hasta él se sentía apenado. Así que ahora también se sentía mal.

—No no, se siente bien escucharlo de una persona diferente a las que ya conozco. - lo interrumpió Zayn.

—Igual disculpa, no acostumbro ser así, perdón.

Zayn asintió y por un momento había algo de tensión. Hasta que fue interrumpida por Bat, que comenzó de nuevo a lamer a Zayn. Pero también fue interrumpido por el teléfono de Zayn. Este último lo sacó de su bolsillo y contestó.

—¿Mamá?

—Dónde un amigo.

—¡Mamá!

Liam río.

—Sí, voy en camino.

Aprovechó esto para finalmente irse, no sabía cómo decirlo por segunda vez.

Se despidió de Bat y de Liam, había pasado un gran día gracias a él.

Era inexplicable lo bien que lo hacía sentir.

ziam | cosas de perrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora