13. Hermana mayor

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Unas semanas después de que Dororo comenzara a mostrar los síntomas de su segundo embarazo, Hyakkimaru tuvo que ir a la aldea que ahora era liderada por su hermano menor a atender a algunos de sus pacientes. Decidió aprovechar este viaje para darle la buena noticia.

— ¿Lo dices en serio, Aniue? ¿Dororo está embarazada otra vez?

— Si, es lo más probable. Está presentando algunos de los síntomas de nuevo, así que es casi un hecho que está esperando a nuestro segundo hijo.

— ¡Eso es maravilloso! ¡Muchas felicidades!

Tahomaru le dio unas palmaditas en su espalda a forma de felicitación, sin embargo, se detuvo cuando observó su semblante. Decir que su hermano no se sentía feliz a la idea de saber que tendrían a su segundo hijo era una mentira, pero lo cierto era que sus ojos dejaban entrever también cierta preocupación.

Fue cuando el menor hizo memoria y pudo recordar que un mes atrás ya lo había notado también de esa manera. Tal vez desde entonces ya sospechaban lo del embarazo, pero si esto era cierto ¿Por qué su hermano mayor ya se notaba en ese estado ansioso? No importaba que tan difícil fuera, tenía que arreglárselas para que le hablara de su sentir.

— Tener un segundo hijo sin duda es una bendición—comenzó a hablarle Tahomaru con calma mientras se sentaba en el césped y observaba el riachuelo frente a ellos—pero creo que hay algo que te preocupa ¿no es así?

— ¿Qué te hace pensarlo? —Preguntó el mayor enarcando una ceja con curiosidad.

— A pesar de que siempre tienes ese semblante indiferente, soy tu hermano menor y te conozco muy bien. No importa que tanto lo intentes, no puedes ocultarme cómo te sientes en realidad, Aniue.

— Estás malentendiendo las cosas. —Se apresuró el aludido en responder al tiempo que desviaba la vista.

— Sabes que no dejaré de insistir hasta que me lo digas ¿verdad? Hoy tienes la mala suerte de que tengo mucho tiempo libre, tiempo libre en el que puedo molestarte una y otra vez hasta que me lo digas.

Hyakkimaru torció la boca en un gesto de reproche a la vez que se volvía a verlo solo para encontrarse con la pícara sonrisa que su hermano menor le mostraba. Cuando este se dio cuenta que obtuvo su atención dio unas palmaditas a su lado indicándole que se sentara y hablara con él. El mayor se dio por vencido tras unos segundos más de súplica hasta que cedió a regañadientes.

— Entonces, el segundo embarazo de Dororo no fue exactamente planeado. —Opinó Tahomaru con voz baja una vez terminó de escuchar todo el relato. Hyakkimaru negó lentamente con la cabeza, desviando el rostro para que no notara su vergüenza. Antes de continuar el hermano menor soltó un suspiro que trató de disimular—: Pues si no puedes frenar esas necesidades tuyas Aniue, no sé qué más esperabas que pasara.

— Cuando se tiene un hijo todo cambia. —Trató de explicarse Hyakkimaru intentando recuperar su habitual serenidad—. Esto ocupa todo tu tiempo y los momentos entre pareja pasan a verse reducidos a casi nada. Ahora que ustedes tienen a Hyogo sabes de lo que hablo.

— S-sí, tienes razón. —Confesó Tahomaru tímidamente, intentando hacer memoria de cuando había sido la última vez que había podido disfrutar de su Natsumi a solas desde que su primogénito había nacido.

— Si estaba a solas con Dororo, era obvio que quisiera aprovechar este tiempo haciendo lo que los matrimonios hacen.

— Es que parece ser que nunca tienes suficiente de tu esposa. —Lo recriminó el menor con severidad.

— ¿Y tú si eres capaz de tener suficiente de tu esposa?

Le regresó su ataque con un tono inquisitivo, a lo que Tahomaru sintió su rostro entero enrojecer al darse cuenta que, si pudiera estar a solas con su esposa sin tener que cuidar a su hijo, lo más seguro era que él también optaría por pasar el tiempo de esa manera.

Parte de mi alma [HyakkiDoro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora